Inclusión financiera en América Latina
El reto de la inclusión financiera es un asunto que no le compete exclusivamente a los bancos o, en general, a las instituciones financieras, es un asunto que debería ser de interés público, y por lo tanto requiere del diseño y la implementación de una política pública de inclusión financiera. Esta aproximación debe incluir una mirada integral que mancomune esfuerzos tanto del sector privado como del sector público. En últimas, el problema de la inclusión financiera es un asunto que está relacionado con mejoras en el bienestar de la población.
Existe amplia evidencia que demuestra que los aumentos en inclusión financiera tienen efectos en la reducción de la pobreza, el aumento de la equidad y la reducción de brechas de género. Además, las mejoras en inclusión financiera requieren de esfuerzos a través de varios sectores como: educación, infraestructura tecnológica, digitalización, mercado laboral, etc. Por lo cual, la atención de este reto requiere una mirada transversal e integral de la economía.
Esta mirada integral de la inclusión financiera es fundamental, pues un esfuerzo únicamente en una dirección y no equilibrado puede, de hecho, terminar generando mayor exclusión financiera. Por ejemplo, pensemos en mejoras consistentes en materia de digitalización de los servicios financieros, pero que no venga acompañado por progresos en infraestructura de redes de internet, o acceso a celulares inteligentes, esto ampliaría aún más las brechas entre zonas urbanas y rurales. Entonces, es por esto que el desarrollo integral y equilibrado es tan importante.
¿Por qué la inclusión financiera debería ser un asunto público?
Recordemos que la inclusión financiera permite el acceso a crédito a menores costos, garantías de protección, respaldo del ahorro y protección al consumidor pues estamos hablando de entidades altamente reguladas por Superintendencias Financieras y Bancos Centrales). Esto, en general, permite mejoras en la salud y la educación financiera de las personas.
La inclusión financiera se suele medir a partir del acceso, uso y disponibilidad. En estas categorías, si bien América Latina ha logrado progresos en la última década, aún tiene brechas importantes en relación con los países de la OCDE o aquellos de ingreso medio-alto. Las mayores brechas se encuentran en el acceso a los productos financieros, es allí donde la región se encuentra más rezagada, en particular, en dimensiones como el acceso a tarjetas débito y crédito. Esto es relevante, porque la dimensión del acceso es la barrera de entrada al sistema, y es justamente allí donde está el principal reto de la región.
Por otro lado, en América Latina se encuentra que la inclusión financiera presenta brechas importantes en tres dimensiones claves: áreas urbanas y rurales, entre hombres y mujeres, y entre poblaciones de ingresos medios y altos frente a poblaciones de ingresos bajos.
Factores que más contribuyen a la desigualdad
La desigualdad en Latinoamérica puede analizarse con las cinco dimensiones propuestas por la CEPAL: ingreso, empleo, educación, vivienda y acceso a servicios básicos y otras, que incluyen variables como “la población con seguro médico, la participación política de las mujeres y la percepción del ingreso”. Esta desigualdad se manifiesta a través de diferentes ejes, como grupo de edad, Sexo, área de residencia, estrato socioeconómico y grupo étnico.
En varios de los indicadores presentados por la CEPAL, se observan diferencias entre los grupos de personas de zonas rurales y urbanas, así como entre hombres y mujeres. Los indicadores resultan más favorables para las personas de zonas urbanas, así como para los hombres.
Uno de los resultados en contra tendencia a lo esperado para los grupos de hombres y mujeres, es el indicador de “Personas que Concluyeron la Educación Secundaria”. En promedio, el 76.6% de las mujeres de zonas urbanas completaron este nivel académico, mientras que solo el 69.9% de los hombres lo hicieron, una brecha de 6.7 puntos porcentuales. En la zona rural, los resultados siguen siendo favorables para el grupo de mujeres con un indicador de 56.3% frente a un 52.6%, para los hombres. Si observamos los datos por zona geográfica este indicador se comparte según lo esperado, donde las zonas rurales obtienen niveles menores.
