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CGN contribuye a la conservación del cocodrilo americano en Izabal

Guatemala. El cocodrilo americano es el reptil más grande de Centroamérica y existen pocas regiones en Guatemala donde se pueda estudiar esta especie, en SETAL la Reserva Natural Privada administrada por la Compañía Guatemalteca de Níquel –CGN-, la primera reserva bajo la tutela de un proyecto minero en el país, esta especie encuentra las condiciones necesarias para realizar su anidación.

Por las características y riqueza en biodiversidad de SETAL, se han diseñado diferentes proyectos de conservación, entre los que se encuentra el proyecto de Monitoreo del Cocodrilo Americano, que cuenta con la asesoría científica de la Facultad de Veterinaria y Zootecnia  de la Universidad de  San  Carlos de Guatemala. Dicha Reserva cuenta con la autorización y registro del Consejo Nacional de Áreas Protegidas -CONAP- y es miembro de la Asociación de Reservas Naturales Privadas de Guatemala -ARNPG-.

Los cocodrilos son reptiles muy evolucionados y con sentidos bien desarrollados. Sus ancestros datan del Período Triásico hace unos 200 millones de años al igual que los de las tortugas, los dinosaurios y otros reptiles. Inicialmente eran terrestres y de contextura ligera, aunque pronto evolucionaron y en el Cretáceo llegaron a medir hasta 12 metros.

De entre estos animales con tanta historia, algunos tienen poblaciones que hay que proteger con especial dedicación para que no desaparezcan, y de entre ellos es de especial interés el cocodrilo americano, ya que anualmente llegan del lago de Izabal a aparearse, anidar y eclosionar a un antiguo canal en SETAL.

El cocodrilo americano es una especie que está catalogada como vulnerable ya que se encuentra en la Lista de Especies Amenazadas de CONAP. Para evitar su total extinción la Ley de Especies Amenazadas mandata su protección frente al acoso que sufre y a la caza ilegal, ya que actualmente hay zonas donde ya ha desaparecido y otras donde podría desaparecer.

El cocodrilo americano Crocodylus acutus es la especie más grande de las cuatro existentes en el continente americano, los recién nacidos pueden medir entre 25 a 30 centímetros en promedio. Los adultos machos pueden alcanzar longitudes de 4 metros y pesar 182 kg. Y las hembras hasta 3 metros y pesar 73 kg. Pueden vivir de 50 a 60 años.

Los cocodrilos de manera general son reptiles de gran tamaño, de cabeza ancha, aplanada y de forma triangular, con fuertes mandíbulas, que poseen dientes muy agudos que se abren con los maxilares; las aberturas de los oídos se encuentran a ambos lados de la cabeza.

Al situarse los ojos, la nariz y los oídos sobresaliendo en la parte superior de la cabeza, pueden asomarse sin ser vistos ya que el resto del cuerpo queda bajo el agua. Sus ojos tienen una membrana que los protege permitiéndoles ver, como un tercer párpado, y tienen además unas glándulas lacrimales que les permite expulsar el exceso de sal de su cuerpo con lágrimas (lágrimas de cocodrilo).

El dorso del cuerpo del cocodrilo americano está cubierto de placas óseas y en la región abdominal y lateral tienen escamas. Tienen cuatro miembros locomotores. La cola es gruesa en la base y comprimida en el punto más distante de la cabeza, siendo el órgano más importante para la propulsión ya que mientras nada, los miembros anteriores y posteriores permanecen pegados al cuerpo.

Los ejemplares más pequeños pueden correr algo, e incluso los más grandes son capaces durante un corto tiempo de ir a cierta velocidad inesperada, aunque suelen arrastrarse pueden levantar su vientre del suelo.

Mientras los más pequeños son de color verde oscuro con un dibujo de bandas en la cola y la espalda, los jóvenes son verde oliva sin estas bandas y los adultos son grises con un color de blanco a amarillo en el vientre.

Su localización se extiende desde el sur de la Florida, México, Centro y Sur América, se les puede localizar en aguas dulces, salobres y saladas, comúnmente en hábitats costeros, manglares, y pantanos.

El Programa de Monitoreo y Conservación del Cocodrilo Americano en SETAL establece diferentes actividades, entre ellas los patrullajes continuos que realiza el personal de guarda recursos a lo largo de la zona de anidación para localizar nidos, los cuales se identifican y protegen de predadores, de acuerdo con un protocolo diseñado para esto.

La temporada de anidación de cocodrilos permite a los colaboradores interactuar con los animales en su estado natural, además de apreciar el proceso de eclosión por lo que se organizan visitas de directores, colaboradores y sus familias, y comunitarios.

A través de la asesoría externa y el continuo empeño en el desarrollo del cuidado del cocodrilo americano, se ha logrado capacitar tanto a personal interno de la empresa como personas externas sobre la correcta manipulación y monitoreo de esta importante especie protegida, a través de los siguientes pasos:

1. Toma de medidas biométricas;

2. Peso de cada individuo;

3. Marcaje de Individuos;

4. Identificación de escudos nucales;

5. Registro de datos en boletas de campo y 

6. Liberación al canal junto a la Reserva SETAL.

CGN se suma exitosamente al esfuerzo de las instituciones para la conservación de las especies en peligro de extinción, ya que el programa de monitoreo y cuidado del cocodrilo americano, ha dado como resultado una repercusión positiva sobre la especie, pues el número de cocodrilos liberados ha aumentado significativamente durante los años del monitoreo.

Fuente. Periódico Digital Centroamericano y del Caribe

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