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Con los 21 nuevos cardenales que serán creados este sábado, Francisco deja su huella en el cónclave que elegirá al nuevo papa: el 80 por ciento de los 140 purpurados que podrán entrar en la Capilla Sixtina han sido elevados en este pontificado y representan una Iglesia mucho más internacional, con atención a países lejanos y mayor presencia latinoamericana.
Francisco ha consolidado con estos nuevos 21 purpurados la internacionalización del grupo que elegirá a su sucesor, con una menor presencia de europeos y mayor representación de Asia y Latinoamérica, pero sobre todo de países que nunca habían estado en un cónclave como Mongolia, Irán, Argelia.
Con este consistorio, el décimo de su pontificado, el colegio cardenalicio estará compuesto por 254 purpurados, 140 de ellos menores de 80 años y por tanto electores, con lo que se establece un nuevo récord: si inmediatamente después el pontífice dimitiera o muriera, el cónclave sería el más concurrido de la historia.
De los 21 que mañana recibirán el birrete y el anillo cardenalicio en la basílica de San Pedro, 20 serían electores en un eventual cónclave, algunos incluso muy jóvenes como Mykola Bychok, de 44 años, nacido en Ternopil, en Ucrania y obispo de referencia de los greco-católicos en Australia, mientras que, a sus 99 años, el nuncio italiano Angelo Acerbi será la excepción.
Seis de los elegidos proceden de Sudamérica: el arzobispo de Lima, Carlos Castilo Mattasoglio, de 74 años; el de Santiago de Chile, Fernando Natalio Chomali Garib (67); el de Santiago del Estero y primado argentino, Vicente Bokalic Iglic (72); el de Guayaquil, el ecuatoriano Gerardo Luis Cabrera (69) y el brasileño arzobispo de Porto Alegre, Jaime Spengler.
De esta manera habrá 24 cardenales latinoamericanos posibles electores, aún lejos de los 55 europeos, pero, aunque los italianos siguen siendo el grupo más numeroso de un futuro cónclave. su peso relativo ha disminuido con el paso de los años: eran 28 sobre los 115 que en 2013 eligieron a Jorge Bergogio y hoy serían 18 sobre 141.
Durante su pontificado, el papa argentino ha rediseñado la geopolítica eclesial: los europeos reducen su presencia a favor del resto de continentes, como el asiático que, a partir de este sábado, serán 25, el 18 % del total, pero también crece África con 18 electores.
En la nueva hornada está por primera vez un representante de Irán, el arzobispo (belga) de Teherán, Dominique Joseph Mathieu; el arzobispo (francés) de Argel, Jean-Paul Vesco, que como curiosidad tiene un pasado como corredor de maratón (en Nueva York en 1989 recorrió 42.195 km en 2 horas y 52′) y está el organizador de los viajes papales, el indio George Jacob Koovakad.
Francisco deja una huella duradera en el futuro: los cardenales elegidos por él constituirán el 80 por ciento de un cónclave, aunque como explican los analistas esto no quiere decir que sea un grupo homogéneo y compacto o con el pensamiento de Francisco.
A última hora se incluyó a Domenico Battaglia, arzobispo de Nápoles desde diciembre de 2020, después de que el obispo indonesio de Bogor, monseñor Paskalis Bruno Syukur, reenunció a la purpura el pasado 22 de octubre «para crecer en la vida sacerdotal».