Es importante reconocer que interpretar estos indicadores únicamente desde la perspectiva de grupos, ya sea rural versus urbano, o mujeres versus hombres, puede llevar a conclusiones simplistas y, por lo tanto, a plantear soluciones poco eficientes. La desigualdad tiene raíces más profundas, que pueden estar relacionadas con diferencias en los métodos educativos, la calidad y capacidad de los maestros, así como la falta de igualdad en las oportunidades de innovar y hacer las cosas de manera diferente.
Para abordar estas causas subyacentes de la desigualdad, es necesario implementar políticas y acciones integrales, por ejemplo, mejorar la calidad de la educación en áreas rurales, o promover la inclusión y diversidad en el ámbito educativo y laboral. Finalmente, es fundamental adoptar un enfoque transversal y sistémico que reconozca la complejidad de la desigualdad y busque soluciones que abarquen aspectos económicos, sociales y culturales.
Alineados con el propósito de promover el desarrollo sostenible para lograr el bienestar de todos, en el Grupo Bancolombia estamos trabajando para llevar los servicios financieros a más personas para estar presentes en su día a día y ayudarles a resolver sus necesidades. Nuestra oferta de servicios digitales, apalancada en nuevas tecnologías, nos ha permitido innovar y contribuir a generar y mejorar la inclusión financiera en los países en donde el Grupo opera. A través de lo digital, se desdibujan las barreras identificadas en las dimensiones de la desigualdad: Ingresos, empleo, educación, lugar de la vivienda, etc. y cualquiera de los ejes de esta: grupo étnico, género, estrato socioeconómico, entre otros.
Mirada a los países donde el Grupo Bancolombia tiene presencia
Colombia
La inclusión financiera se ha consolidado como un factor de cambio determinante para el desarrollo equitativo y sostenible de Colombia, pues además de aportar a la reducción de la pobreza, se ha convertido en un medio para cerrar las brechas sociales, facilitar la autonomía económica y generar oportunidades para todas las personas.
Su impacto ha impulsado a que en la última década más de 14 millones de adultos hayan accedido al sistema financiero colombiano, lo que, en otros términos, equivale a que 34,7 millones de personas en el país tienen al menos un producto financiero o que más del 92% de los adultos tienen al menos una cuenta bancaria o un depósito de bajo monto, según el más reciente Reporte de Inclusión Financiera de la Superintendencia Financiera y la Banca de las Oportunidades.
Si bien estas cifras muestran avance y podríamos pensar que la tarea está hecha, lo cierto es que si profundizamos en las diferentes fases de la inclusión financiera nos daremos cuenta de que aún hay grandes desafíos.
Por ejemplo, al desagregar los diferentes puntos de contacto de las personas con la banca, nos daremos cuenta que, del total personas adultas en el país (entre los 18 a los 65 años), el 79.6% tiene una cuenta de ahorros, sin embargo de estas solo el 52% se encuentran activas; el 62.3% tiene depósitos de bajo monto, pero solo el 48,2% están activos; el 36,2% tiene acceso al crédito, el 22,5% tiene tarjetas de crédito y el 6,3% microcréditos.
La verdadera inclusión financiera se da cuando se ponen todas las capacidades para promover el bienestar a través de la educación financiera y el acceso a soluciones integrales que sean fáciles, cercanas, confiables y oportunas para las personas y los negocios, pero en especial, cuando hacemos que estas se encuentren disponibles para aquellas poblaciones que más lo necesitan, con ingresos básicos y un bajo conocimiento
El Salvador
El Global Findex Survey and Data de 2021, publicado por el Banco Mundial, presentó el índice de bancarización para El Salvador con un valor 35.85%, nivel que refleja un crecimiento de 5.51 puntos porcentuales respecto a la medición del año 2017, que mostró un valor de 30.35%. El cambio en el indicador representa un crecimiento de 55.1 miles de personas bancarizadas por cada millón de personas del grupo poblacional observado.
Según la publicación del Banco Mundial, el servicio financiero de mayor uso es la cuenta de ahorros explicando así los resultados del índice. En el estudio se considera a las personas mayores de 15 años que tienen al menos un producto financiero.
