Costa Rica. El Secretario General de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), Mathias Cormann, llamó la atención a Costa Rica porque el desempleo en el país se mantiene alto (11,7%), en comparación con el resto de los integrantes de la OCDE, donde oscila en cerca de un 5%.
Además, pronosticó que el crecimiento de la economía se desacelerará y detalló que la tasa de crecimiento anual del Producto Interno Bruto (PIB), que fue de 4.3% en el 2022, será sólo de un 2.3% este año. El Banco Central había anunciado la semana anterior que se mantiene la estimación de un PIB de 2,7% para este 2023.
Cormann resaltó que si bien la economía de Costa Rica se recuperó bien de la recesión causada por la pandemia, con una respuesta fiscal focalizada, una campaña de vacunación exitosa y un buen desempeño de las exportaciones, aún enfrenta retos.
Costa Rica ingresó a la OCDE, una organización internacional de carácter intergubernamental, el 25 de marzo de 2021, llamada por algunos sectores el club de países ricos.
El documento –elaborado por el Comité de Análisis Económico y del Desarrollo (EDRC, por sus iniciales en inglés)- es un instrumento que analiza de manera profunda los problemas coyunturales y estructurales más apremiantes del país, al mismo tiempo que brinda valiosas recomendaciones de política pública para atender estos problemas.
Este informe es el primero que se presenta bajo la condición de miembros plenos de la OCDE y llega en un momento crucial para el país, que busca mantener un crecimiento económico sostenido y sostenible en medio de una coyuntura global que enfrenta importantes desafíos económicos, sociales y ambientales que cambiarán el rumbo de la humanidad para los próximos años.
Cormann resaltó las decisiones de política pública que ha tomado el país a través de los años en áreas como el acceso universal a la salud y la educación, la alta cobertura del sistema de pensiones y una política sólida y consistente de apertura comercial y atracción de inversión extranjera directa (IED), permitiendo hacer frente a crisis externas como la crisis financiera de 2008 y la reciente crisis generada por la pandemia del COVID-19.
Sin embargo, indicó que existen desafíos importantes que para resguardar los éxitos alcanzados y continuar la transición hacia mejores niveles de vida.
Además, resalta el progreso notable en la implementación de reformas trascendentales derivadas de recomendaciones brindadas por la organización en los estudios económicos anteriores de 2016, 2018 y 2020, que han permitido avanzar en la recuperación económica, mejorar la perspectiva fiscal, mantener un sistema financiero estable y resiliente, avanzar en la simplificación de trámites y en el buen funcionamiento de los mercados internos.
No obstante, para continuar atendiendo los desafíos existentes, el informe brinda recomendaciones adicionales para fortalecer la política macroeconómica, impulsar la productividad y la creación de empleo formal, mejorar la igualdad de oportunidades, y fortalecer el crecimiento verde y sostenido.
Además, contiene un capítulo temático donde, si bien se reconoce el compromiso de Costa Rica con la educación y la formación de talento humano, brinda valiosas recomendaciones para continuar avanzando en la mejora de la calidad y la eficiencia de la educación.
La OCDE es una plataforma de intercambio de conocimiento que tiene por objetivo promover políticas públicas para mejorar el bienestar económico y social de las personas alrededor del mundo.
Política fiscal
De acuerdo con el informe, la posición fiscal de Costa Rica ha mejorado, con una reducción del déficit general al 5% del PIB en 2021, gracias en los límites sobre el crecimiento del gasto introducidos por la regla fiscal del país.
Sin embargo, con una deuda pública cercana al 70% del PIB y una factura de intereses superior al 5% del PIB, es fundamental que se cumpla el plan fiscal a medio plazo, que prevé una reducción gradual del déficit mediante una mayor eficacia del gasto y de la recaudación tributaria. También es importante seguir aplicando la regla fiscal e instaurar el Consejo Fiscal Independiente.
Asimismo, hay margen para ampliar la base impositiva y mejorar la estructura tributaria.
Destaca que la recaudación por impuestos es inferior a la de la mayoría de los países de la OCDE y los gastos fiscales son elevados, ascendiendo al 4% del PIB en 2021.
La eliminación progresiva de las exenciones que benefician a los contribuyentes más acomodados ayudaría a aumentar los ingresos sin incrementar los tipos impositivos.
Si se reduce la dependencia del sistema fiscal con respecto a las cotizaciones a la seguridad social descendería el coste del trabajo formal y se impulsaría el empleo formal en un país en el que cerca del 45% de los trabajadores tienen empleos informales y el desempleo general es elevado.
Alerta que la debilidad de la productividad y el rápido envejecimiento de la población activa lastrarán el crecimiento en el futuro.
La OCDE resalta que el Gobierno de Costa Rica ha tomado recientemente medidas enérgicas y positivas para impulsar la competencia en mercados clave, como el del arroz y los servicios profesionales, a pesar de que la política afecta a los productores costarricenses de arroz.
El Estudio recomienda dar continuidad a esos esfuerzos para impulsar la competencia, por ejemplo aligerando las regulaciones empresariales más gravosas del país, reduciendo las barreras a la entrada de empresas y garantizando una autoridad de la competencia totalmente independiente y financiada.
Pide igualmente la mejora de las infraestructuras de transporte, que impulsen la calidad de las carreteras y reduzcan los cuellos de botella, también contribuiría a fomentar la productividad.
Resumen además que Costa Rica combina un sector exportador dinámico y un sector interno formado por pequeñas empresas locales que no llegan a aprovechar las ventajas de integrarse en la economía mundial.
«Es importante repartir mejor los beneficios de la integración comercial por todo el país, estableciendo las condiciones adecuadas para que las empresas nacionales prosperen. Costa Rica es pionera en la protección del medio ambiente y las energías renovables y puede aprovechar la transición mundial hacia un escenario con cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para mejorar aún más su competitividad», concluye.
Por último, recomienda mejorar la educación, la formación y la incorporación de la mujer al mercado laboral debe ser una prioridad para estimular el crecimiento y reducir las desigualdades sociales y de ingresos. La educación y la formación son una gran prioridad para Costa Rica, que dedica más del 6,5% del PIB a este ámbito — uno de los porcentajes más altos de la OCDE. Sin embargo, los resultados siguen siendo escasos en comparación con las economías avanzadas. En Costa Rica, una proporción demasiado elevada de jóvenes abandona prematuramente la escuela sin contar con las competencias necesarias para conseguir un empleo formal. Es fundamental mejorar la eficiencia y la calidad del gasto público en educación —lo cual incluye impulsar la gobernanza— para conseguir mayores avances en materia social y reducir las desigualdades.
Fuente: El País.cr