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La dependencia que tiene América Latina y el Caribe (ALC) de industrias como el acero, aluminio, cemento, pulpa y papel es significativo. La base de datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), indica que, para 2021, el rubro de las canteras y de la construcción representaron el 3.8% y el 5% de la economía de la región, respectivamente.
El problema es que, pese a que estas industrias son cruciales para el desarrollo económico de la zona, son responsables del 19.99% de las emisiones de dióxido de carbono (CO²) que emite, según datos del informe Acelerando la descarbonización de la industria pesada en América Latina y el Caribe, desarrollado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y publica este mes.
Según el escrito, el sector de la construcción va a aumentar sus emisiones de CO² en cerca del 70%, para 2050. Mientras que, en el caso de la pulpa y el papel se espera un incremento del 37% y el 43%, respectivamente.
El documento hace énfasis en las industrias pesadas más importantes de ALC y su impacto en la emisión de CO², brindado algunas recomendaciones para mitigar su efecto climático.
En este sentido, el informe apunta a que el acero es uno de los materiales más trascendentes en la dinámica comercial de la región, dado que es el tercero más producido en el mundo y es fundamental para la creación de infraestructura, transporte, maquinaria y bienes de consumo.
En 2022, la Cepal estimó que la demanda de este material, dentro de las economías emergentes, se mantendrá al alza, en la medida en que los países de la zona continúen su desarrollo y éxodo demográfico de las áreas rurales hacia las zonas urbanas.
«En 2022, la producción mundial de acero crudo alcanzó los 1.885 millones de toneladas (Mt), lo que representa un crecimiento del 21% en la última década», detalla la información del BID.
Ese año, ALC fue responsable del 3,3% de la producción global (61,9 Mt), siendo Brasil, Argentina, Colombia, Chile y Perú, las naciones que abarcaron el 98% de la fabricación regional, según datos del World Steel Association, compartidos en 2023.
Pese a su importancia, gran parte de la fabricación de acero se hace utilizando el carbón como combustible. Datos de la Agencia Internacional de Energía aseguran que, el 75% del combustible usado para fabricar acero, en 2021, fue carbón, seguido de electricidad y gas natural.
En promedio, cada tonelada de acero crudo que se fabrica en el mundo, genera 1.91 toneladas de CO² (tCO²/t). En ALC, este número se reduce a 1,66 tCO²/t.
Sobre el aluminio, se estima que el mercado mundial de fundición de este material va a pasar de le $164.000 millones para en 2019, a los $277.000 millones, para 2027, según datos del International Aluminium Institute.
El informe del BID asegura que, en 2019, la región generó 2,9 Mt, lo que representó el 3% del consumo global.
Los principales protagonistas de la fabricación fueron: Argentina, Brasil y Venezuela, que produjeron el 98% de este material en ALC, durante ese año.
Para fabricar aluminio se necesita, en promedio, 64,4 mil millones de julios (GJ) de consumo de energía, siendo el principal combustible el petróleo (63%) y el carbón mineral (28%), lo que es altamente contaminante.
El cemento es otro material de alta importancia, pues el segundo que más se consume en el planeta, solo superado por el agua potable. «En 2019, la producción de cemento en ALC alcanzó la asombrosa cifra de 167.180 Mt. Brasil y México lideran la producción regional, representando más del 55% del total, seguidos por Argentina, Colombia y Perú, que contribuyen entre un 6% y el 7% cada uno. El resto de los países de ALC agrupan alrededor del 23% de la producción regional», puntualizó el BID.
En su desarrollo son necesarios cerca de 4 GJ de energía por tonelada de producto, la cual implica el uso de carbón, petróleo y gas natural, sin mencionar el consumo de electricidad que se necesita para alimentar los equipos. En promedio, la industria del cemento emite alrededor de 649 kgCO² por tonelada de producto al año.
No se puede dejar por fuera la pulpa (componente principal utilizado en la fabricación de papel) y el papel. ALC produjo el 16,1% de la producción global, en 2020 (189 Mt), lo que se traduce en un crecimiento del 42%, en solo una década.
En este caso, el 99% de la fabricación en la zona se la llevan cuatro países de América del Sur: Brasil, Chile, Uruguay y Argentina. En total, la región es responsable del 6% de la producción global.
«ALC se destaca como una importante proveedora de pulpa para papel a nivel mundial. Durante el período 2010-2020, las exportaciones de pulpa de la región experimentaron un impresionante crecimiento del 77%, representando aproximadamente tres cuartos de su producción total. En 2021, ALC contribuyó con aproximadamente el 30% de la demanda global de pulpa, y sus exportaciones se dirigieron principalmente al mercado europeo, que absorbía casi el 80% del volumen comercializado», alegó el BID.
Este proceso demanda grandes cantidades de energía, 2.677 kilovatios por hora (kWh) por tonelada de producto. En el caso de ALC, el factor de emisión para este producto alcanza 1,367 tCO²/t de pulpa seca.
Vías de descarbonización
Para reducir el impacto las emisiones de CO², el BID propone: transicionar hacia el hidrógeno verde, como fuente de electricidad, combustible y energía térmica.
Otra recomendación que hacen es comenzar a integrar a las industrias pesadas en grupos, los cuales permitan reducir la demanda de infraestructura, transporte y almacenamiento a grandes distancias.
En cuanto al tema energético, la entidad aboga por comenzar a utilizar fuentes de energía renovables, como la hidroeléctrica o la geotérmica.
El BID también ve posible la reutilización de chatarra para la obtención de la materia prima del acero y el aluminio. «En el caso de la industria del aluminio, se estima que alcanzar una tasa de reciclaje del 100% en la región de ALC podría reducir las emisiones hasta en un 19%», mencionó.
No se puede dejar por fuera la inversión en nuevas tecnologías que mejoren la eficiencia energética de las industrias. «Se han desarrollado tecnologías probadas de alto desempeño energético que tienen el potencial de disminuir el consumo en un rango significativo, entre un 10% y 20%», aseguró.
Fuente: La Estrella de Panamá.