Mientras América Latina vivía el crecimiento económico más bajo de los últimos 50 años, durante el quinquenio 2014-2019, Panamá se consolidaba con un desarrollo arriba del promedio de la región con cifras entre 6% y 7%, a raíz del dinamismo que tuvo el sector de la construcción y las inversiones públicas y privadas.
Sin embargo, con la pandemia del nuevo coronavirus en 2020, el país sufrió una contracción del 18%, pero después logra una recuperación llegando al 15% en 2021, pasa a un 10% en 2022 y ahora se prevé que para 2023 llegue a 5%.
Estas fueron las conclusiones que dio Hugo Beteta, director de la sede subregional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en México.
En una entrevista con La Estrella de Panamá, Beteta habló de la radiografía histórica y actual de la economía de Panamá, así como sus retos y avances. Al respecto destacó que “la recuperación de Panamá es más fuerte que la de otros países, ya que venía mejor en temas de inversiones, pero con desafíos”.
El director de la sede subregional de la Cepal en México visitó Panamá el 28 y 29 de marzo, con motivo del primer seminario “Hacia una agenda regional en materia de políticas públicas de desarrollo rural”, que contó con la participación de 14 países de Centroamérica.
En el evento se presentaron los resultados del Proyecto Cepal-FIDA “Nuevas narrativas para una transformación rural en América Latina y el Caribe”, enfocado en analizar la “nueva ruralidad” y estudiar las brechas estructurales persistentes para reducir la pobreza rural, la desigualdad, y fomentar la transformación estructural en los países de renta media en la región.
¿Qué le dice la historia económica de Panamá?
Con el análisis “Los patrones de desarrollo económico en los seis países de Centroamérica (1950-2018)”, hicimos un trabajo complementario con el historiador Guillermo Castro para analizar el caso de Panamá.
Los resultados arrojaron que la historia económica de Panamá tiende a concentrar las inversiones y el desarrollo en una franja pequeña cerca del Canal, cuando hay grandes áreas o territorios que no han sido sujetos a los mismos niveles de inversiones y productividad. Hay mucho por hacer en cuanto a cerrar esas brechas.
¿Por qué el quinquenio de 2014 a 2019 fue malo para la región y no para Panamá?
El quinquenio de 2014 a 2019 fue malo para América Latina porque sufrió el más bajo crecimiento de los últimos 50 años. La excepción fue Panamá que venía creciendo entre 6% y 7%, por el dinamismo del sector de construcción, con obras como las del Canal, el Aeropuerto Internacional de Tocumen, las líneas del Metro de Panamá, el sector inmobiliario e incluso la mina de cobre. Durante ese periodo el sector de la construcción estuvo muy guiado por las inversiones públicas y privadas, que ciertamente llevaron a Panamá a tener uno de los mejores desempeños de América Latina.
Sin embargo, la pandemia le genera una contracción del 18%, tras venir de un crecimiento del 7% en 2019, o sea que sufrió un cambio del 25% en un solo año. Pese a todo esto, vive una fuerte recuperación del 15% en 2021, 10% en 2022 y ahora estamos estimando un 5% para 2023. Es una recuperación más fuerte que la de otros países porque Panamá ya venía mejor, pero con desafíos.
¿Cuáles son las expectativas que la Cepal tiene para Panamá en 2023?
Nuestras expectativas son que Panamá pueda regresar a la senda de crecimiento de largo plazo que tenía, que era alrededor del 6% antes de la pandemia. Esto dependerá de si mantiene un nivel de inversiones y crea los espacios fiscales con mejores eficiencias de recaudación, también un fortalecimiento de los ingresos tributarios.
Para la región el crecimiento varía mucho. Por ejemplo, en México tenemos una expectativa del 1% porque sus niveles de inversiones, tanto del sector público como privado, son menores que los de Panamá.
En general, diría que Panamá está por arriba de la media de expectativa de crecimiento de la subregión, ya que ha tenido buenos niveles de inversión privada y pública, en el pasado.
¿Cuáles son los indicadores a los que debe prestar atención?
Por su nivel de crecimiento, Panamá debe cerrar las brechas educativas del sector premedia y media para lograr un desarrollo territorial balanceado, que le permita salir del modelo transitista de una sola franja.
También debe cerrar las brechas en materia tributaria. Me parece importante que midan la eficiencia recaudatoria. Está bien los ingresos que recibe el país con el Canal, pero creo que el impacto social debe moverse a un mayor fortalecimiento y espacio fiscal para mantener mayores estados de inversión pública y de bienestar social.
¿Y los índices de competitividad?
Panamá ha tenido bastante competitividad en servicios logísticos y financieros, pero creo que es importante prestarle atención a la manufactura y a la agricultura.
Sabemos que la agricultura es un sector que produce empleos de calidad donde se necesita. En el pasado prestamos mucha atención a la manufactura y servicios, pero diría que no olviden el sector agrícola y no se resignen a que va a desaparecer, porque sigue siendo relevante para la seguridad alimentaria, pero es importante que pase por la transformación de un sector pujante y bien capitalizado.
Ahora que empieza la carrera política para las elecciones de 2024, ¿qué no debe olvidar Panamá en materia de políticas públicas?
No debe hacer borrón y cuenta nueva, sino construir sobre lo que se ha avanzado y que le permita continuar en una senda de un desarrollo sostenible, que equilibre el dinamismo económico, cierre las brechas y la desigualdad, que sea compatible con el buen manejo ambiental.
¿Cuál es el escenario de la economía panameña con los actuales problemas globales?
La economía panameña tiene muchos riesgos porque todavía está dentro de la guerra que sigue pegando al comercio internacional con las presiones inflacionarias, las tensiones entre Estados Unidos y China, el cambio climático y el tema financiero mundial.
Tengo entendido que este último punto ha sido un tema de constante atención por las autoridades panameñas, que han buscado fortalecer la supervisión financiera bancaria tras asumir las 15 acciones del plan del Gafi, de las cuales ya han resuelto 12 y 3 están en vías de fortalecerse. Este proceso hace que el sistema financiero panameño esté mejor preparado para los desafíos financieros mundiales.
Fuente: La Estrella de Panamá.