El comercio global de mercancías crecerá sólo un 0.8% en 2023, una fuerte ralentización frente al 2.7% de 2022, debida a factores como la persistente inflación y las políticas monetarias restrictivas en Estados Unidos y la Unión Europea, indicó este jueves 5 de octubre la Organización Mundial del Comercio (OMC).
La estimación revisa casi a la mitad las estimaciones de la OMC de hace seis meses, cuando preveía un aumento de los intercambios globales del 1.7%, y también reconoce como factores negativos los efectos persistentes de la guerra en Ucrania en la economía global y los problemas que atraviesa el sector inmobiliario en China.
Para 2024, la organización con sede en Ginebra mantiene sus previsiones de abril y espera que el comercio global de mercancías crezca un 3.3%, estimulado por un aumento “lento pero estable” del PIB mundial, que la OMC estima será del 2.6% en 2023 y del 2.5% en 2024.
La OMC espera que el próximo año se estabilicen ciertos sectores más sensibles a los ciclos económicos (como los de maquinaria industrial), se modere la inflación y los tipos de interés comiencen a reducirse, aunque sigue viendo con preocupación los signos iniciales de fragmentación en la cadena global de suministros.
Síntoma de ello, según la OMC, es la progresiva reducción de la exportación de bienes intermedios desde Asia a Estados Unidos, debido a factores como la creciente tensión política entre Washington y Pekín, contagiada al sector económico.
“La fragmentación económica global no hará sino dificultar los desafíos, y por eso los miembros de la OMC tienen que fortalecer el marco multilateral de comercio evitando el proteccionismo y alimentando una economía mundial más resiliente”, analizó la directora general de la organización, Ngozi Okonjo-Iweala.
El economista jefe de la OMC, Ralph Ossa, añadió que aunque las tensiones geopolíticas están causando esos primeros signos de fragmentación, «afortunadamente todavía no hay una desglobalización a gran escala».
Fuente: EFE.