La reciente encuesta de McKinsey & Company revela los distintos segmentos de consumidores que impulsan la demanda de bienes y servicios de bienestar.
Guatemala. Para los millennials y la Generación Z, el bienestar se ha convertido en una práctica diaria y personalizada, más que un conjunto de actividades o compras ocasionales. La reciente encuesta de McKinsey & Company sobre el Futuro del Bienestar destaca dos grandes ideas: los consumidores más jóvenes están redefiniendo el concepto de bienestar y el bienestar está apareciendo en nuevos espacios.
A medida que este cambio se consolida, la industria global de bienestar (valorada en 2 billones de dólares) se está expandiendo más allá de sus categorías tradicionales. Y, aunque las generaciones más jóvenes están impulsando este cambio, los consumidores mayores también muestran un creciente interés en una definición de bienestar cada vez más amplia.
Áreas de crecimiento en la industria de bienestar
Varias de las tendencias en salud y bienestar de los últimos años, como el creciente enfoque en la salud femenina, la salud en el hogar y el biomonitoreo, siguen siendo relevantes hoy en día. Además de estas, McKinsey destaca seis nuevas áreas con un notable potencial de crecimiento:
1.Nutrición funcional. Este segmento, compuesto por alimentos y bebidas que afirman ofrecer beneficios para la salud, está en plena expansión. En Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania, aproximadamente la mitad de los consumidores (y dos tercios de los millennials y la Generación Z) afirman haber comprado productos de nutrición funcional en el último año.
Cada vez más, las empresas están lanzando productos como alimentos fortificados y suplementos, para satisfacer esta creciente demanda. Según el estudio, los beneficios más buscados son el aumento de energía, la salud digestiva, la inmunidad y el apoyo a músculos, huesos y articulaciones. La nutrición funcional, de acuerdo con los consumidores, abarca desde frutas y verduras frescas, alimentos fermentados y proteínas en polvo, hasta subcategorías emergentes como superalimentos verdes, hongos y bebidas con prebióticos y probióticos.
2.Belleza. Cada vez más productos de belleza incluyen ingredientes activos con beneficios para la salud – como árnica para reducir inflamación –, mientras que un número creciente de consumidores muestra interés en suplementos de belleza ingeribles que fomentan el bienestar desde el interior, como gomitas de colágeno para la piel, cabello y las uñas.
A medida que la convergencia entre belleza y bienestar aumenta, las alianzas estratégicas se consolidan como un motor clave de crecimiento y relevancia para las marcas. Según McKinsey, “mejorar la apariencia” pasó de ser la sexta dimensión más importante del bienestar en el 2023 a ocupar el tercer lugar en el 2024 para los consumidores de la Generación Z. Actualmente, los jóvenes están comprando productos relacionados con la belleza a un ritmo más alto que otras generaciones (impulsados en gran parte por la influencia de redes sociales) y también están recurriendo cada vez más a tratamientos antienvejecimiento “preventivos” a edades más tempranas que generaciones anteriores.
3.Longevidad. La demanda de productos y servicios orientados a la longevidad sigue creciendo; hasta un 60% de los consumidores encuestados en distintos mercados considera que el envejecimiento saludable es una prioridad “principal” o “muy importante”. Esto puede tener diversos significados como: mantener la función cognitiva, conservar la independencia, vivir más tiempo, prevenir enfermedades crónicas y mantener altos niveles de energía.
Han surgido múltiples productos y servicios para abordar estas necesidades, que incluyen productos de cuidado de piel enfocados en la salud cutánea y la prevención de arrugas, suplementos para ralentizar el envejecimiento celular, kits de pruebas epigenéticas para medir la edad biológica, soluciones virtuales de fisioterapia, entre otros.
4.Servicios y turismo de bienestar. La demanda de servicios presenciales sigue en aumento, impulsada por consumidores que priorizan las experiencias. Esto incluye clases de fitness boutique y retiros de bienestar hasta tratamientos intravenosos (IV). De acuerdo con el estudio, se denota una intención neta de compra del 30% por el creciente interés en dichas experiencias, lo que indica que un número significativo de consumidores planea gastar más en este tipo de servicios.
A medida que los consumidores buscan oportunidades para desconectarse y hacer una desintoxicación digital para mejorar su bienestar mental, físico y espiritual, surgen nuevas oportunidades para el sector turístico (incluyendo hoteles, cruceros y agencias de viajes) para atraer nuevos clientes. Sin embargo, McKinsey resalta que los viajeros no solo buscan relajarse sino también aprender habilidades que puedan aplicar en su vida como meditación, regímenes nutricionales o prácticas de ejercicio, por lo que sugieren ofrecer servicios más personalizados.
5.Control de peso. Más de una de cada ocho personas en el mundo vive con obesidad, y los consumidores más jóvenes en particular reportan dificultades para controlar su peso. Esta preocupación genera una mayor demanda de soluciones relacionadas con la nutrición, la actividad física y productos especializados para el manejo del peso.
Aunque el ejercicio sigue siendo la actividad más común para el control del peso a nivel global, la encuesta destaca otras opciones que están ganando popularidad como: programas dirigidos por nutricionistas, planes de alimentación personalizados y medicamentos recetados para la pérdida de peso.
6.Salud mental. Ya sea por el agotamiento, la ansiedad climática y económica, el uso excesivo de redes sociales o una combinación de estos factores, los jóvenes en distintos mercados reportan tener una salud mental peor que las generaciones mayores. No obstante, la investigación muestra que están buscando activamente soluciones para mejorarla; 42% de los millennials y la Generación Z en Estados Unidos consideran la “atención plena” como una prioridad muy alta.
Uno de los desafíos para las empresas del sector es cómo alcanzar una escala significativa. Aunque las aplicaciones digitales de bienestar han hecho que las soluciones de salud mental sean más accesibles y amplias, la competencia es alta. Las alianzas a gran escala pueden aumentar la visibilidad y el valor de marca; por ejemplo, una empresa de salud mental se asoció con una plataforma global de streaming para distribuir contenido sobre meditación e incrementó las inscripciones a su App en un 70% en año y medio.
A medida que el bienestar deja de ser un interés nicho para convertirse en una prioridad de estilo de vida masivo, los millennials y la Generación Z marcan el ritmo, redefiniendo las expectativas y ampliando los límites de lo que significa el bienestar. Para posicionarse con éxito, McKinsey recomienda a las empresas de todos los subsectores del consumidor considerar tres imperativos:
•Romper barreras: crear soluciones integradores que conecten productos, servicios y herramientas digitales para abordar de manera holística las necesidades de bienestar.
•Enfatizar la experiencia: los consumidores prefieren productos y marcas respaldados por ciencia o datos, así como recomendaciones confiables; esto pueden marcar la diferencia entre una oferta de otra.
•Ofrecer valor: este valor no solo se define por el precio, sino también por la calidad del producto, la relación costo-beneficio, la eficacia y la disponibilidad.
En conjunto, estos imperativos pueden ayudar a las empresas de bienestar a lograr un crecimiento saludable; quienes actúen ahora para atender las necesidades insatisfechas, ganar la confianza del cliente y entregar valor, podrán convertir las tendencias actuales en ventajas competitivas para el futuro.
Fuente. McKinsey & Company