Las recientes turbulencias en entidades de Estados Unidos y Suiza han llevado a los líderes de la Unión Europea a dar un impulso a sus planes para reforzar la regulación sobre quiebras bancarias, que mantienen aparcada la creación de un fondo europeo de garantía de depósitos, pese a que el sector en el bloque goza de buena salud.
“El sector bancario de la eurozona es fuerte porque hemos aplicado las reformas regulatorias acordadas internacionalmente tras la crisis financiera global (…). Los recientes acontecimientos nos recuerdan cuán importante ha sido mejorar continuamente estos estándares. Ahora tenemos que progresar en completar la unión bancaria”, trasladó la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, a los líderes, según fuentes europeas.
La declaración aprobada por los líderes llama en concreto a implementar el plan acordado en junio de 2022 para avanzar en la unión bancaria, que pedía reforzar el marco de gestión de crisis y el uso de los fondos de garantía de depósitos nacionales, pero dejaba aparcado el proyecto de tener un Sistema de Garantía de Depósitos común (EDIS, en inglés).
Este sistema es el pilar esencial pendiente para completar la unión bancaria europea creada a raíz de la pasada crisis financiera, que ya estableció un supervisor único para los grandes bancos del continente (integrado en el BCE) y un Junta de Resolución para orquestar las liquidaciones de entidades en quiebra.
Sin embargo, la propuesta lleva casi una década estancada por el rechazo de algunos países, con Alemania a la cabeza, a responder en común a los riesgos de la banca de cualquier socio de la eurozona, pese a que Bruselas ha suavizado la propuesta en dos ocasiones para intentar sacarla adelante, sugiriendo avanzar en fases y condicionándolo a reducir el riesgo de las entidades.
En los últimos años, los ministros de Finanzas intentaron negociar en paralelo el EDIS junto con medidas para rebajar el riesgo, como el control de la exposición bancaria a la deuda soberana, pero las dificultades han sido siempre tales que la función del Eurogrupo no era tanto aprobar este sistema como “mantenerlo con respiración asistida”, según repetía un alto funcionario europeo.
Finalmente, tras constatar el bloqueo de estas dos iniciativas, en 2022 los ministros pactaron avanzar solo en aquellas áreas dónde había consenso: una directiva para mejorar el marco de gestión de crisis y reforzar los depósitos de garantías nacionales.
Este plan de mínimos es el que quieren impulsar ahora los líderes, pese a que países como España han defendido que el contexto actual refuerza la importancia de crear este sistema europeo de garantías. Fuentes de la Presidencia del Gobierno español señalan que España es “mucho más ambiciosa” y apuesta por culminar el EDIS, pese a que “no hay ninguna preocupación por los bancos españoles y europeos”.
El presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, ya trasladó el mensaje general de la cita a su llegada al encuentro, cuando, en declaraciones a la prensa, destacó que el sistema bancario europeo es sólido gracias a las “decisiones políticas” que se adoptaron a raíz de la crisis financiera de 2008, pero pidió “no ser complacientes” y seguir reforzando la regulación financiera comunitaria.
El irlandés llamó no solo a sacar adelante las nuevas propuestas sobre el marco de gestión de crisis, que deberá presentar “pronto” la Comisión Europea, sino a implementar acuerdos ya pactados, como la ratificación del tratado del Mecanismo Europeo de Estabilidad que le permitiría proporcionar a partir de 2024 una línea adicional de 68.000 millones de euros al Fondo Único de Resolución, que ya cuenta con más de 66.000 millones para ayudar a financiar resoluciones bancarias cuando no haya alternativa.
El trámite está bloqueado en solitario desde hace meses por Italia, donde la ratificación es políticamente muy sensible.
“Hemos aprendido las lecciones de la última vez y creo que somos más resilientes ahora, por ejemplo comparados con EEUU, pero hay cosas que podemos hacer”, resumió a su llegada a la reunión del Consejo Europeo la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas.
El primer ministro belga, Alexander De Croo, señaló que la legislación europea es “muy diferente” a la de Estados Unidos, pero llamó a completar los aspectos pendientes tanto de la unión bancaria como de la unión del mercado de capitales.
Por su parte, el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, coincidió en destacar la necesidad de avanzar en la regulación bancaria y defendió el trabajo en este sentido desde 2008 frente a “críticas de empresas y bancos diciendo que probablemente eran demasiado duras”.
Fuente: EFE.