Cuba. La política de Estados Unidos contra Cuba es un sistema de medidas coercitivas unilaterales con un amplio espectro extraterritorial, reafirmó hoy la misión permanente de la isla ante Naciones Unidas.
Según un artículo compartido en la página oficial de la Cancillería cubana, no se trata de un conflicto bilateral, como pretenden mostrar, ni tampoco afecta tan solo al Gobierno de la nación caribeña, sino que busca dañar a la población con el objetivo de derrocar a la Revolución.
“La permanencia de Cuba en la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo ha reforzado el impacto disuasivo e intimidatorio del bloqueo, así como las dificultades del país para insertarse en el comercio internacional y realizar operaciones financieras”, destacó la fuente.
En este sentido, mencionó cómo ello influyó en el cierre de contratos, pérdidas de relaciones con entidades bancarias, endeudamientos, demoras en el envío y recepción de fondos y mercancías, entre otras dificultades.
Además de la guerra económica, el país enfrenta “una perniciosa campaña mediático-comunicacional basada en la mentira, la manipulación y los más diversos métodos de guerra no convencional para intentar desestabilizar el país, lanzada y monitoreada por el Gobierno de Estados Unidos”, precisó el texto.
Las acciones buscan el llamado “cambio de régimen”, “en franca violación del principio de no injerencia en los asuntos internos de los países”, puntualizó, y tienen a los cubanos como objetivo de su bombardeo mediático, además de a las audiencias internacionales.
De acuerdo con la representación diplomática, la estrategia comprende la promoción de líderes artificiales, “la fabricación de pretextos para el fallido ensayo de una intervención humanitaria, el estímulo a la emigración irregular, todo ello con el fin de posicionar la falsa imagen de un país en crisis”.
Cada año Washington destina alrededor de 20 millones de dólares para las operaciones contra Cuba, en programas operados bajo la Sección 109 de la Ley Helms-Burton, que autoriza al presidente a prestar asistencia y otros tipos de apoyo a personas y organizaciones no gubernamentales en favor de los esfuerzos de “democratización”.
Según la Cancillería de la isla, entre agosto de 2021 y febrero de 2022, las pérdidas ocasionadas por el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por la Casa Blanca a La Habana están en el orden de los tres mil 806 millones de dólares, un monto récord histórico para un período reducido como ese.
Durante los 14 primeros meses de la administración de Joe Biden, los perjuicios por el cerco ascienden a seis mil 364 millones de dólares, lo cual significa más de 15 millones de dólares diarios en daños, agregó.
Fuente: PL.