Cuando un pronóstico se repite, se convierte en una tendencia. En ciberseguridad, muchos de ellos se han materializado en los últimos años, como el ransomware, que desde el 2017 se ha expandido y popularizado, paralizando a importantes empresas alrededor del mundo. Según el Informe de amenazas de ransomware de 2022 de Unit 42, el brazo de investigación de amenazas de Palo Alto Networks, líder mundial en ciberseguridad, en América Latina estos números se han disparado desde el 2021, ubicando a Brasil con 39 ataques, seguido de 23 en México, 14 en Perú, 12 en Argentina y 10 en Chile, en lo más alto del ranking de países más atacados de la región.
Asimismo, los ciberataques a los gobiernos se están volviendo cada vez más comunes y Centroamérica ya ha sufrido varias vulnerabilidades, especialmente Costa Rica, que desde hace meses viene siendo blanco de piratas cibernéticos que exigen “rescates” para desbloquear el acceso a sistemas. Esto ha trastornado la vida de sus ciudadanos, ya que los ataques interrumpieron numerosos servicios gubernamentales, incluidos, las plataformas de impuestos, salud y aduanas del país, así como los servicios digitales de tesorería.
“Lo que ha pasado en Costa Rica podría ser un preámbulo para futuros ataques en nuestros países centroamericanos», comentó Ramón García, District Sales Manager para Caribe y Centroamérica en Palo Alto Networks. “Es esencial anticipar las tendencias de ciberseguridad para poder reforzar los controles en las empresas y organizaciones gubernamentales, principalmente porque el panorama de la ciberseguridad tiende a evolucionar realmente rápido y la ciberdelincuencia cada año dificulta la defensa de las organizaciones contra las ciberamenazas. Superar esto requerirá tener información rápida y precisa, así como la utilización de herramientas más avanzadas como Machine Learning, Inteligencia Artificial al alcance de la mano”, dijo García.
En este contexto, ¿qué tendencias estamos viendo en este 2023?
Aumento de ciberataques coordinados
El ciberespacio ha sido un campo de batalla para muchos. En 2023, veremos un aumento en la actividad coordinada de los entornos materiales y cibernéticos dirigidos a la infraestructura crítica. En el sector privado, la seguridad de los dispositivos físicos de los usuarios frente a ataques coordinados que se aprovechan de los sistemas IoT (Internet de las Cosas) o OT (tecnología de las operaciones) será una preocupación clave. Por eso es importante que los centros autónomos de fusión de seguridad que combinen elementos cibernéticos y materiales puedan actuar como un sistema de alerta temprana para detectar y responder a estos ataques. Asimismo, la combinación de equipos de ciberseguridad y equipos in situ puede ayudar a coordinar las respuestas.
Responsabilidad Socioambiental entrando en la agenda de los CISOs
Las discusiones sobre ESG incluyen el tema de la ciberseguridad, ya que también es un tema ambiental, social y de gobernanza. El Foro Económico Mundial recomienda que las empresas hagan de la ciberseguridad parte de su estrategia ESG.
Dado que se espera que las actividades digitales alcancen el 7% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2025, las empresas están recurriendo a la transformación digital como palanca para reducir sus emisiones al colocar la Responsabilidad Social y Ambiental en la Agenda CISO. La ciberseguridad es un habilitador y, además de mantener segura la infraestructura tecnológica, también brinda a las organizaciones la confianza para implementar nuevas tecnologías que ayuden a alcanzar los objetivos de sostenibilidad.
Del ransomware a los ladrones furtivos
Además de las preocupaciones sobre el futuro del planeta, el destino de los datos robados por los ataques de ransomware seguirá acechando a las empresas. Pero los actores de amenazas están mejorando sus técnicas y utilizan cada vez más softwares que roban información sin que las víctimas se den cuenta.
En contraste con el modelo comercial de ransomware que requiere pago, la información robada o las billeteras criptográficas se venden o aprovechan directamente mientras los delincuentes permanecen ocultos. Esto obligará a las empresas a mejorar sus habilidades y herramientas para la gestión de la superficie de ataque y las capacidades de detección en torno a los activos digitales críticos de la organización.
Seguridad en la nube, pero no demasiado lejos, por favor
Según el último informe de IoT Analytics, la cantidad de dispositivos de Internet de las Cosas (IoT) conectados alcanzó los 12,3 mil millones el año pasado y se espera que supere los 27 mil millones de conexiones para 2025. La necesidad de casos de uso de baja latencia (IoT), robots), optimiza la experiencia del usuario y las preocupaciones reglamentarias, como la ubicación de los datos, que requerirán que los recursos de procesamiento de datos estén ubicados cerca de donde el usuario consume el servicio.
Los servicios de seguridad basados en la nube tendrán que escalar a través de una infraestructura cada vez más dispersa y localizada. Secure Access Service Edge (SASE) brindará la mejor experiencia de usuario y rendimiento operativo para permitir el crecimiento digital futuro, allanando el camino para la computación perimetral viable.
El año de la consolidación
La ciberseguridad es una batalla diaria entre hackers y expertos en tecnología. Sin embargo, lo cierto es que esta es una disputa en constante desarrollo, en la que las personas, las tecnologías y las prácticas de protección deben ir de la mano y colaborando entre ellas para mantener la protección de datos y negocios.
El próximo año traerá grandes innovaciones al campo de la seguridad y, a medida que los presupuestos se ajusten y la incertidumbre económica ocupe un lugar central, una métrica clave de CISO para el próximo año será consolidar los activos de seguridad de múltiples proveedores, reduciendo así los riesgos y ahorrando costos. Cambiar el enfoque a plataformas convergentes como SASE, XDR, Cloud y dentro del SOC será vital.
En ciberseguridad, es importante estar siempre un paso por delante, alineando los equipos de seguridad con las soluciones más modernas y ágiles – tecnología y colaboración, es lo que marcará la diferencia para evitar accidentes y aprovechar las oportunidades del mundo digital con mayor fluidez.
Fuente. Sherlock Comunications