El uso de la Inteligencia Artificial (IA) es cada vez más común entre las personas y las empresas, convirtiéndose poco a poco en una herramienta de uso diario. De acuerdo con datos de CINDE, un 75% de las empresas multinacionales de servicios en Costa Rica han empezado a aplicar la inteligencia artificial en sus organizaciones, mientras que un 34% país planean invertir en ella.
Sin embargo, esto se da en el país sin contar aún con legislación clara y específica sobre el tema, que respalde tanto a las organizaciones como a sus clientes para reducir riesgos que los pudieran afectar en sus operaciones.
En medio de esta realidad, los expertos hacen un llamado para que el sector empresarial utilice adecuadamente, y con cautela, los recursos de inteligencia artificial disponibles en la actualidad.
En este sentido, Adrián Alvarado, abogado de Derecho Corporativo de Baker Tilly Costa Rica, explicó que “actualmente existe mucha desinformación alrededor de este tema, por lo que es de gran importancia que el sector empresarial e institucional se dedique a capacitar a los equipos de trabajo, así como a analizar todas las implicaciones y riesgos que se pueden generar a la hora de implementar herramientas de Inteligencia Artificial en sus operaciones, los cuales serán diferentes para cada caso”.
De acuerdo con Alvarado, existen diversos riesgos que podrían encontrar las empresas al utilizar plataformas o herramientas de IA. Entre ellas, destacó que se puede vulnerar la confidencialidad de clientes al introducir datos sensibles en las plataformas, infringir la propiedad intelectual y los derechos de autor, o dañar a un tercero por difundir información falsa o difamatoria. Estos, destacó, “podrían ocasionar grandes inconvenientes” para la empresa.
Ante esto, el especialista de Baker Tilly Costa Rica destacó que, ante estos riesgos, la intervención humana y un acompañamiento constante por parte del departamento de Informática de la organización, son dos métodos de contingencia para evitar posibles eventualidades que afecten al negocio.
Alvarado agregó que es importante tener una asesoría adecuada ante las diferentes situaciones que se puedan presentar por el uso de herramientas de Inteligencia Artificial, por lo que las organizaciones deben contar con especialistas en diferentes áreas legales. Entre ellas mencionó la Corporativa, Penal, Civil, y Laboral, entre otras.
Inteligencia Artificial y Ciberdelincuencia
El abogado de Derecho Corporativo de Baker Tilly Costa Rica, añadió que otra de las principales preocupaciones que existen alrededor de la inteligencia artificial es que esta está empezando a ser utilizada por los cibercriminales para cometer diferentes delitos. Por ejemplo, en diversos casos se ha detectado que los ciberdelincuentes replican plantillas o textos de las empresas, con el fin de engañar a consumidores o usuarios. Esto va de la mano con la suplantación de identidad de la que son víctimas las compañías. “Por esto, es fundamental mantener un monitoreo constante de los canales de comunicación para identificar cualquier anomalía”, enfatizó Alvarado.
Añadió que el uso de las diferentes plataformas de Inteligencia Artificial debe por parte de las empresas debe realizarse de manera controlada y preferiblemente utilizar versiones pagas en lugar de aquellas que son abiertas a todo el público. Esto ya que las pagas permiten acceder a una base de datos más filtrada para evitar información imprecisa y minimizan los riesgos.
“En muchas ocasiones se piensa que la herramienta de IA está diseñada para dar respuestas que parecen concisas y verdaderas; sin embargo, no siempre es así. Esto hay que entenderlo bien para poder filtrar la información que la herramienta genera”, mencionó Alvarado.
El especialista de Baker Tilly Costa Rica, comentó que, en cuanto a la legislación vigente, aún no existe en el país alguna que se adecúe a las necesidades actuales. Tampoco, añadió, hay antecedentes judiciales con resoluciones claras al respecto. Debido a esto, en caso de denuncias contra la empresa regirá la legislación común, como la Ley de Protección de Datos; Código de Trabajo, en caso de que haya problemas de confidencialidad; Código Penal, si hay difamación; o el Código Civil, si se presentan daños.
Recomendaciones para minimizar los riesgos empresariales de la IA
Alvarado brindó varias recomendaciones adicionales para que las empresas e instituciones puedan minimizar los riesgos actuales a la hora de utilizar las plataformas o herramientas de Inteligencia Artificial:
Ofrecer una capacitación integral para que los colaboradores comprendan el alcance correcto del uso de la Inteligencia Artificial.
Hacer una revisión constante de los datos o información que se genera mediante las plataformas de IA. Es importante que siempre sea validado por un experto para evitar problemas de propiedad intelectual o imprecisiones.
Desarrollar una política de confidencialidad interna en la que se explique cuáles son los datos que se permite introducir en las aplicaciones de IA; así como el objetivo de la generación de información y los fines para los que se utilizará el resultado.
Si es posible, se debe establecer una figura similar a un oficial de cumplimiento que se encargue de estar al tanto de los asuntos relacionados. También que establezca las políticas internas y que determine cuáles son los riesgos y las estrategias para minimizarlos.
Nunca introducir información sensible de la empresa o de clientes en ninguna plataforma de Inteligencia Artificial.
Se recomienda que las empresas inviertan en investigación y desarrollo enfocado en la utilización de la IA en temas de productividad.
Utilizar las herramientas desde cuentas institucionales y no de las personales de los colaboradores. Esto permitirá tener el control de lo que se está haciendo, y en caso de que se presente alguna fuga de información o inconveniente, se facilitará la trazabilidad, comprensión y mayor control de lo que sucedió.
“Es clave recalcar la importancia de que exista un asesoramiento en conjunto de la parte informática y legal, para poder contar con una cobertura adecuada de los riesgos, concluyó Adrián Alvarado, abogado de Derecho Corporativo de Baker Tilly Costa Rica.
Fuente. Baker Tilly Costa Rica