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La impunidad, la desigualdad y la incertidumbre son los principales factores de insostenibilidad que están interrelacionados y colisionan, dice António Guterres frente a las decenas de líderes mundiales que acuden al debate de alto nivel de la Asamblea General de la ONU.
“El estado de nuestro mundo es insostenible”, afirmó este martes el Secretario General de la ONU en su discurso inaugural del segmento de alto nivel del debate de la Asamblea General.
António Guterres matizó, sin embargo tan fuerte aseveración, al mostrarse convencido de que la grave problemática mundial tiene solución.
Ante decenas de jefes de Estado y de Gobierno, Guterres explicó que dicha solución requiere que los mecanismos existentes para la resolución de problemas funcionen de verdad.
A su parecer, la Cumbre del Futuro, celebrada la víspera del debate general, es un primer paso en el largo camino por recorrer.
Tres factores de insostenibilidad
La impunidad, abundó Guterres, amenaza los cimientos del derecho internacional y de la propia Carta de las Naciones Unidas al permitir violaciones y abusos de las garantías fundamentales y de los derechos de los Estados.
La desigualdad, por su parte, socava a los países y los empuja al abismo por medio de injusticias y agravios.
Y la incertidumbre pone en riesgo el futuro de la humanidad de formas desconocidas debido a la falta de regulación de fenómenos nuevos que pueden ser tan rápidos como imprevistos.
Impunidad
El titular de la ONU sostuvo que el nivel de impunidad en el mundo “es políticamente indefendible y moralmente intolerable”, y señaló cada vez son más los gobiernos que transgreden el derecho internacional y pasan por encima de los instrumentos e instituciones internacionales, así como de las decisiones de los tribunales.
En este contexto, destacó la guerra en Gaza, caracterizándola como “una pesadilla que no cesa y amenaza con arrastrar consigo a toda la región”.
Tras reiterar que nada justifica ataques como los cometidos por Hamas el 7 de octubre en Israel, recalcó que el castigo colectivo del pueblo palestino es injustificable.
La masacre en Gaza no tiene parangón
Desigualdad
Sobre la desigualdad, Guterres aseguró que es una cuestión de poder que se acentúa con el tiempo y las crisis, y que tiene raíces históricas muy profundas.
Para ilustrar la inmensa disparidad mundial, citó que el 1% más rico de la población posee el 43% los activos financieros mundiales, mientras que a nivel nacional, algunos gobiernos agravan las desigualdades al otorgar enormes beneficios fiscales a las corporaciones y a los ultrarricos, mientras descuidan las inversiones en salud, educación y protección social.
Para ejemplificar esa desigualdad, precisó que en algunos países, las leyes amenazan la salud y los derechos reproductivos de las mujeres, o se usan para consolidar su opresión sistemática, mientras que en muchos otros se les obstaculiza el acceso a las altas esferas de la vida pública y los gobiernos: “Lamento observar que, a pesar de años de discusión, la desigualdad de género está plenamente expuesta en esta sala”, declaró frente a la inmensa mayoría masculina de mandatarios.
Para combatir las desigualdades, el Secretario General instó a aumentar el financiamiento a la Agenda 2030 de desarrollo sostenible y al Acuerdo de París, lo que implica una inversión de 500.000 millones de dólares anuales liderada por los países del G20.
Además, supone reformas para aumentar sustancialmente la capacidad de préstamo de los bancos multilaterales de desarrollo y permitirles ampliar masivamente el financiamiento asequible a largo plazo para el clima y el desarrollo, al igual que promover la reestructuración de la deuda a largo plazo, entre otras medidas.
El statu quo agota su poder
A este respecto, Guterres se manifestó realista: “No me hago ilusiones sobre las barreras a la reforma del sistema multilateral. Los que tienen poder político y económico, y los que creen tenerlo, son siempre reacios al cambio”, reconoció.
No obstante, advirtió que el statu quo está agotando su poder y que, sin reformas,” la fragmentación es inevitable, y las instituciones globales perderán legitimidad, credibilidad y eficacia”.
Incertidumbre
Al hablar de la incertidumbre que aqueja al mundo, alertó de los altos niveles de ansiedad frente a dos espadas de Damocles: la crisis climática y la inteligencia artificial con su avance vertiginoso.
Del clima insistió en las previsiones de eventos cada vez más extremos, subrayando en que ni las sequías, ni las inundaciones, ni los incendios forestales son desastres naturales, sino manufacturados por la actividad humana.
En este sentido, refirió que los precios de las energías renovables están cayendo, que la adopción de estas fuentes se está acelerando y que la vida se está transformando con una energía limpia, accesible y asequible que, además genera millones de empleos.
No sabemos a dónde nos lleva
Finalmente, al abordar el tema de las nueva tecnologías, señaló que la inteligencia artificial avanza muy rápido pero que aún no sabemos hacia dónde nos lleva.
Luego de listar una serie de interrogantes dicotómicas en el futuro imprevisible de la inteligencia artificial, Guterres se pronunció por su regulación global, sin la cual esa tecnología “podría conducir a divisiones artificiales en todos los ámbitos: una gran fractura con dos internets, dos mercados, dos economías, con cada país obligado a elegir un bando, y con enormes consecuencias para todos”.
El Secretario General terminó su discurso con un mensaje de esperanza y un llamado a la unidad: “Muchos dicen que las diferencias y divisiones en nuestro mundo son demasiado grandes y es imposible que nos unamos por el bien común (…) La Cumbre del Futuro demostró que con un espíritu de diálogo y compromiso, podemos unir fuerzas para conducir nuestro mundo hacia un camino más sostenible. Este no es el final, es el comienzo de un viaje, una brújula en el torbellino. Sigamos adelante”, concluyó.