La encuesta muestra datos de bancarización por grupos poblacionales, hombres y mujeres, para quienes se observa un indicador con niveles de 44.8% y 29.2% respectivamente. Como industria financiera, tenemos el compromiso para cerrar la brecha de 19.6 puntos porcentuales entre un grupo poblacional frente al otro. Adicionalmente, se evidencia que la población que vive en las zonas rurales tiene menor nivel de bancarización (31.26%) comparado al nivel de las zonas urbanas (38.84%).
Desde Bancoagrícola, el banco del Grupo Bancolombia en este país, estamos contribuyendo a mejorar los niveles de bancarización usando la banca digital como principal aliado. Gracias a productos digitales, muchas personas tuvieron su primera experiencia con el sistema financiero. Para 2021, nuestros usuarios digitales activos rondaban los +350 mil clientes mientras que, para abril 2024, se cuenta con más de 602 mil usuarios digitales activos, un crecimiento del 72% durante el periodo observado. La meta es eguir acompañando la inclusión finacniera y la educación en el manejo de la plata de todos los salvadoreños.
Guatemala
La inclusión financiera en Guatemala ha mejorado en los últimos años, pero aún enfrenta desafíos significativos. Según el Global Findex del Banco Mundial, cuyos datos más recientes está al 2022, el 37% de la población guatemalteca tiene una cuenta bancaria, lo cual representa una oportunidad para continuar avanzando en la expansión de servicios financieros.
Uno de los principales retos se encuentra en la bancarización de las áreas rurales, la educación financiera y la inclusión de la economía informal. Según la última información de la Superintendencia de Bancos el 47% de cuentas de ahorro se concentran en el departamento de Guatemala.
Actualmente se están implementando iniciativas para abordar estos desafíos con acciones como mesas de inclusión financiera, que se vienen trabajando en conjunto con el Banco de Guatemala, instituciones financieras y demás interesados; la promoción de tecnologías financieras (Fintech), la mejora de la infraestructura de pagos digitales y la expansión de la educación financiera.
Las instituciones financieras en Guatemala están trabajando en colaboración para fomentar la inclusión financiera y facilitar el acceso a servicios bancarios para todos los ciudadanos.
Panamá
Panamá es un caso interesante, porque tiene uno de los hubs financieros más competitivos de la región y uno de los ingresos por habitante más altos de América Latina, sin embargo, cuenta con brechas de inclusión financiera, en algunos casos, más profundas que el promedio de la región.
Uno de los principales retos de inclusión financiera que tiene Panamá es el acceso al crédito de las personas. Según datos del Global index del Banco Mundial, en Panamá sólo el 8.3% de los adultos tiene un préstamo con una institución financiera, mientras que el promedio de América Latina es 12.4% y en la OCDE es 15% (casi el doble).
En la dimensión en la que Panamá sí le saca ventaja a la región y se acerca mucho a los países de altos ingresos es en disponibilidad. indicadores como oficinas bancarias por cada cien mil adultos o cajeros automáticos por cada cien mil adultos son superiores a la región.
Dentro de las brechas por poblaciones vulnerables, el principal reto de Panamá está en reducir las brechas de inclusión entre zonas rurales y urbanas, pues la inclusión financiera está centrada en la capital. También cuenta con brechas importantes frente a los países de la OCDE en términos de brechas de género y de ingresos medios/altos frente a ingresos medios/bajos.
El reto grande para atender estas deficiencias implica un trabajo mancomunado entre el sector privado y el sector público, con una política pública que permita su implementación.
Iniciativas de inclusión financiera
Bancolombia – Colombia
El banco del Grupo en Colombia, sigue evolucionando las soluciones, entre las que se encuentra la plataforma de inclusión financiera Bancolombia A la mano, que hoy cuenta con más de 6,4 millones de clientes distribuidos por todo el territorio nacional, es decir, al cerca del 12 % de los colombianos el banco les lleva una solución digital liviana que ofrece el acceso a servicios financieros y no financieros que van desde ahorro, pagos y transferencias, hasta la oferta de crédito, recepción de giros internacionales, asistencias y seguros.
A su vez, se destaca el Crédito A la mano, un préstamo 100% digital, simple, rápido y seguro que las personas pueden adquirir aceptando un mensaje de texto que les llega a su celular como resultado de su buen comportamiento transaccional.
