Costa Rica. Deep Science Ventures (DSV), un creador de empresas con sede en Londres, y la Fundación CRUSA, una organización costarricense sin fines de lucro centrada en el desarrollo sostenible, anunciaron el lanzamiento de la Iniciativa de Agricultura Tropical y Bioeconomía (TABI, con sus siglas en inglés), un programa nacional para crear empresas emergentes de alta tecnología y escalables en línea con la Estrategia Nacional de Bioeconomía de Costa Rica.
Las empresas resultantes apoyarán la entrega de tecnologías que puedan acelerar las economías agrícolas latinoamericanas y tropicales hacia sistemas de producción resilientes, descarbonizados, regenerativos, de valor añadido y bioeconomías circulares.
Esto se basa en los esfuerzos para combatir las crecientes amenazas a la biodiversidad y la seguridad alimentaria, aprovechando el potencial de la bioeconomía, las materias primas alternativas y la energía renovable.
TABI lanzará empresas con un enfoque inicial en cuatro áreas:
1. Tecnologías de adaptación térmica: Desarrollar y desplegar intervenciones directas e indirectas contra el estrés térmico que causará la migración de cultivos fronterizos (y la deforestación) hacia nuevas áreas, con un enfoque inicial en el café.
2. Fitomejoramiento de plantas del siglo XXI para características circulares: desarrollo de nuevas herramientas de mejora de cultivos o biotecnología para acelerar la adaptación de cultivos a climas futuros, idealmente produciendo «cultivos y variedades de economía circular» que pueden acelerar las transiciones a la bioeconomía.
3. Conversión de biomasa para la bioeconomía: Convierta la biomasa en sustratos que puedan procesarse en productos valiosos generalmente obtenidos de fracciones de hidrocarburos, p. plásticos y fertilizantes, y aumentar el autoabastecimiento doméstico.
4. Materiales compuestos de madera: satisfacer la demanda de materiales de madera para su uso en múltiples sectores, en particular paletas de madera, muebles y materiales de construcción, sin necesidad de talar árboles (en lugar de utilizar otras plantas y enfoques de agricultura celular).
Estas áreas no solo permiten a las “startups” alinearse con las prioridades nacionales, sino que ofrecen un importante potencial de crecimiento en los mercados globales establecidos.
DSV ha desarrollado conceptos detallados para nuevas empresas en cada una de estas áreas y está reclutando personas fundadoras ambiciosas para trabajar en Costa Rica – el país más biodiverso del mundo y líder emergente en iniciativas de desarrollo bioeconómico tropical.
Por ello, los interesados pueden participar en el proceso de convocatoria que está abierto a nivel global. Las personas podrán trabajar inicialmente a distancia, antes de establecer las operaciones iniciales de investigación y negocio en Costa Rica, con el apoyo de DSV y de los socios locales.
Para aplicar a alguno de los puestos, los interesados pueden dirigirse al sitio web: https://deepscienceventures.com/content/deepscienceventures.com/tabi donde encontrarán más información sobre los requisitos.
Como socios implementadores están la Universidad EARTH y el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) que apoyarán el desarrollo de nuevas empresas, mientras que CR BioMed, el clúster costarricense de biotecnología, dispositivos médicos y ciencias de la vida y CINDE, la Agencia Costarricense de Promoción de Inversiones, que está desarrollando un Hub de Biomateriales, también apoyarán a los fundadores en el programa.
Las personas fundadoras se unirán al programa para crear empresas que respondan a las necesidades de agricultores, del público y de ecosistemas tropicales, al mismo tiempo están determinadas en proteger la biodiversidad y restaurar los servicios de los ecosistemas.
Edward Perello, director Asociado de Agricultura de DSV, dijo: «Costa Rica ya ha inspirado a muchos con su enfoque de la agroindustria sostenible y la gestión medioambiental. No se me ocurre un lugar mejor para resolver el mayor reto de nuestro tiempo: la seguridad alimentaria sostenible.»
Dominic Falcão, director Fundador de DSV, comentó: «DSV ha ayudado a emprendedores primerizos y en serie a desarrollar más de 35 empresas científicas en los últimos seis años, con valoraciones combinadas que superan ya los 180 millones de dólares. Ampliar el alcance de nuestro impacto a nuevos continentes y latitudes es esencial para garantizar que los seres humanos y el planeta puedan prosperar juntos.»
Flora Montealegre, directora ejecutiva de Fundación CRUSA, dijo: “A través de esta alianza por la bioeconomía destacamos y evidenciamos el potencial y las capacidades que tenemos en Costa Rica para atraer empresas y desarrollar nuevos emprendimientos en sectores clave que contribuyan a la dinamización de nuestra economía, la mitigación del cambio climático y el bienestar de las personas”.
Fuente. Periódico Digital Centroamericano y del Caribe