En los últimos años, Latinoamérica ha vivido su primer auge de capital de riesgo en un ambiente de innovación sin precedentes, donde el número de empresas unicornio ha aumentado hasta 4 veces desde el 2018. Estas empresas son aquellas que alcanzan una valoración de 1.000 millones de dólares sin cotizar en bolsa y son el sueño de toda startup tecnológica.
Para entender mejor este contexto, la firma McKinsey & Co. realizó un estudio a nivel latinoamericano donde entrevistaron aproximadamente a 200 de las top startups en la región, incluyendo más de 30 líderes en el mercado y más de 300 estudiantes de STEM. Logrando así, cubrir un conjunto diverso de nuevas empresas de diferentes geografías.
Los resultados los agruparon en cuatro principales categorías: financiamiento y relaciones con inversionistas, producto y estrategia de crecimiento, rentabilidad y eficiencia; y gente y cultura.
Financiamiento y relaciones con inversionistas
El estudio reveló que las fuentes de financiación se han diversificado en cuestión de un año, concluyendo que, en el 2021, 10 de los top inversionistas fueron los responsables del 40% de los acuerdos financiados, mientras que en el siguiente año solo el 24%. Esto se debe a que inversionistas locales están adquiriendo más experiencia y apostando por invertir en emprendimientos con un futuro prometedor.
Actualmente, a pesar de ser el primer ciclo a la baja en términos financieros, el panorama se pinta positivo para los emprendedores. Se han visto más de 150 nuevos fondos de capital de riesgo en Latinoamérica que han mostrado interés por tener un envolvimiento más cercano con las startups y con mejores términos de negociación.
“Estamos en una era donde las empresas están adquiriendo nuevos negocios con un claro objetivo a largo plazo y los inversionistas están ampliando su abanico de opciones para apostar por industrias que están incrementando su participación de capital en el mercado como las Fintech, Retailtech y Cleantech”, mencionó Santiago Carbonell, Socio y office manager McKinsey Guatemala.
Producto y estrategia de crecimiento
Los emprendedores encuestados aseguraron que el crecimiento y el desarrollo de producto son su prioridad para alcanzar el éxito en su empresa, seguido por la reducción de costos y el financiamiento de esta. Y no es de menos este resultado, ya que la principal fuente de crecimiento para estos posibles unicornios es la adquisición de nuevos clientes, a través de canales orgánicos tales como SEO, referencias, el crecimiento liderado por los productos, entre otros. Sin embargo, los esfuerzos de marketing en línea como clics pagados en redes sociales también representan una estrategia importante para los CEOs, ya que atraen hasta un 51% de nuevos consumidores a sus organizaciones.
Por otro lado, las startups que se atreven a apostar por nuevos negocios tienden a crecer más rápido en sus diferentes categorías de valor como lo son adquisición de nuevos consumidores, share of wallet, y nuevos productos. La adquisición de nuevos negocios es una estrategia que continúa siendo adoptada y promovida por miles de empresarios en todo el mundo, y en el caso de la región latinoamericana está teniendo un gran impacto tan a nivel local como internacional. Según el estudio, alrededor del 40% de los ingresos de las startups proviene de consumidores internacionales, resaltando la importancia que tiene el darse a conocer en otros países para generar mayor desarrollo.
Rentabilidad y eficiencia
“Una de las mayores preguntas que las empresas se hacen en la actualidad es cómo balancear el crecimiento con la rentabilidad, y la respuesta está en aprender a equilibrar ambas partes para no solo lograr un lanzamiento exitoso, pero que el negocio pueda mantenerse en el tiempo y continuar creciendo”, aseguró Carbonell.
Para esta categoría, expertos de McKinsey como Carbonell, dividieron las startups en 4 tipos según las características de cada uno sobre cómo manejar ese balance entre rentabilidad y eficiencia: Great Gatsby, Rockstar, Embryo y Peter Pan. Las primeras dos se podría decir que son aquellas empresas que tienen un crecimiento fuerte, mientras las últimas tienen uno más débil. Sin embargo, las que más resaltaron, no tanto por su desarrollo como tal, sino por su balance fueron las Rockstar, las cuales aseguraron que en conjunto a crecer rápidamente monitorean de cerca sus aspiraciones de rentabilidad.
Los resultados mostraron que una startup latinoamericana tarda alrededor de un año para pasar de la etapa de lanzamiento a la de monetización, lo que es un tiempo relativamente corto. Sin embargo donde el camino se complica más es alcanzar ese punto de equilibrio que puede tardar hasta más de dos años. Por lo que, depende de cada empresa decidir dónde enfocar sus esfuerzos para eficientizar los procesos internos. En el caso de aquellas que tienen una alta productividad en su proceso de ingeniería, el estudio reveló que utilizan 4 palancas para aumentar su eficiencia enfocadas en arquitectura y plataforma; procesos y herramientas; cultura y talento; y métricas.
Gente y Cultura
En esta era postpandemia las startups han tenido que adaptarse a la nueva realidad, lo que, entre otras cosas, ha implicado que los CEOs adopten los modelos de trabajo flexibles y sus beneficios con el objetivo de retener al talento. Según el estudio, los roles más complicados por mantener en las startups son los relacionados a tecnología y al desarrollo del producto, los cuales en un 56% tienden a cambiarse de empresas por un mejor salario. Además, el 80% de los empleados aseguraron que prefieren un modelo de trabajo híbrido o remoto, pero no completamente presencial.
Por último, el fortalecimiento de la cultura organizacional es la principal prioridad para los CEOs actualmente, quienes buscan que sus colaboradores se identifiquen con la misión de la empresa para obtener mejores resultados.
“En los próximos años será increíble ver el rápido surgimiento de nuevas startups en Latinoamérica, con inversionistas locales, diferentes tipos de negocios y estrategias innovadoras para garantizar su éxito y rentabilidad”, cerró Carbonell.
Fuente. McKinsey Guatemala