A partir de estos esfuerzos, desde el 2019 la organización ha entregado más de $ 1,1 billones de pesos a los colombianos bajo la figura de crédito de bajo monto (Crédito A la mano), y que sumaron 934.620 desembolsos. Más importante aún: de estos, 548.777 fueron dirigidos a personas sin experiencia en el sector financiero, lo que se constituyó en su primera oportunidad de crédito formal.
También, es notoria la apuesta por impulsar la inclusión financiera rural, para que las comunidades de las regiones apartadas puedan acceder a oportunidades de desarrollo económico mediante soluciones de inclusión financiera, colaborativas, que generen beneficios de triple impacto.
Para ello, recientemente el banco en Colombia lanzó el Laboratorio de la Ruralidad, una plataforma que permitirá el desarrollo de ejercicios exploratorios para enfrentar desafíos sociales, económicos y ambientales de interés público, bajo metodologías de innovación y experimentación.
En su primera etapa, esta iniciativa avanzará con el desarrollo de dos proyectos piloto enfocados en fortalecer la educación e inclusión financiera en los departamentos de Chocó y Nariño. Se espera consolidar un modelo de desarrollo territorial escalable que, a dos años, pueda ser implementado en 22 municipios de estas regiones para impactar a más de 30.000 personas en condiciones de vulnerabilidad financiera.
En Chocó estamos trabajando dos iniciativas que buscan llevar progreso a las comunidades, una de ellas es un modelo de crédito grupal para lograr el acceso a la financiación y la otra es un experimento de ahorro comunitario.
En ambos territorios se aportará con la construcción de redes de apoyo entre los líderes comunitarios, actores del tejido empresarial de la región, el banco y terceros aliados. La idea es generar soluciones para retos en materia de energía y conectividad, competitividad empresarial, acceso y uso de productos y servicios financieros, entre otros.
En Nariño, como parte del programa de Finanzas para la Equidad de USAID, se implementará un sistema rural emergente para aumentar y mejorar la oferta de productos y servicios financieros para la región.
Este programa beneficiará a 25 mil personas en condiciones de vulnerabilidad financiera quienes recibirán educación financiera a través de diferentes programas y estrategias promovidas por diferentes equipos del banco. Por otro lado, queremos impactar a 1000 personas a través de experimentos que nazcan de la necesidad que encontremos en el territorio y que generen inclusión financiera.
Para lograrlo, USAID pondrá recursos por más de USD$200.000 y Bancolombia movilizará 7.000 millones de pesos, de los cuales más de 5.000 serán en préstamos productivos.
Bam – Guatemala
Bam está comprometidos con la inclusión financiera, por eso han implementado iniciativas como:
•Cuenta fácil, una cuenta monetaria que se apertura 100% digital, hacieno que los servicios financieros sean más accesibles, asequibles y convenientes para una amplia gama de personas. Con esto se reducen las barreras geográficas y físicas, lo que facilita que un mayor número de personas puedan participar en el sistema financiero.
•Ahorro Pro, un producto de ahorro que promueve el ahorro y el buen manejo financiero entre los clientes para mejorar su bienestar financiero, construir estabilidad a largo plazo y fomentar una cultura de responsabilidad financiera en la sociedad. Esto permite también generar flujos de efectivo a la población, siendo un producto de ahorro transaccional.
•Alianzas diversas como la consolidada con United Way Guatemala para apoyar a 150 familias, con el proyecto “Caminando 1,000 días con el corazón”, un programa que incluye de forma estratégica la inclusión de prácticas de ahorro que favorecerán la calidad de vida de las familias participantes del proyecto en San Juan Chamelco, Alta Verapaz.
•Así como la alianza con Funsepa, creando el primer municipio digital en Alta Verapaz proporcionando equipos de cómputo a los centros educativos de Santa Cruz Verapaz y un Centro Comunitario Tecnológico, impulsando la adopción de herramientas tecnológicas en el ámbito educativo, promoviendo la igualdad de oportunidades, fomentando el acceso a la información y el conocimiento a los estudiantes del municipio.
•Cuentas nomina para la población rural agrícola, una soluciónque busca que los trabajadores del agro puedan recibir sus salarios de manera formal, tener un mayor acceso a servicios financieros, y ahorrar de manera consciente para impulsar el desarrollo económico local.
