Líderes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) se reunieron para discutir los detalles de una colaboración más estrecha para apoyar las reformas climáticas y catalizar los recursos del sector privado en América Latina y el Caribe, dentro de los parámetros de sus respectivos mandatos.
Durante la reunión, el presidente del BID, Ilan Goldfajn, y la directora general del FMI, Kristalina Georgieva, en específico, pactaron fortalecer la cooperación para enfrentar el cambio climático e impulsar el financiamiento verde en América Latina y el Caribe.
Su objetivo es alcanzar economías resilientes y descarbonizadas para 2050, pero para lograrlo, los países de la región deben realizar inversiones sustanciales en adaptación y mitigación del cambio climático. Con un mayor grado de cooperación entre ambas instituciones, lo que se busca es fortalecer aún más los esfuerzos conjuntos para identificar y diseñar reformas y proporcionar desarrollo de capacidades en apoyo de los objetivos climáticos. Asimismo, esto puede ayudar a atraer dichas inversiones, incluyendo capital privado.
“Estamos comprometidos a explorar más a fondo el fortalecimiento de nuestra asociación con el FMI para movilizar capital y encontrar soluciones innovadoras para multiplicar el financiamiento climático a los países de la región», afirmó el presidente del BID, a quien le complace identificar complementariedades con el FMI y trabajar para adoptar acciones concretas para enfrentar el cambio climático en América Latina y el Caribe.
“Trabajar juntos es vital, y vemos muchas complementariedades entre la labor del FMI y del BID. Es una gran satisfacción iniciar un nuevo capítulo de colaboración con el BID para ayudar a los países a enfrentar el impacto del cambio climático, que amenaza el crecimiento, el empleo y la prosperidad en América Latina y el Caribe”, apuntó Georgieva, resaltando que se necesitan vastos recursos para lograr las metas, por lo que esperan una colaboración aún más enérgica de apoyo a sus miembros a medida que se abordan los desafíos climáticos y de resiliencia.
Con estos acuerdos, el FMI y el BID se proponen mejorar las estrategias para que los países aceleren el financiamiento climático, incluso mediante reformas de políticas, apoyo al desarrollo de capacidades y evaluación de acuerdos de financiamiento individualizados, como instrumentos de financiamiento combinado, bonos verdes y otros, incluyendo posibles diseños para una estructura regional de fondos verdes.
El BID y el FMI ya gozan de una sólida asociación en toda América Latina y el Caribe, y el FMI se beneficia de las relaciones de larga data del BID en la región y de su análisis y experiencia a nivel sectorial.
Según el BID, esto se ha visto reforzado aún más por la colaboración en el marco del nuevo Servicio de Resiliencia y Sostenibilidad (RSF, por sus siglas en inglés) del FMI, que entró en funcionamiento en octubre de 2022.
El RSF se estableció para ayudar a los países a reducir los riesgos macro-críticos y fortalecer la estabilidad económica y desarrollar resiliencia abordando los desafíos estructurales a largo plazo, incluidos los relacionados con el cambio climático.
Fuente: La Estrella de Panamá.