Guatemala. Las relaciones comerciales siguen reconfigurándose y la geopolítica cambiante es una de las principales razones. McKinsey Global Institute (MGI) comparte su análisis sobre la evolución del comercio global y cómo América Latina se está posicionando como un actor estratégico clave en la reconfiguración del comercio internacional.
El estudio analiza el comercio global a través de cuatro métricas clave: intensidad comercial, distancia geográfica, un indicador propio de “distancia geopolítica” y la concentración de importaciones. A medida que las tendencias como el friendshoring, nearshoring, desacoplamiento y reducción de riesgos siguen ganando relevancia, MGI ha analizado de cerca cómo estas fuerzas afectan a las economías latinoamericanas.
Hallazgos clave para América Latina:
•Nuevo orden comercial: Los cambios geopolíticos y la reconfiguración de comercio internacional ha favorecido a países latinoamericanos. Particularmente, México ha experimentado un notable crecimiento en sus exportaciones a Estados Unidos, convirtiéndose en uno de los principales beneficiarios del nearshoring. Y, Brasil, por su parte, ha profundizado su comercio con China y otras economías asiáticas, alejándose de sus socios tradicionales en el hemisferio occidental.
•El comercio con China sigue en expansión: En los últimos dos años, economías en desarrollo han superado a economías avanzas, representando ahora, la mayor parte de las importaciones y exportaciones de China. En 2024, China desplazó a Estados Unidos como principal socio comercial de Brasil (el valor del comercio creció alrededor del 13% anual entre 2017 y 2024), lo que refleja un cambio en la dinámica de los flujos comerciales internacionales.
•Diversificación geopolítica: Mientras que economías como Estados Unidos y Alemania han reducido su distancia geopolítica en el comercio, países de América Latina han mantenido, e incluso ampliado, sus relaciones comerciales con múltiples socios alrededor del mundo. Esta estrategia refleja un enfoque pragmático hacia la diversificación de socios comerciales en Asia y otros mercados emergentes.
•El impacto de nearshoring: Aunque el nearshoring aún no está sucediendo a escala mundial, países como México han capitalizado su cercanía con Estados Unidos y se han beneficiado de la reubicación de manufactura, especialmente en sectores estratégicos como la automoción, la electrónica y la industria aeroespacial.
•Infraestructura y barreras estructurales: A pesar de las oportunidades que presenta esta nueva configuración del comercio global, la región enfrenta desafíos importantes, como la falta de infraestructura logística adecuada y la complejidad de sus sistemas regulatorios, que limitan su capacidad para capitalizar plenamente las nuevas dinámicas comerciales.
“La inestabilidad geopolítica representa uno de los principales desafíos para la economía global, tanto a corto como a largo plazo, según líderes empresariales. El comercio, siendo una parte esencial de la economía global, está profundamente conectado con las dinámicas geopolíticas, y para la región es clave una estrategia clara que apueste por la diversificación, la modernización de sus infraestructuras y una política comercial más estratégica y bien negociada” comentó Olivia White, socia senior, directora de McKinsey Global Institute y coautora del reporte.
En este contexto de cambios trascendentales, el informe subraya la importancia de comprender cómo el comercio global y la geopolítica interactúan para dar forma al futuro de América Latina. De lo contrario, la reconfiguración del comercio global no será una oportunidad duradera, sino solo un espejismo. Para los interesados, el informe completo de MGI se puede encontrar en: www.mckinsey.com/mgi/our-research/geopolitics-and-the-geometry-of-global-trade-2025-update
Fuente. McKinsey & Company