Pero no solo eso, el banco está contribuyendo al cierre de las brechas de inclusión fomentando que los productos y servicios financieros sean accesibles y adecuados para los diferentes segmentos de la población, incluyendo microcréditos, cuentas de ahorro, remesas con aliados, entre otros. Todo esto, apoyado en canales digitales que facilitan llegar a comunidades remotas y brindar servicios financieros de manera eficiente y asequible.
Bancoagrícola – El Salvador
Actualmente Bancoagrícola se ha enfocado en dos frentes para promover la inclusión financiera: el primero es la educación financiera y el segundo la oferta de productos.
En el primero, han colaborado con el Museo de Niños Tin Marín, en donde cuentan con una exhibición llamada Banconautas que tiene por objetivo enseñar a los niños el hábito del ahorro de una manera lúdica y divertida.
También, tienen el Programa de Educación Financiera, cuyo objetivo es promover el bienestar financiero de las personas y enseñarles a tener un mejor manejo sus finanzas. Algunos temas que se abordan son los gastos hormigas, control de gastos y la seguridad financiera.
El segundo frente de trabajo está relacionado a los productos, los cuales están ligados a una estrategia digital. En Bancoagrícola las personas pueden convertirse en clientes y abrir su primera cuenta de ahorro desde un dispositivo móvil, utilizando únicamente el DUI, de manera gratuita. Además, la red de corresponsales financieros les permite estar más cerca de las personas estando presente sus entornos cotidianos.
En El Salvador hay 6.4 millones de líneas móviles con acceso a datos; 4.8 millones con acceso a banda ancha, según un estudio de la Super Intendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET) del 2023.
Con el uso y aplicación de analítica de datos, combinada con la distribución en canales digitales, el banco puede ser costoeficiente y llegar a grupos de la población a los que históricamente la industria bancaria no lo ha hecho. Con el uso de estas tecnologías, profesionales independientes, amas de casa y personas que reciben remesas familiares, se suman a su cartera de préstamos. Los montos otorgados a estos segmentos son ajustados a sus necesidades, en muchas oportunidades con montos menores a los promedios que solíamos desembolsar.
Finalmente, innovan en productos de inversión con su Depósito a Plazo Digital, que se gestiona totalmente desde la aplicación móvil. Este puede contratarse desde US$200 (monto inferior en más del 50% de lo requerido para producto similares ofrecido desde las sucursales) permitiendo a más personas adquirir un producto de inversión por primera vez en su vida.
Banistmo – Panamá
Banistmo fomenta la inclusión financiera facilitando el acceso a servicios financieros enfocados en mujeres y jóvenes, así como entregando educación y conocimiento para que las personas tomen mejores decisiones.
En Banistmo el 51% de los clientes pymes son empresas lideradas por mujeres. Es por esto que, desde el 2017, desarrollan una propuesta de valor llamada “Impulsa, la banca de las mujeres”, una plataforma que busca guiar a las mujeres y con la cual han logrado impactar a más de 6 mil mujeres con sus espacios gratuitos de capacitación.
Durante el 2023, a través de diferentes actividades, lograron beneficiar a más de 1,000 mujeres con iniciativas como su ciclo de talleres, que por más de 6 años consecutivos ha entregado de manera gratuita a las empresarias espacios de transferencia de conocimiento sobre temas de alto impacto para la gestión de sus negocios y para su crecimiento personal.
De igual forma, cuentan con un programa de mentorías, el cual durante el 2023 apoyó a 37 mujeres de diferentes sectores como los de alimentos, salud, tecnología, moda, bienestar, entre otros, quienes participaron de 11 espacios de formación y más de 180 horas de mentorías que les permitieron trabajar en sus modelos de negocio, finanzas, implementar nuevas estrategias de ventas y crear conexiones de valor. Desde sus inicios en 2018, el programa ha impactado a más de 170 empresarias a nivel nacional.
