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Guatemala. El mango guatemalteco es un buen ejemplo de un producto que pasa por una reconversión que le puede generar divisas y empleos al país. La Comisión de Mango de Agexport trabaja en un proceso para cambiar el sistema hidrotérmico para lavar la fruta, por uno de irradiación con electrones —una tecnología libre de radiación y aceptada a nivel internacional—, que cuenta con el apoyo de la Secretaría de Energía de Estados Unidos, la Universidad de Texas y el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (Oirsa).
El mango cumple con los requisitos sanitarios de cultivo en áreas libres de Mosca del Mediterráneo, y al incorporar la irradiación se avanza en los controles fitosanitarios y se le da mayor vida en anaquel. También con la arveja china se trabaja en investigaciones para el desarrollo de productos de alto valor proteico como harinas o alimentos para animales.
Pero, se podría dar mayor impulso a la arveja, con la aprobación del Convenio de la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV) que daría acceso a semillas y paquetes tecnológicos para elevar la productividad, y otras mejoras en infraestructura de riego.
No obstante, se podría dar mayor impulso a la arveja con la aprobación del Convenio de la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (Upov) que daría acceso a semillas y paquetes tecnológicos para elevar la productividad y otras mejoras en infraestructura de riego.
Agroimpact: El nuevo eje de Guatemala No Se Detiene
Tanto la arveja china como el mango encajan dentro de la ejecución de la estrategia AgroImpact, que se suma al plan Guatemala no se Detiene, con la cual se pretende duplicar el monto de divisas que generan las exportaciones.
En los siguientes siete años la agroindustria guatemalteca se prepara para ejecutar la estrategia AGROIMPACT, que se suma al plan Guatemala No Se Detiene, con la que duplicará el monto de divisas que generan las exportaciones.
La Asociación Guatemalteca de Exportaciones (Agexport) diseña e impulsa los tres brazos del eje Agroimpact, dentro de la iniciativa Guatemala No Se Detiene para posicionar los productos agrícolas y agroindustriales del país en los mercados internacionales y generar desarrollo y empleos, principalmente en el área rural.
Se apuesta a pasar de exportaciones por US$6,800 millones al año a US$13,600 millones en 2032, sumando valor agregado a los productos, mejorando la productividad, diversificando la oferta y los mercados. “Es un proyecto con visión de largo plazo, pero con el potencial de lograrse a pesar de los retos que se tienen”, afirmó Fernando Zuluaga, gerente agrícola de Agexport.
El sector agropecuario representa el 42% del valor exportado por el país, con Agroimpact se pretende alcanzar el 70% desarrollando los ejes de: dar más valor agregado a los productos que tienen presencia en los mercados, impulsar la diversificación con una oferta competitiva, y el desarrollo de propuestas disruptivas hacia las nuevas demandas del mercado.
Mejorar lo que ya es bueno
El primer pilar de Agroimpact, indicó Zuluaga, es darle mayor valor agregado a 21 productos que se identificaron que tienen potencial en categorías como frutas, vegetales y legumbres, plantas ornamentales, semillas, alimentos procesados, cacao y café.
Esto podría elevar las exportaciones de US$2,900 millones a un valor casi de US$7 mil millones en el horizonte hacia 2030, pero lograrlo requiere incorporar mayor tecnología en la producción y mejorar los procesos de postcosecha con mejores sistemas de refrigeración y de transporte. De esta manera, se consigue que los productos lleguen en mejores condiciones y tengan mayor tiempo de vida en góndolas.
Reimpulsar productos
Hay algunas frutas y hortalizas que tienen participación en los mercados, pero no se mantienen constantes, por ejemplo, el rambután o las lichas, en este caso, Zuloaga explicó que la estrategia cuenta con el segundo pilar para promover la oferta exportable.
AGEXPORT tiene liderazgo y experiencia en la capacitación y asistencia técnica de pequeños y medianos productores para incorporarlos a cadenas de valor para exportar, así como en el análisis de inteligencia de mercados que permite conocer precios internacionales, países competidores, normas y protocolos que se deben cumplir para ingresar a nuevas plazas, agregó.
Con este pilar, se dará impulso a 12 productos con los que en los siguientes siete años se pretende pasar de exportaciones por US$250 millones a US$2,200 millones. Se incluyen los espárragos, berenjenas, apio, hongos, espinaca, alcachofas, calabacín (zucchini), frutas en conservas, snacks, mermeladas, flores y plantas ornamentales, chile y vainilla.
Sofisticando la oferta
El tercer pilar es el de la disrupción con productos dirigidos a tendencias novedosas en los mercados, Zuloaga explicó que son proyectos de última generación en áreas como energéticos —biocombustibles—, alimentos fortificados, saludables y gourment, de cara a atender la demanda que hay en mercados internacionales y que se vincula a la sostenibilidad, responsabilidad social empresarial y al cuidado personal.
Los productos identificados son café, cacao, cardamomo, aguacate, chía, amaranto, biomasa, bambú y otros que están en categorías de salud y bienestar, alimentación infantil y especializada, productos artesanales, alimentos para mascotas y energías renovables.
Con el giro hacia sectores de mayor sofisticación, la estimación es exportar más de US$600 millones en 2032, según las proyecciones de Agroimpact.
El plan de transformación del sector agroexportador para lograr los resultados previstos requiere superar graves rezagos. Zuloaga indicó que son retos de país que se han identificado en Guatemala No Se Detiene, como en infraestructura, logística, capital humano, acceso a financiamiento, tecnología y las regulaciones para el clima de negocios.
Carreteras y caminos rurales con adecuado mantenimiento, implementar sistemas de riego en distintas regiones, facilidades para el manejo postcosecha, la aprobación de la Ley UPOV, acceso a crédito, seguro agrícola, lograr la admisibilidad para algunos productos y mayor promoción comercial, son en específico las áreas a fortalecer para apoyar la transformación en el agro.
Hay mercados que son de interés para el sector agroexportador, para los cuales se debe dar certeza de la capacidad de entrega a tiempo y poder cumplir con el volumen y calidad lo que demanda trabajar en los retos que persisten, explicó Zuloaga.
Se tienen acuerdos comerciales con los que se puede exportar, siempre que no se tengan las limitaciones de admisibilidad, como el caso del aguacate fresco, que aún no ingresa a Estados Unidos, pero si a países europeos. Según Agexport, falta abrir y ampliar o profundizar en otras plazas, y en el caso de China, la expectativa va más allá del tema comercial debido a que depende de factores políticos.
Fuente: Prensa Libre.