Danny Shaw, profesor investigador de The City University of New York (CUNY), asegura, tras décadas de estudios y vivencias personales en Haití, «que Estados Unidos ha hecho mucho daño a ese país y de que una intervención militar no sería una solución para la crisis».
Hace varios días visitó a la República Dominicana desde Haití, luego de recorrer su territorio dentro de los límites que pudo sin comprometer demasiado su seguridad. No pudo entrar a Puerto Príncipe, la capital.
Shaw, quien también ha cuestionado recientemente la política de deportación de haitianos indocumentados en la República Dominicana, está seguro de que su país es «el principal culpable de la pobreza, desigualdad y hambre en Haití», por lo que duda de que ellos puedan traer la solución.
A partir de lo que ha escuchado y visto en Haití, cree que la dirigencia y el pueblo haitiano quiere dirigir su propio proceso y que prefiere que la solución sea internacional. Pero no con la comunidad internacional de siempre, sino con nuevos inversionistas y jugadores, tales como Bolivia, Suráfrica, China, Vietnam y muchos otros.
Tiene gran esperanza en las organizaciones de la sociedad civil. «Hay mucha esperanza, seguimos con muchos proyectos dirigidos por los haitianos, porque el haitiano no quiere migajas, no quiere caridad, lo único que quiere es sembrar su propia tierra», declara.
Cree que «los gringos» quebraron a los agricultores con la importación de productos como el arroz, con el que no podían competir, y lamenta que todas las ametralladoras que usan las bandas vengan de Miami, en Estados Unidos.
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Culpa a los Clinton y los Bush de instalar zonas francas que califica como «de explotación» para los haitianos en las que se pagan salarios miserables de 25 dólares a la semana. En el parque industrial Caracol se pagaba 5 dólares por día a los trabajadores, de acuerdo a reportes de prensa internacionales. Estos son 25 dólares semanales, o 1,375 pesos dominicanos.
Los expresidentes de los Estados Unidos, Bill Clinton y George W. Bush, canalizaron las donaciones para la reconstrucción de Haití después del terremoto del año 2010 a través de su Clinton Bush Haiti Fund (Fondo Clinton Bush Haití).
Danny Shaw, quien también es analista de relaciones internacionales para varias cadenas de televisión, considera que con el discurso de que Haití está peor cada día se está preparando el terreno ideológico y comunicacional para justificar la próxima invasión.
Recuerda la ocupación norteamericana desde 1915 hasta 1934 y la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (Minustah) desde el 2004 hasta el 2017. Para él, una ocupación extranjera de Haití sería otra violación de su soberanía.
Aboga por que la dirigencia de la sociedad civil decida en cuáles representantes de países confía para recibir colaboración de ellos.
«Haití está lleno de armas y esas armas están cayendo en las manos de los gánster con chancleta, pero son los gánster con corbatas en Pétion-Ville, la clase política, la clase económica elevada, que se están beneficiando de una guerra horizontal», remarca.
El sociólogo asegura que ningún rico realmente corre un riesgo en esa ciudad de clase alta, porque viven en otro Haití. Allí hay mansiones, seguridad privada, los ricos tienen sus choferes, sus guardaespaldas y sus castillos.
Fuente: Diario Libre.