Estimated reading time: 2 minutos
Cuba. La región de Jardines del Rey en Cuba continúa hoy como uno de los lugares más atractivos para los viajeros que llegan a este archipiélago.
Constituye un espacio muy natural y con sobradas comodidades. La zona centro-norte de Cuba abarca un área de cayos de gran desarrollo turístico a partir de los encantos de la naturaleza, emblemático escenario sumamente conocido en el mundo.
Se trata de la en su momento cuarta región de desarrollo recreativo del país por su capacidad hotelera (detrás de La Habana, Varadero y Holguín).
Ese nombre, Jardines del Rey, devenido marca, agrupa varios cayos con potencial turístico en el archipiélago Sabana-Camagüey, y tal bautizo se debe al explorador español Diego Velázquez, quien entre 1513 y 1514 quiso rendir honores al rey Fernando el Católico de dicha manera.
Por tanto, ese nombre resultó la denominación oficial de esos lares hasta principios del siglo XX.
Lugar abandonado, solo frecuentado en su momento por carboneros y pescadores con asentamiento temporal, se tornó en lugar ideal para unas vacaciones perfectas.
También fue sitio inmortalizado por el escritor estadounidense Ernest Hemingway en el libro Islas en el Golfo, y por donde incluso este autor persiguió submarinos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
Cayo Coco es la cuarta isla en extensión del archipiélago cubano y principal eje de la zona, cuyo nombre se debe al pájaro Coco o Ibis del bosque, blanco y de pico curvado.
Pero también están los cayos Guillermo, Cruz y Paredón Grande, incluidos en los planes de desarrollo turístico con una potencialidad de hasta 22 mil habitaciones.
Tiene Cayo Coco 370 kilómetros cuadrados y 22 kilómetros de playa, en tanto Cayo Guillermo cuenta con 13 kilómetros cuadrados y casi seis de playas, entre estas Pilar, con la mayor duna arenosa del Caribe (15 metros de altura) según los partes oficiales.
Paredón Grande, el otro cayo del lugar, dispone de ocho kilómetros de playas, y el cuarto en relevancia es Antón Chico. Por esos lugares se distinguen más de 200 especies de aves, simbólica el Flamenco Rosado, y una flora con alrededor de 385 especies, dentro de ellas 28 endémicas.
Las playas constituyen el principal atractivo del lugar con una suma de 38 kilómetros en extensión, y pese a ser estrechas, sus aguas son cristalinas y los fondos bajos.