Cuba. El oriente cubano tiene innumerables atractivos y misterios para los turistas, pero existe un lugar muy particular que todavía resalta hoy por encima de los restantes escenarios, el Morro de Santiago.
Cuba posee fortalezas coloniales muy bien conservadas que constituyen atractivo muy particular para los viajeros e incluso para profesionales de la fotografía y la arquitectura, con un ejemplo sumamente interesante en el mencionado.
El Castillo de San Pedro de la Roca en la oriental y legendaria ciudad de Santiago de Cuba es punto obligado de visita de viajeros tanto cubanos como extranjeros. Un lugar perfecto para tomar imágenes y compartirlas en las redes sociales.
Este fuerte fue construido como consecuencia de las rivalidades comerciales y políticas en la región del Caribe en el siglo XVII. La posición se compone de una serie de fortificaciones en un promontorio rocoso, construidas con el objetivo de proteger el importante puerto de Santiago.
Este intrincado complejo de fuertes, baluartes y baterías, es el ejemplo más completo y mejor conservado de la arquitectura militar española-estadounidense, con base en los principios de diseño italiano y renacentista.
El conjunto fue incluido en la Lista del Patrimonio de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1997. Esta instalación fue debilitada por los terremotos de 1675, 1678 y 1679, pero reconstruida y consolidada de 1693 a 1695.
San Pedro de la Roca, con sus baterías conexas de La Estrella y Santa Catalina por el canal que conduce al puerto de Santiago de Cuba, y la batería de Aguadores en la cota sur, protegen la bahía de Santiago, y recibe al visitante para otorgarle una de las más bellas vistas, incluso del paisaje turístico de toda la isla.
Su excepcional ubicación y su adaptación a la topografía ponen el castillo en un grupo ampliamente reconocido de tres de esas fortalezas diseñadas por los famosos arquitectos militares, padre e hijo, Bautista y Juan Bautista Antonelli, respectivamente.
Las otras muestras son el Castillo de los Tres Reyes en La Habana y el Castillo de San Sebastián en San Juan (Puerto Rico).
La autenticidad del lugar es alta porque sufrió pocos cambios desde el siglo XIX, cuando salió de su uso, hasta la década de 1960, cuando comenzó el trabajo de restauración, ello en referencia al de Santiago.
Con el crecimiento del transporte marítimo en el Caribe y la política de Felipe II de la fortificación de las colonias españolas, se instalaron allí, después de perder la supremacía naval en 1588, un revellín y batería entre 1590 y 1610 en la playa sur-occidental del promontorio.
Esta fortificación fue construida para proteger la entrada a la ciudad de Santiago de Cuba, y de los ataques de piratas; en la actualidad constituye un símbolo del turismo de la parte oriental de este país.
Fuente: PL.