México. “Nuestro planeta acaba de soportar una temporada de ebullición: el verano más caluroso jamás registrado. El colapso climático ha comenzado. Los días caninos del verano no son sólo ladridos, sino que también muerden”, declaró el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.
Asimismo, aseguró que “los científicos han advertido durante mucho tiempo lo que desatará nuestra adicción a los combustibles fósiles. Nuestro clima está implosionando más rápido de lo que podemos hacer frente a los fenómenos meteorológicos extremos que afectan a todos los rincones del planeta”.
Guterres señaló que el aumento de las temperaturas exige un aumento de la acción. “Los líderes deben aumentar la presión ahora para encontrar soluciones climáticas. Todavía podemos evitar lo peor del caos climático y no tenemos un momento que perder”.
Por su parte Petteri Taalas, secretario de la Organización Meteorológica Mundial, dijo: “Las olas de calor empeoran la calidad del aire, con efectos en cadena en la salud humana, los ecosistemas, la agricultura y, de hecho, nuestra vida cotidiana. El cambio climático y la calidad del aire no pueden tratarse por separado. Van de la mano y deben abordarse juntos para romper este círculo vicioso”.
Época de Calor sin precedentes
Según el observatorio Copernicus de la UE, agosto de 2023 fue el agosto más cálido de la historia registrado a nivel mundial.
Además, explicó que se experimentaron olas de calor en múltiples regiones del hemisferio norte, incluido el sur de Europa, el sur de Estados Unidos y Japón, y se registraron temperaturas muy por encima del promedio en Australia, varios países de América del Sur y alrededor de gran parte de la Antártida.
Según Samantha Burgess, directora adjunta del Servicio de Cambio Climático de Copernicus: “Los récords de temperatura global seguirán cayendo en 2023, y el agosto más cálido siguió a los julio y junio más cálidos, lo que condujo al verano boreal más cálido. En adhesión, en los meses referidos se registraron precipitaciones superiores a la media en la mayor parte de Europa occidental y Turquía, y en el oeste y noreste de América del Norte, partes de Asia, Chile y Brasil, y el noroeste de Australia, dejando inundaciones sin precedentes.
Fuente: Excelsior.