En un informe publicado el 4 de octubre del presente año, la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) detalló que el crecimiento económico mundial de 2023 alcanzará apenas un 2,4%. Esto se detalló agregando que la cifra del año pasado fue de un 3%.
En el informe, el organismo apuntó que este estancamiento general presentará una desaceleración en la mayoría de las regiones, siendo pocos los países que evitarán esta tendencia.
El escenario se presenta debido a la encrucijada en la que se encuentra la economía global por las trayectorias de crecimiento divergentes, el aumento en los niveles de desigualdad, la mayor concentración de los mercados y el incremento de la carga de deuda, las cuales proyectan un futuro incierto en el sector económico del mundo. El panorama da poco espacio a cualquier indicio de recuperación en lo que resta del año y lo que propone 2024.
Ante el paisaje sombrío, la organización advirtió que “para evitar una década perdida es necesario cambiar la dirección de las políticas, incluso las de los principales bancos centrales, e implementar las reformas institucionales prometidas durante la crisis derivada de la pandemia de covid-19”.
“Para evitar una década perdida es necesario cambiar la dirección de las políticas, incluso las de los principales bancos centrales, e implementar las reformas institucionales prometidas durante la crisis derivada de la pandemia de covid-19”
CONFERENCIA DE LA ONU SOBRE COMERCIO Y DESARROLLO (UNCTAD)
La recuperación tras la pandemia varía dependiendo de algunas economías como Estados Unidos, Japón, China, Brasil, México, India y Rusia, países que muestran resiliencia en comparación con otras naciones que afrontan grandes retos.
Motores débiles
Refiriéndose a los principales motores de la economía mundial, el informe detalló que a pesar del incremento de las tasas de interés en Estados Unidos, la desaceleración ha sido “mesurada” y ha tenido un aterrizaje suave debido a la solidez del consumo interno, a la disminución de la inflación, el alejamiento de la austeridad fiscal y la intervención monetaria activa registrada a principios de año.
Aun presentando esta resiliencia, el crecimiento no repunta, por una parte, debido a que la inversión no se ha recuperado lo suficiente en vista del aumento de las tasas de interés durante un largo periodo.
El estancamiento de la economía mundial y los pocos países que crecerán
La brecha de riquezas y las deudas suponen uno de los mayores retos que afecta a la economía de los países en desarrollo.Shutterstock
La región europea por otro lado se encuentra al borde de la recesión, lidiando con un acelerado fortalecimiento de la política monetaria y embates económicos en contra, con las principales economías perdiendo fuerza y Alemania contrayéndose. El estancamiento y freno del crecimiento económico del continente se debe a la caída de los salarios reales en toda la región, aunado a la austeridad fiscal.
La Unctad señaló que en el sector asiático, a pesar de mostrar señales de recuperación con respecto al año anterior, China encara actualmente una extenuación de la demanda interna y la inversión privada. “Sin embargo, tiene más espacio de política fiscal que otras grandes economías para abordar estos retos”, agregó.
Los dos grandes problemas
El informe señaló la desigualdad como uno de los grandes retos de los países en desarrollo, los cuales se ven afectados descomedidamente por ese equilibrio. La brecha de riqueza, la cual sigue en aumento, podría “socavar aún más la frágil recuperación económica y las aspiraciones de las naciones de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
Otro de los desafíos que también golpean la economía mundial de los países en vías de desarrollo, según informó la Unctad, es la deuda. Esto indica que debido al incremento de las tasas de interés, la desvalorización de las monedas y el aumento lento de las exportaciones, los espacios fiscales se han reducido, lo que ocasiona una crisis de desarrollo.
Por ello, es de manera excesiva que las economías de renta baja y media han visto aumentar hasta tres veces su deuda externa pública en los últimos diez años, con la consecuente presión sobre los presupuestos nacionales, los cuales han debido desviar al pago del servicio de la deuda, recursos que en primera instancia fueron asignados a proyectos de desarrollo.
El informe detalló que alrededor de un tercio de esas economías se encuentran al borde de una crisis de deuda, por lo que se deben tomar medidas urgentes para evitar que más países lleguen al límite de su capacidad financiera y, en el peor de los casos, caigan en moratorias.
Una economía inclusiva y estable
En vista del panorama presentado, la organización apunta por combinar políticas fiscales, monetarias y de oferta más equilibradas, y señaló que se requiere un orden “entre las autoridades nacionales y supranacionales para manejar las presiones inflacionarias y garantizar la estabilidad de precios, fomentar un entorno propicio para el crecimiento impulsado por la inversión, implementar medidas para reducir las disparidades de ingresos, mejorar los salarios reales y reforzar los sistemas de protección social”.
También argumentó que será esencial asegurar la sostenibilidad financiera y económica a largo plazo y que el papel de los bancos centrales debería ampliarse más allá de las metas de inflación, a impulsar el desarrollo.
La Unctad concluyó el estudio haciendo un llamado a los responsables de elaborar políticas a centrarse en medidas que permitan avanzar hacia una economía resiliente, inclusiva y estable que funcione para todos.
Fuente: La Estrella de Panamá.