Panamá. La ambientalista Raisa Banfield está convencida de que en Panamá se le está dando muy poco valor a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se desarrolló en el mes de noviembre.
“Creo que la gente se cansó de que los avances son mínimos y los esfuerzos son muchos”, aseguró Banfield, dirigente ambientalista, en el programa de entrevista “Portada” de La Estrella de Panamá, que se emite por todas las redes sociales.
Durante estas reuniones, las naciones han negociado varias extensiones del tratado original para establecer límites legalmente vinculantes a las emisiones, por ejemplo, el Protocolo de Kioto en 1997 y el Acuerdo de París adoptado en 2015, en el que todos los países del mundo acordaron redoblar los esfuerzos para intentar limitar el calentamiento global a 1,5 °C por encima de las temperaturas preindustriales.
También han tratado de impulsar la financiación de lo que se denomina la acción climática, es decir el conjunto de medidas para hacer frente al cambio climático.
“En los 200 países presentes había iniciativas de la sociedad civil, empresas, ciudades, que evidenciaban que lo que se planteaba antes como propuestas, proyecciones, hoy en la práctica hay resultados”, comentó Banfield, quien fue invitada por el Gobierno de Colombia a participar en el evento, porque se impulsó una red afrolatina para visibilizar a los héroes invisibles que viven en medio de bosques y recursos valiosos.
En la entrevista con la sección de Portada, Banfield, sostiene que muchas políticas de gobiernos en los diferentes países van muy lentas, pero las comunidades están haciendo esfuerzos para cuidar el ambiente.
“Nosotros seguimos viendo el cambio climático como un cajoncito aparte que le corresponde a MiAmbiente, pero es un tema que nos corresponde a todos”, enfatiza Banfield, quien asegura que en Panamá se está dando la migración por efectos del cambio climático.
Las migraciones internas que se están generando en Azuero hacía Darién por falta de agua, es un efecto del cambio climático, pero además por el mal uso que le hemos dado.
Las provincias de Herrera y Los Santos, que conforman la península de Azuero, enfrentan severas sequías.
“¿Cuánta agua botamos?, Nosotros seguimos usando el agua potable para las heces de los servicios, para lavar carros. ¿Cuándo el modelo urbanístico va a establecer una hoja de ruta para que nuestro hábitat se vaya adaptando a que incentive la cosecha de agua?”, dice Banfield.
La ambientalista, en la entrevista con este medio, destaca que Panamá utiliza la condición de carbono negativo como para decir que nos sobran bosques y así se puede destruirlos.
Fuente: La Estrella de Panamá.