Guatemala. La inteligencia artificial generativa (IA Generativa) tiene el potencial de transformar por completo la forma de trabajar. Gracias a su interfaz basada en lenguaje natural, y a sus crecientes capacidades de razonamiento y autonomía, esta tecnología puede realizar tareas cada vez más complejas: desde la interpretación de grandes volúmenes de datos hasta la generación de código, la automatización de tareas repetitivas o incluso la navegación web.
Sin embargo, a pesar de que su adopción continúa acelerándose –con dos tercios de las empresas globales utilizándola en al menos una función–, su implementación resulta muy diferente a los despliegues tradicionales de software empresarial y su impacto tangible en la creación de valor aún no es claro. En este contexto, se hace evidente que la tecnología por sí sola, no es suficiente; se requiere una transformación organizacional profunda, donde los colaboradores se conviertan en cocreadores, aceleradores del cambio y protagonistas de una nueva forma de trabajar.
Transformación efectiva: 5 pasos para generar valor con IA Generativa
Con base a su experiencia en transformación empresarial, McKinsey & Company identifica cinco pasos fundamentales que los CEO pueden seguir para liderar con éxito este proceso y guiar a sus organizaciones hacia un adopción efectiva y sostenible.
1. Definir una “Estrella Norte” enfocada en resultados, no herramientas.
Una organización reconfigurada en torno a la inteligencia artificial tendrá humanos y agentes de IA Generativa trabajando juntos de forma fluida. Para generar un valor real, se requiere un plan estratégico de gestión del cambio estructurado y una reinvención completa de los flujos de trabajo de extremo a extremo.
Esta transformación no será homogénea: el ritmo de cambio será distinto entre áreas y personas. Por ello, se recomienda anticiparse, movilizar talento y establecer metas claras para el rediseño de procesos.
2. Construir confianza a través del acceso a datos, gobernanza sólida y conocimiento empresarial.
Sin confianza, la IA no escala. Según investigaciones de McKinsey, las organizaciones de alto rendimiento en IA Generativa (las cuales atribuyen al menos el 10% de su EBITDA al uso de esta tecnología), son más propensas a invertir en actividades que fomenten la confianza y tienen casi el doble de probabilidad de alcanzar tasas de crecimiento de ingresos del 10% o más, en comparación con aquellas que no lo hacen.
Un enfoque eficaz de gestión del cambio necesita establecer expectativas claras entre todos los empleados sobre la gobernanza y el uso de datos, incluyendo comités de supervisión, políticas de uso, lineamientos de cumplimiento y controles humanos. El liderazgo conjunto del CEO, el CIO y el CDO será esencial para alinear estos esfuerzos con los objetivos de negocio.
3. Rediseñar los flujos de trabajo para construir equipos potenciados por IA.
La IA Generativa, al ser colocada en el centro de los flujos de trabajo, puede reconfigurar por completo las organizaciones. Para lograrlo, McKinsey recomienda aplicar un enfoque colaborativo entre los equipos de negocio y tecnología, lo que facilita la adopción, asegura la viabilidad técnica y garantiza resultados reales para el negocio.
Elegir por dónde comenzar también es clave: priorizar procesos donde el valor sea claro, la factibilidad alta y el esfuerzo de implementación manejable permite generar confianza rápidamente. Una vez rediseñados los flujos, es necesario capacitar a los colaboradores. Según McKinsey, el 48% de los empleados en EE. UU. usarían más la IA Generativa si recibieran capacitación formal, y el 45% lo haría si estuviera integrada en sus flujos de trabajo diarios.
4. Repensar las estructuras organizaciones: entre MVOs y equipos aumentados.
A medida que la IA Generativa se integra en los flujos de trabajo, McKinsey sugiere a los CEOs decidir cómo estructurar cada área de la empresa. Algunas unidades de negocio evolucionarán hacia “Organizaciones Mínimas Viables” (o MVOs por sus siglas en inglés), altamente automatizadas y eficientes, mientras que otras permanecerán en una etapa donde los equipos humanos son potenciados con capacidades digitales.
Por ejemplo, en ventas y atención al cliente, la IA Generativa ya mejora la eficiencia y personalización, pero eliminar por completo la participación humana podría afectar negativamente la experiencia del cliente. El desafío será decidir qué funciones deben automatizarse por completo y cuáles deben conservar un enfoque híbrido.
5. Empoderar a los colaboradores como agentes de cambio.
Una reconfiguración de flujos de trabajo con IA Generativa solo será exitosa si involucra a toda la fuerza laboral. McKinsey señala que las organizaciones que integran al menos al 7% de sus colaboradores en el proceso duplican sus posibilidades de lograr rendimientos totales superiores, y las más exitosas involucran entre el 21% y el 30% del personal.
Los CEO tienen un rol fundamental en promover este cambio cultural. Es clave fomentar espacios para la experimentación, crear comunidades de práctica y formar líderes internos que actúen como mentores. También es vital que los líderes adopten la tecnología en su propio trabajo, enviando un mensaje claro de ejemplo y compromiso al resto de la organización.
Para los líderes empresariales, el mensaje es claro: planificar hoy una reconfiguración organizacional centrada en la colaboración entre humanos e inteligencia artificial será determinante para capturar el valor. No se trata de una transformación que ocurra de la noche a la mañana, sino de un proceso evolutivo que exige liderazgo, visión, inversión en talento y una cultura de aprendizaje continuo.
La gestión del cambio requiere que los líderes fomenten una cultura de experimentación, donde los colaboradores no sean receptores pasivos de una tecnología sino participantes activos en su adopción y evolución. Para McKinsey, la verdadera transformación ocurre cuando la IA Generativa se convierte en un colaborador invisible, pero indispensable.
Fuente. McKinsey & Company