Por: Cristina Jiménez, Gerente de Comunicación Corporativa para México y Centroamérica de Henkel Parte 1
Guatemala. Con el pasar del tiempo, los procesos productivos y el uso de los recursos, han alterado el balance de los ecosistemas, generando grandes modificaciones en la manera de vivir. Los niveles de carbono han aumentado; además, la temperatura promedio en la atmósfera es muy distinta a la de hace unos años. Por ello, es necesario que el ser humano comprenda y reflexione sobre su contribución, actuando en consecuencia en favor del planeta.
De acuerdo con la International Tropical Timber Organization (ITTO), una cadena de suministro sustentable tiene como objetivo principal disminuir significativamente los impactos ambientales y sociales originados por las actividades de fabricación, cuidando así el consumo del agua o energía, la emisión de gases, la bioseguridad, las comunidades marginadas, el uso correcto del suelo e incluso, el entorno laboral en el que se desenvuelven los colaboradores.
Asimismo, se tiene que asegurar la eficiencia, mejores prácticas y transparencia en todas sus fases, incentivando una economía circular, es decir, en la obtención de materia prima, el traslado de ésta, la producción de bienes, la logística al punto de venta y, finalmente, el reciclaje o reutilización de envases.
Por lo anterior, las compañías que inicien una transformación temprana hacia el cuidado del medio ambiente, se adelantarán a los posibles desafíos de las próximas décadas, en los que las regulaciones serán aún más rigurosas en el ámbito de las emisiones de carbono o similares. Caso contrario, aquellas entidades que actúen de forma reactiva en términos de implementaciones y uso de tecnología, se verán afectadas ante la necesidad de los cambios.
Fuente. Cristina Jiménez, Gerente de Comunicación Corporativa para México y Centroamérica de Henkel