Shakira niega una relación sentimental con su instructor de surf. La cantante colombiana Shakira y el exfutbolista español Gerard Piqué firmaron este jueves en un juzgado de Barcelona (noreste español) el acuerdo que permitirá a la artista poder establecerse con sus hijos, Milan y Sasha, en Miami (Estados Unidos). El acuerdo se alcanzó después de meses de negociaciones entre los equipos de abogados de ambos tras su separación, anunciada esta primavera. Shakira y Piqué llegaron hoy por separado al juzgado y acompañados de los respectivos letrados. Tras rubricar el acuerdo, el letrado de Gerard Piqué, Ramon Tamborero, explicó a la prensa que “los dos están más tranquilos, más relajados”, y han pensado “en el bien de sus hijos”. El trámite de la firma transcurrió de forma “correcta, como no se esperaba de otra manera, delante del juzgado, y a partir de ahora a esperar la sentencia una vez que el fiscal apruebe el convenio”, destacó Tamborero. El abogado desmintió algunas informaciones que aseguraban que el acuerdo impedía a Piqué establecer su residencia en Miami o que no podrían verse con los niños acompañados de sus futuras parejas. Por su parte, ni la letrada de Shakira ni la propia cantante quisieron atender a la prensa. Hace unas semanas, Shakira y Piqué explicaron en un comunicado que habían firmado “un acuerdo que garantiza el bienestar” de sus hijos y que estaba pendiente de ratificarse ante el juzgado “como parte de un trámite meramente formal”. Fuentes del entorno de la cantante explicaron entonces a EFE que la artista prevé mudarse a Miami con sus hijos a principios del próximo año desde Barcelona, ciudad donde nacieron, han vivido los últimos ocho años y están escolarizados. La artista tiene ya desde hace años una residencia en Miami y es donde su familia materna lleva viviendo los últimos años también. Más allá de la cuestión de la separación y la custodia de los niños, Shakira tiene pendiente una causa penal en España por varios delitos económicos contra la hacienda pública. La Fiscalía pide para ella ocho años y dos meses de prisión y una multa de más de 23 millones de euros (cerca de 24 millones de dólares).