Boeing aumentaría la producción de los 737 MAX para mediados de 2025 con el objetivo de cumplir con sus demoradas entregas y competir para abastecer las necesidades del mercado (sobre todo ante su rival Airbus que ya estableció agendas de producción bien agresivas que superan las capacidades del fabricante norteamericano) y recuperar el terreno perdido por las crisis técnicas y de prestigio que se desataron sobre la compañía.
El plan de Boeing se confirmó por las exigencias que la compañía ha presentado a sus proveedores a mediados de septiembre, al quedar establecido que para fines de este año intenta producir 42 aviones al mes, para luego pasar a 47,2 y 52,5 para junio y diciembre de 2024 respectivamente y, a 57,7 para mediados de 2024. Hay que recordar que Boeing producía 52 aviones al mes cuando ocurrieron los dos accidentes que llevaron a que las más relevantes autoridades aeronáuticas del planeta suspendieran el vuelo de ese modelo.
Por otro lado, las órdenes de compra de 737 MAX están aumentando, pero también la inquietud de los compradores que esperan aviones para cumplir con sus cronogramas de vuelos.
Recientemente, Michael O’Leary CEO de Ryanair, dijo: “… no esperamos que estos retrasos en la entrega afecten materialmente nuestro objetivo de tráfico anual de 183,5 millones (de pasajeros), pero si los retrasos empeoran o se extienden hasta el período de enero a marzo de 2024, tendremos que revisar esa cifra y posiblemente ajustarla ligeramente a la baja”.
El propio Dave Calhoun, CEO de Boeing, dijo a Bloomberg que aspiraba aumentar la producción del avión a 60 unidades mensuales, especialmente a medida que la compañía asegura pedidos sustanciales, incluido un acuerdo reciente con Air India por 200 aeronaves. También dijo que la segunda mitad de 2024 será un período crucial para que Boeing demuestre su capacidad para estabilizar su cadena de suministro con el objetivo de asegurar su plan de expansión.
A todo esto, el pasado 19 de septiembre, la Administración Federal de Aviación (FAA) prorrogó la exención relacionada con las normas sobre rayos y radiación solicitada por Gary Hamatani, ingeniero jefe de proyectos del programa de desarrollo MAX, permitiendo así que Boeing continúe con el proceso de certificación del Boeing 737 MAX 7 y 10. Con esta decisión y la presentación de documentación faltante que la FAA había reclamado a Boeing el año pasado, el camino de la certificación, al menos para el modelo 7, parecía entrar en la recta final. En cuanto a la versión MAX 10 la fecha de la certificación aún son inciertas.
Fuente: AeroMarket.