Guatemala. En Santa Ana, Antigua Guatemala, Emely Lourdes Celada ha convertido su emprendimiento, Shukos Kimby, en una fuente de bienestar para su comunidad, ofreciendo opciones de alimentación accesibles y de calidad. En 2024, fue apoyada por el programa Microfranquicias Sociales de Cargill, mediante el cual fortaleció su negocio, ganó independencia financiera y reforzó su autoestima, demostrando que el emprendimiento puede transformar vidas.
“Tener una microfranquicia de Kimby de shukos, cambió mi vida, tanto en crecimiento mental como económico. A través de la relación de colaboración con Cargill, he podido hacer crecer la empresa y generar empleo para nuestros familiares”, expresó Emely.
Administración, cocina e innovación son algunas de las habilidades que adquirió y reforzó Emely, las cuales han impactado positivamente en el desarrollo de su negocio, abriéndole camino a nuevas oportunidades y un futuro más prometedor.
“Gracias a esta entrada económica pudimos darle a nuestra hija la posibilidad de tener una mejor educación y más posibilidades. Además, me he convertido en un ejemplo a seguir, principalmente para mis hermanas y mi hija”, añadió esta emprendedora.
Para Cargill es importante destacar el rol que juegan las mujeres en la industria de alimentos, desde la producción hasta la comercialización, al liderar empresas y emprendimientos que impulsan el crecimiento económico del país y promueven la equidad en el ámbito empresarial.
Por tal razón, la compañía refuerza y demuestra su valor de priorizar a las personas a través del apoyo a programas y proyectos que buscan empoderar y desarrollar las capacidades empresariales de las mujeres, pues su participación en la industria de alimentos no solo contribuye a la seguridad alimentaria, sino que fortalece la economía local impactando de forma positiva en sus comunidades.
En 2024, Cargill fue parte de las organizaciones que promovieron el proyecto Empresarias Progresando (EMPRO) en alianza con Fundación PriceSmart e INCAE. Esta iniciativa aportó a la formación personal y profesional de mujeres, a través de la capacitación, fortalecimiento de habilidades para mejorar sus negocios y la creación de relaciones.
Las empresarias participantes protagonizaron historias en las que se retaron a sí mismas, salieron de su zona de confort y rompieron paradigmas. Un ejemplo es el caso de Claudia Ramírez, empresaria de la industria alimentaria. Su chocolatería Xocolatl destina el 50% de sus ganancias al programa comunitario Futuro Vivo, que ofrece educación y cuidado a 300 niños y niñas en Samak, Alta Verapaz, y Concepción Las Lomas, Ciudad de Guatemala.
En EMPRO, Claudia diseñó y ejecutó una exitosa estrategia de lanzamiento para su nuevo producto, las barras de chocolate gourmet, superando la meta de ventas establecida.
“Más allá de las ventas, puedo ver mi transformación y crecimiento en actividades cotidianas como la negociación y la toma de decisiones. Tanto Xocolatl como Futuro Vivo se verán beneficiados del aprendizaje que adquirí en EMPRO”, comentó Claudia.
Los proyectos han sido establecidos con éxito y ahora continúan en marcha gracias al liderazgo y empoderamiento de sus beneficiarias ya que la metodología, las herramientas y el modelo de negocio implementados siguen vigentes, permitiendo que las participantes gestionen de manera autónoma y sostenible sus iniciativas. Este enfoque garantiza que los beneficios y el impacto positivo de los proyectos perduren en el tiempo, fortaleciendo sus capacidades y contribuyendo al desarrollo de sus comunidades.
“Al invertir en las capacidades de las mujeres emprendedoras, contribuimos al bienestar de sus familias y a la seguridad alimentaria en las comunidades donde operamos. Este enfoque refuerza cadenas de suministro más resilientes y promueve prácticas responsables porque el compromiso de Cargill con la seguridad alimentaria es un enfoque integral”, explicó Verónica Castro, vicepresidente & directora ejecutiva en Centroamérica de Cargill, Grupo Food- Latinoamérica.
Cargill reconoce el rol de cada mujer emprendedora, líder y creadora de oportunidades, reconociendo su impacto en la economía y la capacidad de inspirar y transformar sus comunidades.
Fuente. Cargill