Sin lugar a dudas todos los países del mundo fueron afectados por la pandemia desde el punto de vista humano, social, sanitario y económico. Este último a raíz de los confinamientos ordenados como medida urgente para frenar la rápida propagación del virus entre los ciudadanos, medida que aún se pone en práctica ante nuevas oleadas de contagio, como es el caso de China, que en días pasados tuvo que confinar a más de 80.000 personas que se encontraban de viaje en un popular centro turístico en Sanya, conocida como “Hawái china”.
Todas estas restricciones han traído como consecuencia la paralización en mayor o menor grado del aparato productivo dependiendo del país y, como era de esperar, ha generado “huecos” en sistemas de suministro a nivel global.
Si tuviéramos que ilustrar esta situación, es como si viéramos una serie de olas del mar y de repente el viento dejara de soplar y las olas dejarían de formarse, creando espacios sin olas. Así, en la economía mundial se han generado espacios o huecos hechos por la paralización de las industrias; la “no producción” originó brechas de abastecimiento.
Según la Cepal, en su Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe “las exportaciones crecen marcadamente en 2021 como consecuencia de un aumento tanto de los precios como del volumen; las importaciones aumentaron aún más, en línea con el repunte de la actividad económica que se observa en los países de la zona. Los términos de intercambio aumentan en 2021 para la región en promedio, aunque con diferencias a nivel subregional; las remesas de migrantes crecieron casi un 30% en 2021 y continúan siendo una fuente de recursos externos muy importante para la región, en particular para Centroamérica, México y algunos países del Caribe”.
Recordemos que Estados Unidos, China y Europa, principales socios comerciales de la mayor parte de Latinoamérica y el Caribe, y que fueron los países y regiones más afectados por la pandemia, han mostrado un rebote en su crecimiento, lo que generó un aumento en sus demandas ocasionando que las exportaciones durante 2021 se expandieran en un 27,6%. Esta cifra representa un panorama alentador para nuestra región, ya que si bien pareciera que hemos pasado la época más fuerte del virus, aún hay rebrotes significativos ante las nuevas cepas del mismo.
A esta situación tenemos que sumar lo que está sucediendo en 2022: las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania, grandes exportadores de cereales y fertilizantes; la sequía y altas temperaturas que han dañado gran parte de las cosechas de países como la India, el mayor productor de cereales y leche del mundo, el segundo de arroz, trigo, azúcar, frutas y vegetales, y el tercero en algodón; y el aumento de los precios de petróleo, gas e hidrocarburos. Son estos fenómenos los que seguramente han influido en que, durante el primer trimestre de este año, las exportaciones latinoamericanas hayan aumentado un 22,6% interanual, demostrando así el rol protagónico como socios estratégicos que juegan los países de nuestra región.
Los países que más subieron fueron los exportadores de hidrocarburos (15%), seguidos los exportadores de metales y minerales (13%) y el de productos agroindustriales (13%), por solo mencionar algunos. Para Ecuador, Colombia y Venezuela, su principal fuente de las exportaciones es el petróleo; para los países andinos lo son la minería y energía; para Brasil, Argentina y Paraguay, la soja y sus derivados representan el principal producto de exportación; Panamá exporta principalmente café y bananas; para México lo son la cerveza, chiles, pimientos, frutos rojos, aguacate, entre otros.
Pero también observamos el crecimiento en exportaciones de industrias de valor añadido como la manufactura de vehículos, equipamiento médico y productos textiles, como en los casos de México, Costa Rica, El Salvador y Honduras.
Como bien sostiene la Cepal, el aumento en las exportaciones se debe no solo al volumen de exportaciones per se, sino también al aumento de precios internacionales de materias primas y alimentos; así tenemos que entre diciembre de 2020 y septiembre de 2021 los precios del petróleo West Texas Intermediate (WTI) se incrementaron un 54,6%. En el caso de alimentos como la carne o el trigo, el aumento de los precios en los mercados internacionales ha sido de un 3,5% y un 13,3%, respectivamente.
Por su parte las Naciones Unidas ha señalado en sus proyecciones para 2022 que a pesar de la desaceleración económica esperada a nivel global, para 2023 América Latina y el Caribe tendrán un leve repunte al alcanzar el 2,7% de crecimiento, apoyado por la fuerte demanda en países clave de las exportaciones provenientes de Estados Unidos y China; además, los precios altos de los productos básicos y el volumen elevado, y de una constante en las remesas, sobre todo en México, América Central y el Caribe.
Para el Banco Mundial existe una gran oportunidad en el crecimiento verde, ya que la región contribuye con solo el 8% de las emisiones mundiales de GEI y tiene “ventajas verdes comparativas”, que ofrecen oportunidades para nuevas industrias y exportaciones. La región tiene un enorme potencial en electricidad renovable –solar, eólica y geotérmica– y un vasto capital natural –agua, árboles, biodiversidad–, que ofrece el potencial para nuevas industrias.
Otra opción de exportación que está calando entre empresas/países es el llamado nearshoring que es una estrategia de externalización por la cual una empresa, transfiere sus procesos de negocios y tecnología, y hasta parte de su producción, a otros países localizados en destinos cercanos y con una zona horaria semejante para ahorrarse costos.
El Banco Interamericano de Desarrollo ha indicado que la ganancia potencial para América Latina y el Caribe de las oportunidades de nearshoring en el corto y mediano plazo podrían representar un aumento de hasta US$78.000 millones en nuevas exportaciones de bienes y servicios; con importantes oportunidades para la región en la industria automotriz, textil, farmacéutica, energías renovables, entre otras.
Las oportunidades deben saber apreciarse, para el caso de nuestra región; lo que está sucediendo en el mundo entero representa una gran ocasión para no solo tomar ese papel protagónico que está teniendo a nivel de exportaciones, sino para consolidarse como líder en el mismo.
Fuente: Jamez Hernández, presidente y cofundador de Trust Corporate