The Journey of Leadership, el nuevo libro de McKinsey & Company, comparte reflexiones e historias de directores ejecutivos, para aprender a liderar desde adentro hacia afuera.
Guatemala. Los líderes de hoy operan en un entorno de mayor riesgo en el que tienen el reto de dirigir sus organizaciones mientras enfrentan numerosos desafíos externos, como interrupciones de la cadena de suministro, inflación, polarización política y problemas mundiales. Además, los cambios tecnológicos, especialmente las innovaciones como la IA Generativa y Aplicada, afectan drásticamente tanto a los modelos de negocio como a la forma de trabajar de las personas. Cada vez más, se buscan líderes centrados en el ser humano que den un sentido de propósito, inspiren y demuestren preocupación por el bienestar.
Y cuando la presión aumenta, ¿cómo pueden los directores ejecutivos reinventarse a sí mismos, junto a sus organizaciones? Para transformar líderes tanto a nivel profesional como personal, McKinsey & Company lanza el libro “The Journey of Leadership: How CEOs Learn to Lead from the Inside Out” de los Socios Senior de la firma, Dana Maor, Hans-Werner Kaas, Kurt Strovink y Ramesh Srinivasan, quienes comparten lecciones de cómo los líderes perfeccionan los atributos psicológicos, emocionales y, en última instancia, los atributos humanos que impulsan el éxito en el puesto más exigente de la actualidad.
El líder versátil: aprender a adaptarse para ser un mejor CEO
Para hacer frente a los retos que enfrentan hoy en día, los líderes necesitarán una mezcla de humildad, confianza, desinterés, vulnerabilidad y resistencia. Sin embargo, es probable que descubran que estas cualidades, aunque cruciales, no son suficientes para hacer el trabajo. En conversaciones con líderes mundiales de éxito, McKinsey observa que los mejores CEO son versátiles en tres aspectos: 1) han tenido experiencias diversas en sus carreras, 2) sienten una curiosidad constante por aprender cosas nuevas y, 3) dominan la dinámica de interactuar con una variedad de partes interesadas.
En resumen, los líderes versátiles saben cómo abarcar mucho, cuándo profundizar y cómo y cuándo ampliar su campo de acción, hacer concesiones y encontrar el equilibrio adecuado entre profesionalidad y empatía. Son buenos en lo que hacen, pero también saben salir de su zona de confort. Se desafían continuamente a sí mismos y a sus organizaciones.
En un capítulo de su nuevo libro, la firma explora cómo los líderes empresariales de hoy pueden convertir sus experiencias diversas en resultados significativos, partiendo de las siguientes reflexiones:
“Haz lo que te resulte incómodo”
La mayoría de los líderes con más éxito atribuyen su trayectoria profesional a una fórmula única: hacen lo que se les da bien y con lo que se sienten cómodos. Sin embargo, tener un única fortaleza puede que no siempre sea lo que se necesita para dirigir una organización grande y complicada.
¿Por qué es tan importante ser un CEO versátil? Porque puede ayudar a los líderes a relacionarse eficazmente con los colaboradores y otros stakeholders, teniendo un gran impacto en los resultados. John Plant, director ejecutivo de Howmet Aerospace, comparte con McKinsey que, además de sus habilidades innatas, también ha trabajado duro para aprender a compaginar la reducción de costos, el crecimiento, el marketing y la innovación; su recomendación: buscar nuevos puestos con retos que resulten incómodos y evitar encasillarse.
Profundizar
El primer requisito para cultivar la versatilidad es disponer de diversas habilidades operativas, el segundo es ser un pensador profundo y creativo. Para McKinsey, ser un líder versátil no significa dominar a nivel molecular los productos o servicios que ofrecen, pero sí recomiendan pensar a fondo en lo que hace funcionar a una organización y en sus diferentes capacidades y activos.
Una de las características del aprendizaje profundo empleado por varios líderes con los que ha conversado la firma, es la capacidad de equilibrar la sed de conocimientos con la sensación de certeza. “La forma de afrontar esta incertidumbre es aprender, aprender y aprender. Fui a ver a gente para hacerles preguntas porque realmente quería ser lo mejor posible. Y realmente creo que lo único constante es el cambio, y como director ejecutivo tienes que sentirte cómodo con el cambio y aceptarlo” reflexiona Ed Bastian, CEO de Delta Air Lines.
Saber cuándo alzar la voz
La capacidad de asumir diferentes funciones operativas y adquirir profundos conocimientos sobre la propia empresa son dos elementos importantes para ser un líder versátil. De igual forma, tener la capacidad de comunicar cuál es la posición política, social y medioambiental de una empresa. ¿Cuándo es apropiado tomar postura? ¿Los CEO hablan en nombre de sus empresas o necesitan la aprobación de sus juntas e inversores? ¿Qué ocurre si las convicciones personales de un CEO entran en conflicto con una postura que redunda en beneficio de los empleados y otras partes interesadas?
En el entorno actual, la neutralidad no suele ser una opción viable. Dan Vasella, ex CEO de Novartis, comparte la importancia de escoger los momentos en los que un líder debería alzar la voz; los líderes necesitan establecer lineamientos sobre cuándo hablar y cuándo quedarse callados sobre una problemática controversial. McKinsey concluye que los CEO podrían tomar una postura pública sobre un tema únicamente cuando es relevante y auténtico para la compañía.
Es necesario preguntarse si es auténtico, es decir, coherente con la integridad institucional, los valores y los principios de sus organizaciones, y si el mundo lo percibirá así. Es fácil decir lo correcto, pero si las organizaciones no están preparadas o no son capaces de asignar el tiempo y el dinero necesarios para llevarlo a cabo, los directores ejecutivos pueden exponerse a acusaciones de hipocresía.
El camino del liderazgo es uno lleno de aprendizajes ya que, las habilidades necesarias para ser un CEO exitoso, no necesariamente se desarrollan al llegar a la cima. A pesar de su experiencia y éxito, muchos directores ejecutivos descubren que todavía tienen mucho que aprender sobre sí mismos y sobre cómo liderar eficazmente; según McKinsey, el 83% por ciento de los líderes a nivel mundial no estaban preparados para el puesto más alto. No obstante, la capacidad de mostrar vulnerabilidad y admitir errores, puede generar confianza y fomentar una cultura de apertura y aprendizaje continuo, que son vitales para el éxito a largo plazo.
Fuente. McKinsey & Company