La diabetes representa uno de los principales desafíos de salud pública en la región, y frente a ello, la formulación de alimentos más equilibrados y funcionales adquiere una relevancia especial. En el marco del Día Mundial de la Diabetes, Griffith Foods comparte una reflexión sobre el papel que desempeña la industria alimentaria en la promoción de una nutrición responsable y en la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles.
Desde su experiencia en ciencia y desarrollo culinario, la compañía impulsa una visión que busca comprender la relación del ser humano con el azúcar, no desde la restricción, sino desde la búsqueda del equilibrio. Este enfoque se traduce en soluciones alimentarias que reducen el impacto glicémico, favorecen un mejor control metabólico y promueven una alimentación más consciente, sin desvincularse de los hábitos y tradiciones que forman parte de la identidad culinaria de cada comunidad. Comprender la dimensión cultural y sensorial de los alimentos es clave para generar cambios sostenibles en los patrones de consumo y avanzar hacia dietas más saludables sin renunciar al placer de comer.
“La alimentación es una de las herramientas más poderosas para prevenir y manejar enfermedades crónicas como la diabetes. Nuestro propósito no es eliminar la dulzura, sino comprenderla y transformarla en una experiencia culinaria más equilibrada”, destaca Diana Vargas – Gerente Mercadeo y Comunicaciones
La innovación en el sector alimentario se ha convertido en un factor determinante para ofrecer respuestas efectivas a los retos nutricionales de la sociedad actual. En este sentido, Griffith Foods trabaja de forma colaborativa con profesionales de la salud, nutricionistas y tecnólogos de alimentos para desarrollar formulaciones seguras, funcionales y culturalmente adecuadas. La aplicación de criterios científicos —como el índice glucémico, el balance de macronutrientes y la incorporación de ingredientes naturales con beneficios comprobados— permite avanzar hacia productos que integran nutrición, sabor y sostenibilidad.
Este trabajo conjunto también contempla la incorporación de tecnologías que optimizan el perfil nutricional de los alimentos y favorecen la reducción de azúcares, sodio y grasas saturadas, sin comprometer la experiencia sensorial. Estos avances reflejan el potencial de la innovación científica y culinaria para contribuir a los objetivos globales de salud pública y desarrollo sostenible.
“La alimentación tiene un impacto directo en la salud de las personas, pero también en la forma en que nos relacionamos con el entorno. Innovar con propósito significa encontrar el punto de equilibrio entre nutrición, sostenibilidad y cultura alimentaria”, destaca Vargas.
De acuerdo con organismos internacionales, el aumento de enfermedades crónicas no transmisibles está directamente relacionado con los hábitos alimentarios, el acceso desigual a alimentos nutritivos y la falta de información clara sobre el contenido de los productos. Por ello, la industria alimentaria enfrenta el desafío de reformular su papel no solo como productora de alimentos, sino como aliada en la educación y transformación de los sistemas alimentarios.
Iniciativas orientadas a la reducción del impacto glicémico, la incorporación de proteínas de origen vegetal, el aprovechamiento de ingredientes naturales y el diseño de menús más balanceados son ejemplos de cómo la ciencia de los alimentos puede apoyar la prevención y el manejo de la diabetes. Estas acciones no se limitan al desarrollo de productos, sino que incluyen un compromiso ético con la salud de las personas y con la sostenibilidad ambiental en toda la cadena de valor.
Más allá de una fecha conmemorativa, el Día Mundial de la Diabetes representa una oportunidad para reflexionar sobre la responsabilidad compartida entre industria, ciencia y consumidores en la construcción de un sistema alimentario más saludable, inclusivo y sostenible. La alimentación, entendida como un acto biológico, social y cultural, tiene un papel fundamental en la prevención de las enfermedades crónicas y en la mejora de la calidad de vida.
A través de la colaboración intersectorial y el compromiso con la innovación responsable, es posible impulsar un cambio estructural que promueva dietas más equilibradas, accesibles y adaptadas a las realidades locales. Solo mediante este enfoque integral, basado en evidencia científica y sensibilidad social, podrá garantizarse un futuro donde la salud y el bienestar sean el centro de la experiencia alimentaria.
Fuente. Griffith Foods y Custom Culinary®



































