El cáncer de pulmón es considerado la principal causa de muerte en países desarrollados y la segunda en aquellos que se encuentran en vías de desarrollo, y la carga se agrava por una serie de factores, como el envejecimiento de la población y el crecimiento de esta, además del consumo del tabaco y malos hábitos alimenticios. Costa Rica ubica esta enfermedad entre los cincos tipos de cáncer que cobra más vidas al año, falleciendo en el 2020 un 6.2% de los pacientes, afectando en su mayoría a los hombres.
Ante esta situación, la Organización No Gubernamental, Unidos contra el Cáncer – a través de su iniciativa Respirando Esperanza- y la Universidad Autónoma de Centro América (UACA) plantean el proyecto de investigación “Comportamiento epidemiológico y respuesta socio-institucional para el abordaje del cáncer de pulmón en Costa Rica”, en el cual se realizó un diagnóstico sobre la situación epidemiológica del cáncer de pulmón a nivel país y se identificaron las necesidades y barreras que enfrentan los pacientes con cáncer de pulmón en la red de servicios de salud del país.
El proyecto investigativo inició en enero de 2021 con la conformación de un equipo de profesionales en investigación, epidemiología, cáncer y promoción de la salud, para convertirse en una investigación oficial aprobada por el Comité Ético Científico (CEC) y el Consejo Nacional de Investigación en Salud (CONIS).
“Buscamos crear evidencia sobre la situación actual y las necesidades que enfrentan las personas diagnosticadas con la enfermedad en los servicios de salud. Como sobreviviente de cáncer de pulmón, me he asegurado de que el proyecto tenga un enfoque centrado en las personas y que se desarrolle en vinculación con otros actores de relevancia en el abordaje del cáncer de pulmón, incluidas otras organizaciones de la sociedad civil”, indicó Alexandra Núñez, presidenta de la Asociación Unidos Contra el Cáncer.
Algunos de los datos que impulsaron la investigación, datan del periodo del 2000 al 2009, donde en Costa Rica se presentó un aumento en la tasa de mortalidad en catones como San Mateo, Dota, Osa, Atenas y Moravia, siendo la zona más afectada el Gran Área Metropolitana. “En nuestro país el cáncer ha figurado como uno de los problemas de salud pública, esto por su carga en la morbi-mortalidad, las repercusiones sociales y económicas. Es importante destacar que esta carga puede disminuir, siempre y cuando, se tomen medidas preventivas de política pública y se logre estandarizar los protocolos de diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los pacientes con la enfermedad,” explicó Alexandra Núñez, presidente de la Asociación Unidos Contra el Cáncer, de Costa Rica.
Dentro de la fase 2 de la investigación, se identificó una parte representativa de la respuesta institucional pública y privada en Costa Rica, principalmente de la Caja Costarricense de Seguro Social y el Ministerio de Salud, así como la respuesta de la sociedad civil organizada ante la situación epidemiológica del cáncer de pulmón en Costa Rica. Para ello se desarrolló una revisión documental y se consultó, por medio de entrevistas semiestructuradas, a diferentes actores: institucionales, sociedad civil organizada y empresas farmacéuticas. Y como última fase, se destacó la Voz del paciente, una ruta del proceso de atención del cáncer de pulmón, donde participaron pacientes con diagnóstico de cáncer de pulmón y los acompañantes de dichos pacientes.
Principales hallazgos:
A nivel país, el comportamiento epidemiológico estimó que la incidencia por cáncer de pulmón tuvo una disminución entre el año 2000 y el 2016 del 9.00%; lo anterior podría estar vinculado a los esfuerzos nacionales en el marco de la prevención de consumo de tabaco, principalmente por la Ley General de Control del Tabaco y sus efectos nocivos en Salud. Con respecto a la mortalidad por cáncer de pulmón, desde 1994 a 2019 muestra un crecimiento constante en las tasas; siendo la población más afectada hombres y personas entre los 60 y 80 años.
Excluyendo el hábito de fumar, las tasas de mortalidad por cáncer de pulmón están relacionadas con el diagnóstico oportuno. La sobrevida de los pacientes a 5 años es del 15%, pues, el diagnostico en estadio temprano se considera un mecanismo de prevención e interrupción de la progresión del cáncer. debido a lo anterior, se requiere una mejor clasificación del riesgo de desarrollar la enfermedad utilizando modelos de predicción o biomarcadores del cáncer de pulmón y considerando las características biológicas de los cánceres agresivos.
“Resulta trascendente identificar la ruta de atención, necesidades y barreras que enfrentan los pacientes con cáncer de pulmón en el proceso de atención. Además, es importante explorar el estigma de la enfermedad y el seguimiento del protocolo para el diagnóstico oportuno por parte del personal de salud en un primer nivel de atención. Las evidencias aportadas por la evaluación permitirán validar la decisión de ampliar o modificar la ejecución de la intervención,” añadió Núñez.
No obstante, los esfuerzos para hacer frente al cáncer de pulmón no constituyen un campo de dominio exclusivo de las instituciones del Estado, ya que la sociedad civil organizada ha impulsado iniciativas para prevenir el cáncer de pulmón y colaborar en la mejora de la calidad de vida de las personas que padecen dicha patología. Los servicios que ofrecen las ONG ’s a pacientes con cáncer, incluido cáncer de pulmón, buscan satisfacer necesidades como problemas de traslado al centro de salud, acompañamiento en su proceso de tratamiento, alimentación adecuada, y la defensa de sus derechos como pacientes, así como el acceso a los servicios de salud.
En conclusión, la investigación identificó la importancia de la reorientación de los servicios de salud a partir de las necesidades del paciente, dada las múltiples dudas y barreras a las que se enfrentan en la red de la Caja Costarricense de Seguro Social, esto con el propósito de mejorar el bienestar y calidad de vida.
“Dentro de los principales desafíos a nivel país en el campo del cáncer de pulmón, se destaca el promover un diagnóstico temprano a través del fortaleciendo en el primer nivel de atención, así como el abordaje de la estigmatización del fumador con el cáncer de pulmón y dotar de recursos a la red de servicios de salud para mejorar la respuesta institucional. Al comparar el tamizaje mediante tomografía de tórax de dosis baja y la radiografía de tórax, se encontró por medio de un estudio una reducción del 20% en la mortalidad, por lo que se requiere, una mejor estratificación del riesgo utilizando modelos de predicción o biomarcadores del riesgo de cáncer de pulmón. Esto a su vez conducirá diagnósticos de forma oportuna, determinando mayores probabilidades de tener un tratamiento eficaz, por tanto, el porcentaje de supervivencia del paciente es mayor, la morbilidad se reduce y el tratamiento suele ser más económico”, concluyó Núñez.
Fuente. Asociación Unidos Contra el Cáncer / Respirando Esperanza