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Un día después de haber fijado su hoja de ruta ante el Congreso, el presidente estadounidense, Joe Biden, se dirigió este viernes a otra audiencia crucial para su candidatura: la base ciudadana que le intentará ayudar con sus votos y su colaboración a mantenerse en la Casa Blanca.
En el gimnasio de la escuela Strath Haven de Wallingford, en las afueras de Filadelfia y en un estado, Pensilvania, considerado clave a la hora de decidir hacia dónde se decantará la balanza en las elecciones de noviembre, Biden se presentó ante un público entregado acompañado de su mujer, Jill.
“Nuestros derechos realmente están en juego. (Donald) Trump está intentando arrebatarnos nuestra libertad. Pero adivinad qué: no se lo permitiremos”, sostuvo el mandatario alertando del riesgo que podría suponer que el expresidente republicano le tome el relevo.
Jill Biden coincidió en que “Trump es un peligro para las mujeres, para las familias y para el país”, y subrayó que su marido no solo es “la persona correcta para el cargo”, sino también “la única”.
Vestido de forma informal, con camisa y jersey, el discurso del presidente reiteró su compromiso en favor de la restauración del derecho al aborto o del control del precio de los medicamentos, pero recalcó que no todo está logrado.
Pensilvania inauguró con ese discurso una pequeña gira que el sábado llevará a Biden a Georgia, a Nuevo Hampshire el lunes, a Wisconsin el miércoles y a Míchigan el viernes.
“El principio que guía a todo el equipo es que la única manera con la que venceremos en noviembre será ganándonos el voto de los estadounidenses y no solo pidiéndoselo”, había dicho a la prensa este viernes el director de la campaña en estados clave, Dan Kanninen.
En el marco de ese despliegue que pisa el acelerador se ha anunciado una campaña publicitaria de 30 millones de dólares que durante las próximas seis semanas llevará el mensaje de Biden a los hogares a través de la televisión y las redes. Solo esta inversión supera a la efectuada en todo 2023.
Ese impulso electoral contempla igualmente la apertura de 100 oficinas y la contratación de al menos 350 personas en estados decisivos, así como reforzar la red de voluntarios que contribuyen a hacer circular entre la ciudadanía su estrategia.
Estados Unidos atraviesa un momento clave, apunta a EFE una de esas personas que ya colaboran con la campaña. Judith L. está involucrada en política desde 2005, pero la posibilidad de que gane Trump, “un tipo antidemocrático, egoísta y vulgar”, en su opinión, ha hecho que esta trabajadora de la industria farmacéutica siga dedicando su tiempo libre a la causa.
En Strath Haven ayudó a orientar con un cartel a las cerca de 500 personas que acudieron a escuchar a Biden.
Otras como Jeanne Montgomery, que esta vez acudió como público, afirmó que no dudará en “llamar a las puertas y entregar papeletas” para que el demócrata siga en el poder: “Puede hacer el trabajo y no tiene una agenda para sí mismo”, dice del mandatario.
Popularidad en juego
La popularidad de este, pese a todo, atraviesa una mala racha. El 56 % de la ciudadanía desaprueba su labor, 26 puntos más que al inicio de su mandato en enero de 2021, según la media de encuestas efectuada por la web FiveThirtyEight.
“Biden no está escuchando los reclamos de la gente. Ya vio lo que pasó en Míchigan. Volverá a pasar en Pensilvania”, gritaba este viernes cerca del colegio, al borde de la carretera, un pequeño grupo de manifestantes en favor de Gaza y con carteles solicitando un alto el fuego.
El presidente ganó con comodidad las primarias de Míchigan el 27 de febrero, pero las papeletas en blanco por su apoyo a Israel se colocaron en segundo lugar, con el 13,2 % de los votos. En Pensilvania, que asignará 159 delegados de cara a la convención que en agosto confirmará la candidatura demócrata, esos comicios tendrán lugar el 23 de abril.
“Cualquier cambio que haga en la política de Oriente Medio alienará a un electorado importante, pero el riesgo de que decenas de miles de partidarios no voten en las elecciones generales sigue siendo una clara posibilidad que sería desastrosa para las perspectivas de reelección”, explica a EFE Aaron Kall, experto en Ciencias Políticas de la Universidad de Míchigan.
El presidente se ha ganado además nuevas críticas al calificar de ilegal a un inmigrante indocumentado en el discurso sobre el estado de la Unión. Pero este viernes se pronunció en un terreno favorable y puso su mirada en el futuro: “Tenemos trabajo por hacer”, destacó.
Fuente: EFE