Por otro lado, el 2023 fue un año en el que Banistmo tuvo la oportunidad de extender a las provincias de Chiriquí, Veraguas, Colón, Panamá Oeste y Coclé, actividades enmarcadas en la estrategia “Impulsa, la banca de las mujeres”. Así como también de desarrollar el foro denominado: “El Factor Inclusión: Potenciando talento y abriendo oportunidades” que fue, como cada año, un espacio reflexivo enfocado en analizar la situación actual, los retos y las oportunidades en Panamá en materia de equidad, inclusión e igualdad por parte de actores del sector público, privado y organizaciones internacionales.
Al cierre del 2023, el banco desembolsó más de US$159.9 millones en créditos comerciales para acompañar los negocios de las mujeres empresarias en el país.
Como parte de ese camino que han recorrido para promover la equidad de género, en agosto de 2019 emitieron el primer bono social con enfoque de género en América Latina por un monto de US$50 millones. Estructurado y suscrito por el BID Invest y alineado con su estrategia de empoderamiento económico femenino y con su compromiso con la Iniciativa de Paridad de Género, el Sello de Igualdad y los Principios de Empoderamiento de la Mujer de ONU Mujeres.
El 100% de los recursos son destinados a posibilitar el acceso a financiamiento de Pymes lideradas por mujeres, en préstamos comerciales a pequeños negocios de mujeres, enfocados principalmente en los sectores de comercio, servicios y agroindustria.
En agosto de 2021 se logró asignar y desembolsar el 100% de los recursos beneficiando a 311 pymes lideradas por mujeres.
Al cierre del 2023, se mantuvo la colocación del 100% del bono, siendo el 20% para desembolsos no mayores a $500 mil y el 80% para desembolsos no mayores a $250 mil, además, el 64% se enfocaron en atender a empresas ubicadas en la ciudad, mientras que el 36% para aquellas en el interior del país.
El indicador de bienestar financiero arranca por Colombia:
El crecimiento sostenido en el costo de los bienes y servicios de los hogares tiene a los colombianos pensando en cómo mejorar sus hábitos para que sus finanzas no comiencen a afectar su bienestar financiero.
Por esto, Bancolombia ha trabajdo de manera decidida para que las personas y los negocios tengan una mejor relación con el dinero. En la medida en que las personas tengan un mayor bienestar con sus finanzas, los bancos podrán ser vistos como aliados para crecer, progresar y esto a su vez permitirá crear una relación de largo plazo en el que la confianza es una base sólida.
Pensando en ello, Bancolombia lanzó el Indicador de Bienestar Financiero, el cual analiza la situación financiera de 14 millones de clientes de los segmentos Personal, Plus, Preferencial, Independientes, Social y Empleados GB, y brinda hallazgos de valor para adaptar y personalizar la oferta de servicios financieros y no financieros del banco, en sintonía con los objetivos del negocio y su propósito de promover el bienestar de las personas.
El indicador de Bienestar financiero evalúa 7 dimensiones: 1. Ahorro y/o inversión, 2. Planeación, 3. Protección, 4. Gasto, 5. Endeudamiento, 6. Patrimonio y 7. Sofisticación financiera que se alimentan de cerca de 30 variables a las cuales se les asigna un peso dependiendo del ciclo de vida del cliente y que califican el bienestar en función de la tenencia de productos, la transaccionalidad y su saldo.
A cierre de diciembre de 2023, se observó una tendencia a la baja para algunos de los segmentos la cual estuvo asociada principalmente a la disminución en las dimensiones de ahorro, sofisticación, planeación y endeudamiento; pero también se observó una mejora marginal para algunos clientes en gran medida gracias a la implementación de acciones de educación financiera para el desarrollo de competencias y conocimientos para un mejor manejo del dinero.
Los efectos de estos análisis pueden ser percibidos por los clientes de Bancolombia de diferentes maneras: Los efectos de estos análisis pueden ser percibidos por los clientes de Bancolombia de diferentes maneras:
•por un lado, permiten personalizar la oferta de productos, priorizando aquellos que impactan positivamente el bienestar financiero y,
•por el otro, permite direccionar los esfuerzos estratégicos para garantizar que se está impactando el bienestar de las personas, ya sea mejorando su nivel de ahorro, endeudamiento, inversión o dimensión de mayor oportunidad. Para esto, el fortalecimiento de sus competencias financieras a través de la segmentación de las iniciativas de educación financiera es clave.
Fuente. Grupo Bancolombia