Cuba. Este miércoles en horas de la noche se desarrolló en la capital cubana la XXII Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno del ALBA-TCP. Después de participar una sesión extraordinaria del parlamento cubano, los mandatarios de los países miembros se trasladaron al Palacio de la Revolución donde sesionó el encuentro.
Estuvieron presentes los presidentes de Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, los primeros ministros de Dominica, de San Vicente y las Granadinas, de Granada, así como representantes de Santa Lucía y de Antigua y Barbuda.
La declaración aprobada, que lleva por título “18 años de unidad y compromiso con la integración latinoamericana y caribeña”, ratifica el compromiso de los países miembros con el fortalecimiento del ALBA-TCP como instrumento de unión de los pueblos, sustentado en los principios de la solidaridad, justicia social, cooperación y complementariedad económica.
Resalta la necesidad de fortalecer la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que reúne a 33 Estados, basado en el principio de unidad en la diversidad, así como la defensa de la soberanía nacional sin injerencias externas, rechazando los postulados de la Doctrina Monroe.
La declaración revindica la dignidad nacional de los países y el ideario emancipador de los próceres y padres fundadores de América Latina y el Caribe, destacando el derecho de los países del Caribe a recibir un tratamiento justo, especial y diferenciado.
Reitera la obligatoriedad y el compromiso en la financiación climática, la transferencia de tecnología y medios de desarrollo de capacidades son obligaciones y compromisos de los países desarrollados por su responsabilidad histórica con la degradación medioambiental, los patrones de producción y consumo de la sociedad capitalista, y el injusto orden económico internacional que acentúa la desigualdad, pobreza y subdesarrollo.
Hace un llamado a adoptar los compromisos de COP27 de Cambio Climático, así como establecer un Fondo de Pérdidas y Daños para países vulnerables, a la vez que destaca la importancia de salvaguardar los componentes de la biodiversidad y garantizar la integridad de todos los ecosistemas.
El documento, aprobado en La Habana, reafirma el rechazo de los países del ALBA-TCP a los planes desestabilizadores de factores externos y oligarquías nacionales, quienes intentan desconocer la voluntad de los pueblos de América Latina y el Caribe.
Denuncia la utilización de estrategia de guerra no convencional contra gobiernos y líderes elegidos democráticamente, así como la manipulación con fines políticos y desestabilizadores de los derechos humanos.
La declaración rechaza las acciones judiciales contra Cristina Fernández en Argentina y el apoyo al presidente Luis Arce Catacora en Bolivia, y Daniel Ortega en Nicaragua, a la vez que saludaron la firma del Segundo Acuerdo Parcial para la Protección del Pueblo Venezolano.
Una vez más, los países miembros del ALBA-TCP condenaron el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, reclamando al gobierno de Estados Unidos un cambio en su política hacia Cuba, poniendo fin al injusto bloqueo económico, financiero y comercial, el sece de las acciones subversivas que violan la soberanía de los pueblos, y el fin de la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Se exhorta a la solidaridad internacional con la República de Haití, mediante mecanismos de cooperación y transferencia de recursos y tecnologías, saludan a mesa de diálogo en Colombia entre el gobierno y el ELN, donde dos países miembros del ALBA se desempeñan como garantes.
El ALBA-TCP surge el 14 de diciembre de 2004 en La Habana, Cuba, mediante la suscripción de una Declaración Conjunta y el Acuerdo para la Aplicación del ALBA, por parte de los entonces presidentes Fidel Castro y Hugo Chávez Frías.
Fuente: Periódico Digital Centroamericano y del Caribe.