Panamá. La calificadora internacional Fitch Ratings cambió la perspectiva de la calificación de riesgo de Panamá de estable a negativa, por las presiones fiscales persistentes y las perspectivas inciertas de consolidación.
Con la calificación BBB- el organismo sustentó que el gobierno ha dependido de maniobras contables para reducir los déficit fiscales durante el último año.
Una muestra de ello son los subsidios al combustible, la electricidad y una creciente factura de intereses que están presionando el déficit fiscal en 2023, que se traduciría en una gran expansión del gasto presupuestario en 2024, que podrían aumentar el riesgo de un mayor deslizamiento ascendente de la deuda pública.
El creciente desequilibrio en el subsistema de pensiones de beneficios definidos de la Caja de Seguro Social (CSS) sigue siendo un riesgo clave que la calificadora ve a mediano plazo porque podría «potencialmente» empeorar la carga de la deuda de Panamá.
Situación fiscal
Para Fitch, el cumplimiento de la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRSF) ha sido bastante desigual, ya que las autoridades informaron de un déficit del 3.9% del producto interno bruto (PIB) en 2022, que se basó en maniobras contables.
Ante la ausencia de una política monetaria independiente consideró que se debe mejorar la credibilidad de la fortaleza del marco fiscal. Recordó que el gobierno también ha acumulado retrasos que pueden resultar en una mayor carga de deuda.
Por último, mencionó que la falta de avances en la implementación de medidas en materia del futuro de las pensiones de la Caja de Seguro Social (CSS) sigue dando lugar a desequilibrios crecientes.
Fitch también proyectó un déficit fiscal del 3.7% del PIB. Aunque los ingresos se podrían beneficiar de grandes recursos, estos pueden tener un impacto fiscal neutral.
Entre los ejemplos que mencionó se encuentran la venta de terrenos de propiedad estatal al Canal de Panamá por $500 millones, un dinero que utilizará para pagar gastos no presupuestados, así como las regalías de $770 millones que el gobierno espera recibir en dos años por las renegociaciones del contrato con la gran mina de cobre Minera Panamá, que todavía requiere la aprobación de la Asamblea Nacional.
“Parece cada vez más dudoso que esto llegue en 2023, dada la reciente decisión de la Asamblea de devolverlo al ejecutivo a la luz de la oposición popular. Estas regalías se han comprometido a mejorar las reservas del subrégimen de pensiones de prestación definida y a financiar nuevos beneficios e infraestructura de pensiones», dijo.
Añadió que el gasto se está viendo presionado por los mayores costos de los intereses, que se proyecta aumentarán al 2.6% del PIB en 2023 desde el 2.2% en 2022, un aumento cercano al 30% a lo largo del año dadas las tasas de interés más altas.
Ante este escenario, Fitch no prevé que el gobierno cumpla con los objetivos de la regla fiscal a la luz de las presiones de gasto, los problemas estructurales en la recaudación de impuestos y la caída de ingresos.
Sí estimó una ampliación del déficit del SPNF al 4.5% del PIB. Además, de que la propuesta de presupuesto para 2024 apunta a un déficit fiscal del 2% del PIB para 2024 de acuerdo con el LSRF, que prevé una reducción del déficit al 1.5%.
Sin embargo, Fitch sostiene que el presupuesto incluye un gran aumento del gasto y una gran partida de «ajuste» de $4.000 millones que supone una subejecución mucho mayor en un año de transición de gobierno.
Parte del déficit presupuestario, según la calificadora, se refleja en el compromiso del gobierno de aumentar el gasto relacionado con la educación al 7% del PIB desde un 5% estimado en 2023, que fue el resultado de una ley aprobada en febrero tras las protestas de a mediados de 2022.
Fitch estimó que la deuda del gobierno central disminuirá al 57.3% del PIB para fines de 2023 desde el 58.3% del año pasado impulsada por una sólida actividad económica.
Comentó que la deuda consolidada del gobierno general se mantendrá estable en 52.8%, por debajo de la mediana de la categoría ‘BBB’ de 55.5%. Sin embargo, anticipó que la deuda aumentará gradualmente, ya que se anticipa que los déficits del gobierno central seguirán siendo relativamente altos, y esto podría estar sujeto a mayores riesgos debido a los problemas en el sistema de pensiones.
No obstante, Fitch recalcó que Panamá continúa mostrando un crecimiento económico sólido después del profundo impacto económico de la pandemia.
Cree que el crecimiento del PIB alcanzará el 6.5% después del 10.8% en 2022 y el 15% en 2021, tras la profunda contracción del 17.7% en 2020.
Las altas tasas de crecimiento sostenidas, beneficiadas por una alta inversión, particularmente en construcción, dieron como resultado que Panamá lograra uno de los crecimientos del PIB per cápita más rápidos de la región. Sin embargo, Fitch indicó que persiste la incertidumbre sobre qué otros sectores económicos seguirán impulsando altas tasas de crecimiento a medida que el auge de la construcción se desvanezca, lo que implica riesgos a la baja en el mediano plazo.
Agregó que el desempeño económico se ha beneficiado de la fuerte recuperación de la demanda interna y la recuperación del turismo, que están compensando un efecto adverso moderado de la sequía y la desaceleración económica mundial en la actividad logística. Por lo tanto, sostuvo que el último Índice Mensual de Actividad Económica del PIB (IMAE) mostró un crecimiento promedio de 7.8% hasta junio de 2023.
Por último, Fitch también elevó el riesgo de la capacidad de pago de la deuda de Panamá de AA- desde A-, ya que considera que la dolarización reduce el riesgo de que se impongan controles de capital.
Fuente: La Estrella de Panamá.