Costa Rica. La construcción en Costa Rica está dando un salto hacia estándares más altos de seguridad y eficiencia, impulsada por la creciente adopción de plataformas elevadoras y equipamiento sofisticado para trabajos en altura.
Esta transformación responde no solo a la necesidad de mejorar la eficiencia operativa, sino a una mayor conciencia sobre la importancia de cumplir con estándares internacionales de seguridad laboral, como las normativas de la Occupational Safety and Health Administration (OSHA) de Estados Unidos, cada vez más utilizadas como referencia en proyectos de infraestructura industrial, desarrollos inmobiliarios, zonas francas y proyectos turísticos financiados por capital extranjero.
Este cambio de paradigma se extiende incluso a construcciones medianas y pequeñas, y trabajos de mantenimiento de fachadas, como una alternativa al uso tradicional de andamios, con ventajas significativas como mayor movilidad, velocidad de ejecución y estándares de seguridad mucho más altos.
Se define como trabajo en alturas cualquier labor realizada a más de dos metros sobre el nivel del suelo, donde existe el riesgo de caídas que puedan ocasionar lesiones graves e incluso fatales. Según datos del Ministerio de Trabajo, en 2023 el sector construcción concentró el 18,6% de los accidentes laborales reportados, consolidándose como la actividad económica con la mayor incidencia de siniestralidad. Las caídas desde altura, producto de montajes inseguros o uso de estructuras deterioradas, continúan siendo una de las principales causas de accidentes graves y fatales en obras.
«Las plataformas elevadoras son hoy una herramienta indispensable para cualquier contratista que busque seguridad y productividad. Estos equipos no solo mejoran la seguridad, sino que permiten trabajar más rápido y con mayor precisión. En Costa Rica, hemos visto cómo su uso se ha extendido a sectores donde antes no se contemplaban, como obras pequeñas, remodelaciones o contratistas independientes que ahora tienen acceso a estos equipos gracias al modelo de alquiler”, explicó Christian Doyen, director comercial de Teselta.
Un mercado que evoluciona hacia la profesionalización
El alquiler se ha consolidado como la solución más viable, especialmente para contratistas independientes y pequeñas empresas, que necesitan cumplir con normas de seguridad sin incurrir en la compra de maquinaria costosa. Teselta estima que alrededor del 50% de la maquinaria de elevación disponible en el país para renta es operada por la empresa, lo que les permite ofrecer disponibilidad inmediata y asesoría técnica a un sector que históricamente ha enfrentado limitaciones de acceso a estas tecnologías.
Teselta maneja una amplia gama de equipos para trabajo en altura, incluyendo plataformas elevadoras articuladas, telescópicas y de tijera, que se utilizan en diversas aplicaciones, desde: instalación de sistemas eléctricos y mecánicos, pintura de fachadas e interiores, montaje de estructuras metálicas, limpieza de vidrios y superficies industriales, instalación de sistemas de aire acondicionado, hasta mantenimiento de techos, colocación de ventanas, rotulación en altura, trabajos en centros comerciales y naves industriales, así como labores especializadas en entornos agrícolas o logísticos.
Capacitación y soporte técnico como valor agregado
La modernización de equipos ha traído consigo un nuevo reto: garantizar operadores capacitados para el uso seguro de la maquinaria. «Hoy no basta con alquilar el equipo; si el operador no está capacitado, el riesgo de accidentes sigue presente. Por eso ofrecemos capacitaciones certificadas en el uso seguro de plataformas elevadoras, que nuestros clientes pueden recibir junto con el alquiler», señaló Doyen.
Estas capacitaciones permiten que los operadores queden certificados en un solo día, alineándose a los estándares locales e internacionales. Adicionalmente, Teselta ha reforzado su equipo de soporte técnico y mantenimiento con mecánicos especializados en las principales marcas que representa, como JLG y Genie, asegurando así continuidad operativa, sin interrupciones prolongadas por fallas o mantenimientos.
“Para Teselta, este cambio representa una oportunidad para acompañar al sector en su profesionalización, aportando equipos de última generación, soporte técnico y soluciones de alquiler flexibles que permitan democratizar el acceso a tecnologías que mejoran la seguridad y productividad en obra”, concluyó Christian Doyen.
Fuente. Teselta
