República Dominicana. Los exportadores latinoamericanos siguen beneficiándose de la combinación de tendencias económicas y geopolíticas, como la subida del dólar y el aumento de la demanda de materias primas ante la incertidumbre y turbulencias en otras regiones.
Entre estos factores se encuentra la prolongación del conflicto en Ucrania (por ejemplo, Rusia y Ucrania representaban una cuarta parte del suministro mundial de trigo en 2020), y la fortaleza sostenida del dólar (en particular en Argentina, Colombia y Chile, que han visto caer sus monedas hasta un 15% frente al dólar desde enero).
Las razones de estos cambios son variadas: desde la seguridad «relativa» del dólar en medio de los crecientes niveles de inflación en otros lugares, hasta las graduales pero significativas subidas de los tipos de interés en Estados Unidos. En junio, por ejemplo, la Reserva Federal subió las tasas de interés en 0,75 puntos base, el mayor aumento en casi treinta años.
Según Richard Perry, analista de mercados de INFINOX, esta convergencia ha creado una especie de «bonanza» para los exportadores de la región.
“Más del 70% de las exportaciones de América Latina están relacionadas con materias primas, y como estas se cotizan invariablemente en dólares, la ventaja para los exportadores (cuyos costos estarían expresados en moneda local) sería considerable. De hecho, sus márgenes de beneficio aumentan en función de la disminución de su tipo de cambio local», afirma Richard.
Sin embargo, él también señala que los «efectos secundarios» de este auge son iguales y opuestos en todos los sentidos.
«En primer lugar, incluso ignorando los movimientos de las divisas, se están aplicando de manera uniforme medidas antiinflacionistas en toda América Latina, cuya inclinación (¡o tolerancia!) por los tipos de interés de dos dígitos es mucho mayor que en Estados Unidos o Europa. El Banco Central de Brasil, por ejemplo, ha aumentado su tipo de interés Selic por encima del 13%, ya que lucha contra una tasa inflacionaria que ronda por el 10%. Aunque la inflación ha descendido últimamente, el banco central intentará mantener una política monetaria estricta con intereses elevados hasta que la inflación esté controlada.
También, continúa siendo importante que la tasa Selic alcance el 14% en 2022.
Esta tendencia se refleja en toda la región. El mes pasado, México y Perú subieron sus tasas al 8,5% y 6,5% respectivamente, mientras que las de Chile y Colombia se acercan a los dos dígitos . Estos movimientos afectarán profundamente los niveles de servicio de la deuda. En efecto, cualquier persona, desde el titular de una hipoteca hasta las empresas que tienen bonos o préstamos, se verán obligados a pagar estas tasas más altas. Los fondos y recursos que deberían emplearse de forma más eficiente en otros ámbitos (como en contratación, expansión, equipamiento, etc.) ahora se dedicarán simplemente al servicio de la deuda, esto sin duda repercutirá en el crecimiento económico».
«En segundo lugar, las empresas y gobiernos que se endeudan en dólares se verán directamente afectados por la subida de este. En efecto, la bonanza de la que están gozando los exportadores de materias primas ejercerá un efecto igual y opuesto sobre los acreedores de deuda en dólares: a medida que las monedas locales se deprecian, sus obligaciones de deuda aumentan. En realidad, aunque los volúmenes son grandes, la proporción de la deuda pública externa que atienden los mayores países latinoamericanos es relativamente pequeña, en Brasil representa el 11% del PIB del país, y en México el 9,7%», dice Richard.
«Sin embargo, hay algunas excepciones alarmantes: El 22,8% de la deuda pública de Colombia se mantiene en el extranjero (esencialmente en dólares), mientras que esa cifra se eleva al 38,8% en República Dominicana, y a un exorbitante 42,3% en Ecuador y 46,6% en Argentina. En estos mercados, la continua subida del dólar tendrá un efecto directo y tangible en las economías locales, especialmente en lo que respecta al gasto público y los servicios. Una vez más, se desviarán más recursos hacia el servicio de estos niveles de deuda».
Richard continúa explicando que, mientras los niveles de la divisa estadounidense sigan subiendo, este escenario se desarrollará con toda seguridad.
«Los efectos de la inflación en América Latina desde finales del siglo pasado dejaron un profundo impacto en todos los sectores de la sociedad. Es así que, los tipos de interés extremadamente agresivos para mitigar su impacto son mucho más tolerables y políticamente aceptables que en los llamados mercados desarrollados, como Estados Unidos y Europa. En esencia, una bonanza para el sector de las materias primas, pero ¿a qué costo para el resto de la economía? Esa es la verdadera pregunta», concluye Richard.
Fuente. Periódico Digital Centroamericano y del Caribe