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Cuba. El santuario de El Cobre en el oriente de Cuba consiste en un sitio especial que resultó una de las escalas de los asistentes a la Convención de Turismo de Naturaleza, Turnat 2024.
Los 130 turoperadores y agentes de viajes de 20 países, visitaron ese lugar de recogimiento religioso y también de belleza paisajística.
Un semblante sosegado de la monja mexicana Estela Cruz Álvarez, recibió a muchos de quienes fueron en esos días al santuario. De pequeña estatura y pocas palabras, dialogó con Prensa Latina para dar una imagen significativa de quienes permanecen en ese recinto.
Cruz Álvarez pertenece a la congregación Discípulos de Jesús Buen Pastor. Proveniente de Chiapas, México, su semblante destila amabilidad y respeto, además de resaltar un semblante propio de sus orígenes. Señaló que lleva unos pocos meses en El Cobre y su estancia es por un año, pero ya se sentía muy agradecida y satisfecha por lo que veía y por Cuba.
Con ella pudieron conversar los participantes y acogerse al recogimiento que propicia el santuario, en un entorno natural y de una belleza significativa.
Quienes recorrieron la iglesia, fueran religiosos o no, hicieron una especie de reverencia turística, en concordancia con las relaciones de tolerancia cultural presente en la industria de los viajes.
EL COBRE SIEMPRE RENOVADO Y PRESENTE
Se trata de un lugar cubierto por un ambiente casi mágico con un irresistible deseo de conocer en quienes alguna vez escuchan sobre su presencia y contenido de piezas donadas por figuras de diversa procedencia u origen.
Radica en una colina sobre el poblado del mismo nombre, a escasa distancia de una mina a cielo abierto.
La llegada a la ermita de El Cobre, en Santiago de Cuba, es algo ya casi rutinario, al margen de todo el misticismo que encierra entre montañas y con una leyenda por delante de marineros, mar embravecida, encuentros y desencuentros.
En ese sitio se ubica una iglesia típica, de cúpula roja y paredes claras, donde se guarda con celo, desde hace mucho, la figura de la Virgen de la Caridad de El Cobre, Patrona de Cuba.
Cuentan que en 1608, dos indios y un niño negro esclavo encontraron en la nororiental Bahía de Nipe la imagen de la Virgen con una inscripción que la identificaba como tal.
Algunos historiadores añaden a esa leyenda versiones que ponen en duda la fecha exacta del descubrimiento.
Refieren que en el Archivo de Indias en Sevilla, España, se conservan (desde 1687) descripciones del anciano Juan Moreno, uno de los tres protagonistas, en ese entonces con 10 años de edad, por las cuales se deduce que el acontecimiento ocurrió en 1606.
De cualquier manera, la mayoría de los documentos y estudios coinciden en que los remeros se nombraban Juan y Rodrigo de Hoyos y el niño negro Juan Moreno.
Ellos fueron en un viaje para buscar sal, durante el cual distinguieron, en medio de la Bahía un gran bulto, y al acercarse descubren a la imagen de la Virgen sobre una tabla con una cruz de oro en su mano derecha y al niño Jesús en su brazo izquierdo.
El 12 de agosto de 1898, terminada la guerra de los mambises (rebeldes contra la colonización española), el general cubano Calixto García envió a su estado mayor a celebrar una misa solemne y un “Te Deum” de acción de gracias.
Otros hechos de importancia son el pedido, en 1915, de los veteranos mambises al Papa Benedicto XV de la proclamación de la Patrona de Cuba, la inauguración del santuario el 8 de Septiembre de 1927, y el envío el 30 de diciembre de 1977 por el Papa Paulo VI del cardenal africano Bernardín Gantin como emisario suyo, con el fin de proclamar la Ermita, Basílica Menor.
El Santuario Nacional y Basílica de El Cobre se encuentra a unos 18 kilómetros de la ciudad de Santiago de Cuba, al que se llega por la carretera central, pero se distingue con claridad, recortada su silueta entre las montañas cuando se viaja en automóvil.
Es una edificación rectangular con paredes color crema tocada con la cúpula roja, de fuertes contrastes con el verdor de las montañas.
El altar de la Virgen fue construido con mármoles y por lo general su silueta está de frente a la capilla del Santuario, a la cual se accede por la parte posterior, ubicada sobre la Capilla de los Milagros, donde reposan los recuerdos de miles de feligreses.
Ese altar posee un dispositivo eléctrico que hace girar a la Virgen de forma tal que cuando hay misa, ella queda de frente a sus devotos en el salón principal, al cual se llega por la escalera, y de lo contrario permanece de cara a quienes la visitan en la capilla.
Un donante muy especial para la Virgen lo fue el novelista estadounidense Ernest Hemingway (1899-1961), quien en 1956 entregó la medalla que le acreditaba como el premio Nobel de Literatura (1954) y una réplica se encuentra en El Cobre (el original permanece en el Arzobispado de La Habana).
El escritor consideraba a los pescadores de Cojímar, pueblo del este habanero, como las mejores gentes del paìs y quiso homenajearlos. Por ello donó la medalla, y como la Patrona de Cuba es la Virgen de la Caridad, allí consideró que era donde mejor estaba protegida.
Con todas estas historias a cuestas, la belleza del lugar y lo atractiva que es la oriental ciudad de Santiago de Cuba, visitar El Cobre se convierte en viaje imprescindible para comprender a los cubanos y a la historia de esta nación.