El famoso Texas Hold’em y el clásico Five-Card Draw son las mejores modalidades para los novatos.
Podría decirse que el póker es más que un juego de cartas, pues combina estrategia, psicología y riesgo medido. Sin embargo, para quien recién empieza, la cantidad de modalidades puede ser abrumadora y nombres como Omaha o Stud suenan a otro idioma.
Pero el truco no es aprender todo de golpe, sino arrancar por las versiones más directas.
Las siguientes son las dos puertas de entrada más recomendadas para los que dan sus primeros pasos: el popularísimo Texas Hold’em y el clásico Five-Card Draw.
Texas Hold’em
Si pensás en poker, seguramente pensás en Texas Hold’em. Esta modalidad domina casinos, salas online y los torneos más importantes de todos los juegos de poker, como la Serie Mundial de Póker (WSOP).
El Texas Hold’em se ganó su popularidad porque sus reglas se aprenden en minutos, pero su profundidad estratégica es tan grande que se necesita toda una vida para dominarlo.
Por eso, para cualquiera que aspire a jugar al póker en serio, aprender Texas Hold’em es algo indiscutible.
¿Cómo se juega?
El objetivo del juego es formar la mejor mano posible de cinco cartas. Para eso, podés usar cualquier combinación de las siete cartas que tenés a disposición: dos que son solo tuyas y cinco comunitarias que se ponen sobre la mesa.
En una partida suelen participar entre 2 y 10 jugadores. Para asegurar que siempre haya algo en juego, se usan apuestas forzadas conocidas como ciegas.
Un botón marca la posición del repartidor, y los dos jugadores a su izquierda ponen la ciega pequeña y la ciega grande. Después, inicia el juego.
Las rondas de una mano
Una mano de Texas Hold’em se desarrolla en cuatro rondas de apuestas:
- Pre-flop: es la primera ronda y ocurre justo después de que cada uno recibe sus dos cartas privadas. Acá evaluás la fuerza inicial de tu mano y decidís si vale la pena participar.
- Flop: terminada la ronda anterior, el repartidor pone las primeras tres cartas comunitarias sobre la mesa. Con esa nueva información, empieza una segunda ronda de apuestas.
- Turn: ahora se revela una cuarta carta comunitaria. Esta carta puede cambiarlo todo y da paso a la tercera ronda de apuestas.
- River: finalmente, se descubre la quinta y última carta comunitaria. Esto abre la última ronda de apuestas antes de mostrar el juego.
En cada una de estas etapas, los jugadores pueden pasar (check), apostar (bet), igualar (call), subir la apuesta (raise) o retirarse (fold).
Si al final quedan dos o más jugadores, se llega al showdown. Aquí todos muestran sus cartas y el que tenga la mejor combinación de cinco se lleva el pozo.
Five-Card Draw
Mucho antes del boom del Texas Hold’em, el póker que se jugaba en las sobremesas familiares era el Five-Card Draw. Es muy probable que haya sido la primera versión que aprendieron tus viejos.
Su encanto está en su simpleza. Esta modalidad se enfoca puramente en formar manos y en el arte del engaño, sin las complejidades de las cartas comunitarias de otras modalidades.
¿En qué consiste?
A diferencia del Hold’em, acá no hay cartas comunitarias. El juego es completamente privado. El objetivo es conseguir la mejor mano de cinco cartas después de una única oportunidad para descartar algunas y recibir otras nuevas.
El flujo de una partida
El desarrollo es secuencial y muy fácil de seguir, pues trae apenas dos momentos claros de apuestas:
- Reparto inicial: después de una apuesta inicial obligatoria (ante), cada jugador recibe cinco cartas boca abajo.
- Primera ronda de apuestas: con esas cinco cartas, empieza la acción. Los jugadores evalúan su mano y deciden si apostar, igualar, subir o retirarse.
- Fase de descarte: los que siguen en la mano tienen la posibilidad de mejorar su juego. Cada uno puede descartar las cartas que quiera (las reglas caseras suelen limitar el descarte a tres) y recibir la misma cantidad del mazo. También se puede optar por no descartar nada, lo que se conoce como plantarse.
- Segunda ronda de apuestas: con las manos definitivas, llega la última ronda. Generalmente, las apuestas acá son de mayor valor.
Si después de esta vuelta quedan varios jugadores, se muestran las cartas. Quien tenga la combinación de cinco cartas de mayor rango gana el pozo acumulado.
¿Cuál elegir para empezar?
Tanto el Texas Hold’em como el Five-Card Draw son puntos de partida excelentes, pero apuntan a distintos estilos de aprendizaje.
El Five-Card Draw es ideal para entender la jerarquía de las manos y las apuestas básicas en un entorno más controlado. El Hold’em es más complejo en su estrategia, pero te mete de lleno en la modalidad más relevante hoy en día.
Una vez aprendidas las bases, se puede pasar a otras variedades más complejas, como el Omaha.
Pero la mejor elección es, simplemente, la que más te llame la atención. Animate, elegí una y poné en práctica lo aprendido.