Las infecciones respiratorias agudas (IRA) son enfermedades que afectan las vías respiratorias del ser humano, suelen desarrollarse en un periodo menor a 15 días y en muchas ocasiones, pueden desencadenar una neumonía. Estas infecciones suelen suceder por el contagio con un virus o por una combinación de virus y bacterias, siendo el neumococo la causa más frecuente de neumonía bacteriana adquirida en la comunidad.
Las IRA son una de las razones más comunes de consulta médica e ingreso a los hospitales, especialmente en los servicios pediátricos, y pueden poner en riesgo la salud pública de un país. Son la causa principal de mortalidad y morbilidad por enfermedad infecciosa en el mundo; específicamente, cerca de 4 millones de personas mueren cada año por este tipo de padecimientos, afectando en mayor proporción a niños entre los 0 y 5 años y a los adultos mayores.
Las infecciones respiratorias suelen clasificarse de acuerdo con su ubicación; es decir, pueden ser de las vías superiores o altas (oído medio, fosas nasales y senos paranasales) o de las vías inferiores o bajas (bronquios, alveolos, broquiolos y la tráquea), dentro de las cuales destaca la neumonía. En ambos casos, son contagiosas y se propagan rápidamente entre las personas.
Según detalló la doctora Lenny Figueroa, líder médica de Vacunas para Pfizer Centroamérica y Caribe (CAC), existen ciertos factores que pueden causar que una persona se contagie con un virus o una bacteria más fácilmente y desencadenar una infección respiratoria aguda, tales como la edad, desnutrición, los lugares con alta concentración de gente, altos cambios de temperatura, la contaminación, las infecciones del pasado, la falta de lactancia materna y tener un esquema de vacunación incompleto, entre otros.
“En Pfizer consideramos que el mejor momento de detener una bacteria o un virus es antes de que infecte a la persona. Por eso, en una era de enfermedades infecciosas y posibles rebrotes, en donde miles de niños y adultos no tienen sus esquemas de vacunación completos, resulta importante la aplicación de precauciones básicas para la prevención y el control de este tipo de enfermedades, como lo son las vacunas y el lavado de manos, en búsqueda de una atención de salud segura”, continuó la doctora Figueroa.
El modo general de transmisión de la mayor parte de las IRA es a través de las gotitas producidas al toser o estornudar y por contacto. En el caso de la neumonía, las bacterias y virus que se encuentran en la garganta o nariz también pueden infectar los pulmones cuando las personas los inhalan.
Otros agentes causales de infecciones respiratorias y neumonía
Adicional al neumococo -también causante de meningitis e infecciones de oído medio-, existen otros microorganismos que pueden desencadenar una infección respiratoria aguda y en ocasiones, neumonía, como lo son la influenza y el virus sincitial (este en niños menores de 5 años).
Por su parte, los rinovirus, adenovirus y diversos tipos de coronavirus pueden provocar una rinofaringuitis (resfriado común), la cual constituye cerca del 50% de las infecciones respiratorias superiores. Otros tipos de infecciones respiratorias agudas pueden ser sinusitis, bronquiolitis, faringoamigdalitis aguda y el síndrome respiratorio agudo severo producido por el virus SARS-CoV.
Prevenir para evitar nuevos brotes
Las infecciones respiratorias agudas, como la neumonía, pueden prevenirse con la puesta en práctica de diversas medidas a nivel personal y comunitario, dentro de las cuales destaca vacunarse y velar porque los esquemas estén completos. “A nivel mundial, existen dos medidas que han tenido un gran impacto en la salud pública: son la potabilización del agua y la vacunación. Las vacunas son la manera más eficaz de prevenir enfermedades y rebrotes de las mismas; son seguras y pueden proteger a la persona de hospitalizaciones, cuadros graves o hasta de la muerte”, comentó la doctora Figueroa.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la pandemia por COVID-19 causó el mayor retroceso ininterrumpido de la vacunación en 30 años, generando que 25 millones de niños lactantes no recibieran sus vacunas. Por eso, resulta necesario que tanto niños como adultos asistan a vacunarse o de lo contrario, podrían presenciarse más personas enfermas, un incremento en brotes de enfermedades prevenibles por vacunación y sistemas de salud sobrecargados.
Otras maneras de proteger la salud de niños y adultos es evitar el contagio con personas enfermas, cubrirse la boca y la nariz al estornudar o toser, mantener el lavado de manos constante y en el caso de los bebés, promover la lactancia materna para reforzar su sistema inmune. Asimismo, tener una buena nutrición y hábitos saludables de adulto, limitar el contacto con el humo del cigarrillo, fomentar una higiene correcta para evitar hogares hacinados y reducir la contaminación del aire en interiores.
En caso una persona contraiga una infección respiratoria aguda, los tratamientos suelen incluir antibióticos y antivirales, dependiendo del tipo de enfermedad. Solamente si el paciente presenta gravedad, se requerirá hospitalización.
“Si bien, al día de hoy miles de personas se han visto beneficiadas por las vacunas, nuestro trabajo como empresa enfocada en el paciente aún continúa. Muchos virus y bacterias todavía representan un riesgo para la salud pública, por lo que en Pfizer continuamos investigando y desarrollando innovaciones para sumar, a futuro, más vacunas aprobadas que combatan a estos microorganismos”, concluyó la doctora Lenny Figueroa.
Fuente. Pfizer