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El presidente Joe Biden careció de brío incluso para atacar personalmente a Donald Trump
Donald Trump encadenó las mentiras con una seguridad pasmosa y puso en aprietos este jueves 27 de junio a un Joe Biden titubeante, que recurrió a los ataques personales contra su rival, en el primer debate para las eleccciones de noviembre que giró sobre migración e inflación.
“La inflación está matando a nuestro país”, afirmó de entrada el expresidente republicano de 78 años, sabiendo que sus palabras calaban entro los estadounidenses. Está haciendo un “mal trabajo”, soltó a pesar de la fortaleza de la economía y del empleo.
Con voz ronca, el demócrata de 81 años replicó sacando un tema en el que su rival se mantuvo ambiguo en los últimos meses: el derecho al aborto. Calificó de “terrible” el papel que desempeñó el republicano después de que este se jactara de haber nombrado a jueces de la Corte Suprema que contribuyeron a anular el derecho constitucional al aborto.
El magnate intentó meter baza con la migración, incluso antes de que los moderadores de la CNN, la cadena que organizó el debate, tocaran el tema.
‘Está mintiendo’
“Me encantaría preguntarle por qué permitió que millones de personas vinieran aquí, desde prisiones, cárceles e instituciones mentales, para venir a nuestro país y destruirlo”, dijo.
Decir que Estados Unidos abre los brazos a los migrantes que entran irregularmente en el país “sencillamente no es verdad”, replicó Biden. “No hay datos que respalden lo que dijo. Una vez más está exagerando. Está mintiendo”, añadió.
También le acusó de “mentir” por afirmar que la migración ilegal estaba provocando un aumento de la delincuencia.
El demócrata careció de brío incluso para atacar personalmente a su rival, pero utilizó un lenguaje agresivo al que tiene poco acostumbrado a la opinión pública.
“¿Cuántos miles de millones de dólares debes por molestar a una mujer en público… por tener sexo con una estrella porno mientras tu esposa estaba embarazada? ¿De qué estás hablando? Tienes la moral de un depravado”, le dijo.
El demócrata recordó que su oponente era un “delincuente convicto”, por ser declarado culpable en un caso de pagos ocultos a una exactriz porno.
“No hice nada malo”, respondió el expresidente, acusado en varios otros casos y que repitió la cantinela de que el sistema judicial estaba “amañado”.
Él tampoco se quedó atrás en los ataques personales, aunque sin insultos.
En un momento soltó: “Realmente no sé qué dijo al final de esa frase. Creo que él tampoco sabe lo que dijo”.
Aunque solo tiene tres años menos que el demócrata, Trump aprovechó para atacarlo sobre la edad, uno de sus hándicaps para la reelección.
‘Como un palestino’
El republicano le desafió a someterse a un “test cognitivo”.
“Bueno, hice dos pruebas, pruebas cognitivas. Las superé, ambas, como saben, lo hicimos público. Él no hizo ninguna. Me gustaría verlo hacer una, solo una, una muy fácil, como responder las primeras cinco preguntas”, afirmó.
Fue el primer cara a cara desde 2020 entre estos dos hombres que se desprecian mutuamente.
El republicano nunca admitió su derrota en los últimos comicios y no se comprometió a reconocer incondicionalmente el veredicto de las urnas de noviembre a no ser que sea una “elección justa y legal y buena. Pero sostuvo que la violencia sería “totalmente inaceptable”.
Trump describió a Biden como un hombre “débil” para ser presidente.
La invasión rusa de Ucrania nunca habría ocurrido “si hubiéramos tenido un líder”, dijo, y se mostró muy crítico con los miles de millones de dólares gastados por Estados Unidos para socorrer a Kiev en el conflicto contra Moscú.
“Se ha vuelto como un palestino, pero no lo quieren porque es un palestino muy malo, es débil”, aseguró sobre la política del gobierno estadounidense en la guerra entre Israel y el grupo Hamás en Gaza.
La primera sensación es que Trump se impuso en el debate pero no por méritos, sino más bien por deméritos de su rival.
Incluso la vicepresidenta Kamala Harris reconoció que Biden tuvo “un comienzo lento, eso es obvio para todo el mundo, no lo discuto”.
“No entiendo una palabra de lo que dice, ¿no es triste?”, se preguntó Hazel Reitz, de 55 años, sobre Biden desde un pub de San Francisco (oeste). Con todo ella piensa votar por el demócrata en noviembre.