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Panamá. El país está a dos detenciones de perder la calificación que busca impulsar un comercio marítimo más seguro
En abril de 2023 la marina mercante panameña fue admitida al programa de la Guardia Costera estadounidense denominado “Qualship 21”. Dicha calificación beneficia a los operadores y propietarios de naves, ya que de esta forma reducen el número de inspecciones y detenciones en el puerto estadounidense al que arriba la nave.
Pero la buena noticia duró poco. En tan solo cuatro meses, aproximadamente en julio pasado, Panamá estaba a dos detenciones de perder la calificación.
Para esta fecha lo más probable es que hayamos perdido la calificación, sin embargo, la guardia costera emite la evaluación de las flotas en junio de cada año. En este sentido, Panamá conocerá de su estatus el próximo año.
Las flotas que ingresan a este programa se someten a las inspecciones de rigurosidad, en caso de no cumplir con todas las exigencias, se detienen las naves. Cada tres años se hace un promedio entre inspecciones y las detenciones de la nave, si la flota sobrepasa la cantidad permitida, se pierde la condición. Para cumplir con este requisito, Panamá debe implementar un monitoreo de los barcos que se acercan a los puertos en cuestión para asegurarse de su condición y pasar la revisión antes de que lleguen a puerto.
El programa Qualship 21, implementado en 2002 por la Guardia Costera estadounidense, busca garantizar un comercio marítimo seguro y ambientalmente racional. En este sentido la Guardia Costera de Estados Unidos recompensa a aquellas empresas, operadores y embarcaciones que demuestren el mayor compromiso con calidad y seguridad gracias al cumplimiento de las normas internacionales.
Pertenecer a este programa fue una de las peticiones más recurrentes de los clientes del registro, según lo estableció un estudio de mercado efectuado por la Autoridad Marítima de Panamá.
En julio pasado Panamá estaba a dos inspecciones de exceder el 1% permitido de la totalidad de los buques que atracan en puertos de Estados Unidos en un promedio de tres años. Por lo que es muy posible que para el próximo año, Panamá pierda esta categoría que le duró sólo algunos meses.
Antes de ingresar al programa, Panamá hizo un proyecto de monitoreo pre-arrival en aguas jurisdiccionales de Estados Unidos que pretendía reducir las probabilidades de detenciones a los buques con bandera panameña a través del monitoreo de la nave en áreas sensitivas al momento de ser inspeccionados por el estado rector en puerto. La reducción de detenciones incrementa el chance de entrar en el programa Qualship 21.
La competencia, los registros de Liberia e Islas Marshall, controla esta situación con un sistema de prevención de detenciones dinámico desarrollado por una compañía estadounidense que les permite verificar las condiciones del buque, y el riesgo que se encuentra, dependiendo a qué puerto se dirija sin la necesidad de depender de la clasificadora. La licencia de este sistema, según fuentes vinculadas a la industria, puede costar aproximadamente $3 millones anuales.
La Autoridad Marítima de Panamá (AMP), ha efectuado tres licitaciones para comprar un sistema similar de evaluación de riesgos variables de la flota panameña, pero por un monto de $10 millones. Las tres veces se declaró desierta. En la segunda y tercera no se presentaron proponentes.
Flota vieja
La flota panameña es más vieja que la de Liberia o Marshall. 104 naves tienen más de 30 años y 35 de más de 40 años. Por ejemplo, entre 2012 y 2017 se registraron 625 detenciones en los puertos de París Mou a buques de bandera panameña. De ellos, 176 ya habían sido detenidos mínimo dos veces y máximo 4.
Esta es una de las causas que influyeron para que Panamá fuera incluido en la lista gris del Memorando de Entendimiento (MOU) de París en junio pasado debido a la cantidad de detenciones a la flota con bandera panameña, que el Memorando considera un nivel ‘aceptable de detenciones’.
Eso implica hacer inspecciones más rigurosas y estar encima de las clasificadoras en las que se delegan las inspecciones.
Los competidores emplean a 12 organizaciones reconocidas para la emisión de certificados, pero Panamá autoriza a 31, lo que le dificulta la supervisión, audito y seguimientos.
En el recorrido de las sugerencias que podrían potenciar la actividad marítima y el registro, algunos entrevistados coincidieron que gran parte de los obstáculos radican en el presupuesto que recibe la institución del gobierno central. La AMP genera millones de dólares anuales, más de $117 millones en 2023, pero no se queda con un quinto de las recaudaciones, todo lo entrega al Tesoro Nacional.
En vez, sugieren, debe contar con un presupuesto autónomo capaz de suplir las necesidades de la institución, y luego entregar los excedentes al erario público. De esta forma resolvería la tramitología para modernizar la parte informática, dotar a las oficinas de Segumar en el extranjero de equipo y personal técnico especializado que cuente con carrera administrativa, además de reforzar el servicio al cliente.
Fuente: La Estrella de Panamá.