“La OMS sigue anclada en un pensamiento anticuado y prohibicionista. Se opone activamente a alternativas más seguras, como el vapeo, los productos de tabaco calentado y las bolsitas de nicotina”
Mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemora el 20 aniversario de su Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT), lo que debió ser un momento de celebración en cambio se ha convertido en un foco de fuertes críticas por parte de expertos en salud mundial y defensores de los consumidores y de la reducción de daños.
En lugar de destacar los avances del CMCT, un panel organizado por la Alianza para la Protección del Contribuyente (en inglés, TPA o Taxpayers Protection Alliance) aprovechó la ocasión para reflexionar sobre lo que denominaron décadas de estancamiento, oportunidades perdidas y una peligrosa resistencia a la innovación en el ámbito de la reducción de daños del tabaco.
“El CMCT debería haber marcado un punto de inflexión en el control mundial del tabaco”, declaró Clive Bates, exdirector de Action on Smoking and Global Health (Reino Unido). “En cambio, la OMS sigue anclada en un pensamiento anticuado y prohibicionista. Se opone activamente a alternativas más seguras, como el vapeo, los productos de tabaco calentado y las bolsitas de nicotina, herramientas que, de forma demostrable, ayudan a las personas a dejar de fumar”, añadió.
A pesar de la intención del tratado de reducir los daños relacionados con el tabaquismo, más de 1,000 millones de personas en todo el mundo siguen fumando y más de ocho millones siguen muriendo anualmente por enfermedades relacionadas con el tabaco.
Científicamente indefendible
Los panelistas argumentaron que la negativa de la OMS a adoptar enfoques de reducción de daños no solo es miope, sino también científicamente indefendible. Muchos instaron a los países participantes en el tratado a reconsiderar su alineamiento ciego con la política de la OMS y, en cambio, a centrarse en estrategias pragmáticas y basadas en la evidencia que prioricen los resultados de salud pública.
Roger Bate, experto en políticas de salud global del Centro Internacional de Derecho y Economía, fue más allá al cuestionar la credibilidad de la institución. “Ya sea en el caso de la COVID-19 o de las políticas sobre el tabaco, la OMS ha fracasado repetidamente”, afirmó. “Necesitamos una reforma fundamental. Si la organización no puede evolucionar para incorporar la ciencia moderna y soluciones prácticas, corre el riesgo de quedar obsoleta”, dijo.
David Williams, presidente de la TPA, se hizo eco de esta opinión, calificando el enfoque actual de la OMS de “peligroso e irresponsable”. Citó la negativa de la organización a reconocer las alternativas libres de humo, incluso cuando cada vez más investigaciones demuestran su eficacia para reducir los daños.
“Los cigarrillos electrónicos y las bolsas de nicotina están salvando vidas”, declaró Williams. “Son herramientas financiadas por los contribuyentes, pero la OMS sigue rechazándolas sin una justificación sólida. Esto no es solo una mala política, sino negligencia”.
“Ha fracasado terriblemente”
Martin Cullip, investigador internacional del Centro del Consumidor de la TPA, resumió la frustración del panel: “El CMCT fue una buena idea que ha fracasado terriblemente. Hemos perdido 20 años de progreso potencial debido a una ideología rígida”.
El panel instó a los líderes de la OMS a abandonar una postura dogmática y adoptar la reducción de daños como un componente clave para el control del tabaco en el futuro. Como concluyó Clive Bates: “La OMS se ha vuelto poco ética, irresponsable e ineficaz. Si realmente les importa salvar vidas, deben dejar de ignorar la ciencia. La reducción de daños debe ser parte de la solución”.
Fuente. TPA