Panamá. Quince años antes de la pandemia, la economía panameña había dado grandes muestras de dinamismo, convirtiéndose en el país de mayor PIB per cápita de América Latina. El progreso económico, unido a las políticas sociales implementadas, hicieron posible, además, que se lograran importantes avances en la reducción de la pobreza y, en menor medida, de la desigualdad. La situación cambió en el primer año de la pandemia, cuando la fuerte caída de la actividad económica y la consiguiente reducción de ingresos y aumento del desempleo revertieron parte de los avances alcanzados los años anteriores.
Por el contrario, en 2021, gracias a la mejora de la situación sanitaria y el éxito en el proceso de vacunación, que hizo posible la reapertura gradual de actividades y una considerable recuperación económica, el empleo, aunque aún por debajo del nivel de 2019, comenzó a aumentar, mejorando la situación de los hogares panameños, lo cual contribuyó a reducir la pobreza y la desigualdad. El primer objetivo del documento ha sido precisamente estimar su evolución casi dos años después de comenzar la crisis del COVID. Si en 2020, el aumento de ambas fue muy notable, a finales de 2021 se había recuperado una parte importante de lo perdido en el primer año de la pandemia, aunque aún sin retornar a los niveles de 2019.
“Hay que tener en cuenta que cuando estimamos cifras de pobreza y desigualdad éstas se refieren a un momento concreto del tiempo, algo así como una fotografía de ese instante. En el estudio, las estimaciones se refieren a octubre de 2021, y es lógico que en ese momento ambas fueran mayores a las de 2019, dado que la recuperación de la actividad económica y en especial del empleo, aún no estaban completas” indicó Carlos Garcimartin, Economista del Banco Interamericano de Desarrollo. Sin embargo, el estudio también hace la comparación con octubre de 2020; en ese caso, se observa como respecto a esa fecha, tanto la pobreza como la desigualdad se redujeron muy significativamente en 2021, con la mejora de la situación económica y el papel desempeñado por los programas de apoyo, en especial, Panamá Solidario, explicó.
En este esfuerzo para contener el aumento de pobreza y desigualdad, junto a la recuperación económica, también han desempeñado un papel importante los programas de apoyo a los hogares y, en especial, el Plan Panamá Solidario. Pese a sus lógicas dificultades iniciales en un contexto tan complejo, la rapidez de su implementación y el gran número de beneficiarios evitaron un aumento mucho mayor de los niveles de pobreza y desigualdad en Panamá, así como una mayor caída de la clase media, fomentando de este modo, la cohesión social detalló, Rocío Medina Bolívar, Representante del Grupo BID en Panamá.
Por otro lado, aunque el Plan Panamá Solidario benefició a una parte importante de la población, existen diferencias territoriales muy marcadas, así como por grupos sociales, en función de las características demográficas de los hogares.
“Debo subrayar el éxito del Plan Panamá Solidario a la hora de mantener la cohesión social en el país, en una crisis económica tan dura y un contexto tan difícil”. La rapidez de su implementación y su gran número de beneficiarios, han evitado un aumento mucho mayor de la pobreza y la destrucción de la clase media. Otra conclusión importante que también hay que señalar, es que existen diferencias territoriales muy marcadas y también en función de las características demográficas de los hogares, explicó Medina.
El BID apoya los programas que generen valía, ya que se encuentra estrechamente comprometido con el fortalecimiento de la cadena de valor y la recuperación de la economía, para contribuir con el desarrollo de América Latina y el Caribe. Además, como parte de nuestra iniciativa país, el banco fomenta proyectos que favorecen la reactivación económica, inciden en la reducción de las tasas de pobreza y generan una clase media más resiliente.
Fuente. Periódico Digital Centroamericano y del Caribe