Se trata de una práctica turística en desarrollo, cuando ahora sobresale como forma de mejorar la salud humana, en particular la mental, y que se apoya en investigadores y expertos de varias partes del mundo.
La observación de aves, constituye en la actualidad una modalidad significativa del turismo de naturaleza que muchas personas siguen con denuedo y en varias partes del Planeta, precisamente para percibir diferencias.
Algunos expertos mencionan que las personas que viven en vecindarios con más aves, arbustos y árboles son menos propensas a sufrir de depresión, ansiedad y estrés. Tal afirmación la difunde un estudio de investigadores de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido, del Fondo Británico de Ornitología y de la Universidad de Queensland, Australia.
La investigación, que involucró a cientos de personas, concluyó que poder ver aves y vegetación cerca de casa tiene efectos beneficiosos para la salud mental, ya se trate de vecindarios urbanos o de zonas suburbanas más verdes.
De ahí que además de las aves en el vecindario, los viajes para observación son además de curiosos muy saludables.
El estudio mencionado evaluó la salud mental de más de 270 personas de diferentes edades, niveles socioeconómicos y orígenes étnicos.
Concluyeron que aquellos que pasaron menos tiempo al aire libre que lo acostumbrado en la semana anterior a ser entrevistados tendieron a reportar más ansiedad o depresión.
Tras realizar extensos sondeos sobre número de aves durante la mañana y la tarde en las regiones inglesas de Milton Keynes, Bedford y Luton, el estudio encontró que los niveles más bajos de depresión, ansiedad y estrés estaban asociados con una mayor cantidad de aves que la gente podía ver.
El estudio contabilizó variedades de aves comunes como petirrojos, mirlos, herrerillos y cuervos, pero no encontró una correlación entre las especies de aves y la salud mental.
La diferencia parece hacerla el número de aves que las personas podían ver desde sus ventanas, en los jardines o en los vecindarios. Esto también se puede traducir a ventanas de hoteles en el campo, o los alojamientos que ofrece el tan difundido en la actualidad turismo rural.
Investigaciones anteriores encontraron que las personas no tienen una especial habilidad para identificar especies diferentes, lo que sugiere que, para la mayoría, es la interacción con las aves y no un tipo específico de pájaro, lo que mejora el bienestar mental.
En ese sentido el doctor Daniel Cox de la Universidad de Exeter, dijo que dicho estudio empieza a esclarecer el papel que algunos elementos clave de la naturaleza juegan en nuestro bienestar mental.
De ahí que la asociación positiva de las aves, arbustos y árboles con la salud mental es aplicable aún después de los ajustes hechos por variaciones como el estado de privación los vecindarios, ingresos domésticos, edad y una amplia gama de otros factores sociodemográficos.
Países como Costa Rica tienen amplia experiencia en cuanto a los viajes para observar aves, y los grupos de visitantes cuentan con la compañía de guías expertos en cuanto a los distintos tipos de cantos, y los lugares y costumbres de las aves.
Otro estudio, en este caso conducido por el doctor Cox y el profesor Kevin Gaston, ambos del Instituto de Sostenibilidad Ambiental de la Universidad de Exeter, encontró que la observación de aves hace sentir a las personas más relajadas y conectadas con la naturaleza.
Fuente: PL.