El Templo de San Francisco de Ciudad de Guatemala recupera su esplendor luego de los trabajos de restauración realizados en la fachada, a lo largo de estos dos años; este monumento histórico, declarado Patrimonio de la Nación en 1970, inició su construcción en 1800 y abrió sus puertas en 1851.
La restauración de este bien patrimonial era inaplazable, ya que por falta de fondos, se habían realizado pocos trabajos de mantenimiento en los últimos 47 años, y se debía tratar los daños que sufrió el edificio luego del Terremoto de 1976.
El Aporte para la Descentralización Cultural –ADESCA- financió y acompañó técnicamente el proyecto, con el objetivo de restaurar y conservar el Patrimonio Cultural de Guatemala; un significativo aporte para la nación, con esta joya arquitectónica, histórica y artística guatemalteca.
La restauración del Templo de San Francisco es un esfuerzo coordinado interinstitucional con la Iglesia y su feligresía, ADESCA, la Dirección del Centro Histórico de la Municipalidad de Guatemala y la Dirección General de Patrimonio Cultural y Natural del Ministerio de Cultura y Deportes.
Historia del Templo de San Francisco
Con una arquitectura estilo neoclásico, el Templo de San Francisco forma parte del Paseo de la Sexta en el Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala, un lugar emblemático ampliamente transitado, que diariamente es testigo de miles de transeúntes guatemaltecos y extranjeros, los cuales pueden apreciar este bien patrimonial, de valor arquitectónico, histórico, cultural y religioso.
De acuerdo con la Certificación del Registro de Bienes Culturales de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Natural: el 3 de mayo de 1800 inicia la construcción del Templo y en 1829 se detiene, por los acontecimientos políticos de la época; además, en 1830 un fuerte temblor destruyó gran parte de la construcción. Es hasta 1840 que se reparan los daños y se logra finalizar su construcción en 1851. Después de muchos contratiempos, el 22 de febrero de 1851, el templo fue consagrado por el Arzobispo de Guatemala, Francisco de Paula García Peláez, siendo guardián del convento Fray Juan Félix de Zepeda. La consagración tuvo asistencia masiva del pueblo con festejos religiosos, civiles y populares.
La Gaceta de Guatemala del 28 de febrero de 1851 comentó al respecto del Templo lo siguiente: «Se considera como un monumento digno de cualquiera de las ciudades del mundo cristiano”.
El Templo ha resistido los terremotos de 1917-1918; y el terremoto de febrero de 1976 que causó, una vez más, estragos en el templo franciscano. Los fuertes sismos dañaron considerablemente la fachada y arcos del interior, no así la inmensa cúpula fortalecida con hierro que pudo resistir.
Antecedentes que originan la restauración
El paso del tiempo y circunstancias particulares como sismos de gran magnitud han provocado pérdidas importantes en el patrimonio material del Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala, incluyendo el Templo de San Francisco. Este ha sufrido daños importantes en su fachada, que van desde la destrucción parcial de las esculturas de Moisés y Elías, sobre las columnas que custodian la puerta principal; destrucción de las tallas de los capiteles sobre las columnas y pilastras, fisuras y desprendimientos en los acabados, acumulación de humedad y excremento de aves y pérdida parcial de elementos decorativos volumétricos y de bajo relieve, así como acumulación de suciedad y capas de pintura.
Los daños anteriormente mencionados y los que se provocan por el paso del tiempo en general, han impulsado a los encargados de la iglesia y a su feligresía, así como a las autoridades a cargo del cuidado y conservación del patrimonio en Guatemala, a trabajar en propuestas que han permitido la recuperación y conservación del interior de la nave principal; también, la recuperación de la capilla del Señor Sepultado y otras intervenciones, haciendo inminente la necesidad de intervenir la fachada principal. Sin embargo, por falta de recursos había quedado pendiente, durante años, la recuperación mediante restauración de la fachada y sus elementos, esculturas, diseños, puerta principal, que conforman este Patrimonio Cultural y espiritual.
La restauración
Luego de 48 años, el Templo de San Francisco recupera el esplendor de su fachada, gracias al trabajo iniciado por la Iglesia y su feligresía, a la cual se sumaron la labor institucional de: la Dirección del Centro Histórico que tuvo a cargo la inspección, asesoría técnica, avances de las obras así como las bitácoras y documentación del proceso de restauración. La supervisión la realizó la Dirección General de Patrimonio Cultural y Natural; el financiamiento del proyecto otorgado por ADESCA y, el seguimiento que brindó en todo momento presbítero Fray Enoc Zeledón, rector del Templo de San Francisco y su equipo; todos uniendo esfuerzos para preservar esta joya arquitectónica, cultural y artística de Guatemala.
Los trabajos realizados consistieron en la limpieza, resanes y pintura de la fachada principal del templo para recuperar su esplendor patrimonial arquitectónico.
Se realizaron los trabajos de intervención según las especificaciones técnicas definidas en la planificación del proyecto, siguiendo los métodos y procesos indicados en los planos, conforme a los materiales y sistemas constructivos de la fachada del templo, se buscó restaurar los daños y alteraciones identificadas y también expresadas en los planos mediante las propuestas de intervención dadas y autorizadas por las entidades correspondientes.
En resumen se realizó:
- La presentación del proyecto al ADESCA
- La planificación de la restauración.
- Se desprendieron las capas de pintura acumulada en rostros exteriores de muro y la pintura de la última capa aplicada que presentaba deterioro y humedad.
- En cornisas se liberaron los entablamentos de material pulverizado, humedad y excremento.
- Inyección de grietas
- En muros, se rellenaron las áreas en dónde se retiró el acabado.
- Aplicación de los resanes.
- Integración de acabados de fachadas
- Aplicación de nuevo repello. Este se aplicó a todos los elementos resanados, muros, relieves, columnas, pilastras y elementos decorativos.
- Reparación de molduras y elementos decorativos en fachada
- Resanes de cornisas, grietas y desprendimientos.
- Resanes y reconstrucciones de columnas, pilastras y sus elementos.
- Reconstrucción de elementos decorativos como esculturas y jarrones conforme al diseño original y la reconstrucción digital realizada.
- Aplicación de la pintura nueva en fachadas y otros elementos.
- Reparación de puertas y ventanas.
El Patrimonio Cultural Material de los guatemaltecos, es parte de nuestra identidad, y el valor y cuidado del mismo es un reto para todos. La restauración es clave para preservar nuestra identidad cultural, fortalecer el turismo y fomentar la economía local. Además, juega un papel crucial en la construcción de una conciencia colectiva que resalta el valor histórico y político de nuestros bienes más representativos. Invertir en restauración es invertir en el futuro de las comunidades culturales.
Fuente. ADESCA