Estamos ante la transición de temporada y ella está marcada por los vientos fríos que anuncian la llegada de la Navidad y el verano, épocas en las que hay que tomar medidas para proteger la piel porque estos pueden despojarla de su humedad natural y provocar resequedad, irritación, agrietamiento, descamación, enrojecimiento y sensibilidad que generan algunas molestias.
La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano y constituye la capa externa que lo protege del medio ambiente. Se compone de varias capas, incluyendo la epidermis, la dermis y la hipodermis. La epidermis es la capa más externa y actúa como una barrera protectora contra agentes externos, como bacterias, virus, sustancias químicas y otros elementos dañinos. Además, la epidermis es responsable de la regulación de la temperatura corporal y de la protección contra la radiación ultravioleta.
“Generalmente las áreas del cuerpo que se ven más expuestas y sufren los cambios climáticos son la cara, los labios, las manos, los brazos, el cuero cabelludo, por lo que es mejor tomar medidas preventivas, señaló el dermatólogo Juan Carlos Quesada de la Clínica Total Dermatology.
“Para contrarrestar estos efectos, es importante tomar medidas para proteger la piel durante la temporada de vientos alisios y transiciones climáticas. Esto incluye aumentar la ingesta de agua y la aplicación regular de humectantes para mantener la piel hidratada, el uso de ropa adecuada para protegerla de las inclemencias del frío y el viento, la aplicación de protectores labiales para prevenir el agrietamiento de los labios. Otra recomendación importante es evitar el uso excesivo de agua caliente, ya que puede eliminar los aceites naturales de la piel y empeorar la sequedad”, enfatizó el Dr. Quesada de Total Dermatology
Cuando experimente alguna condición en piel que puede empeorar con el cambio climático, es importante consultar a un dermatólogo para determinar el tratamiento más adecuado según el tipo de piel y las necesidades individuales.
“La ciencia médica ofrece en la actualidad algunas terapias para contrarrestar la resequedad en la piel como la hidratación facial hecha por expertos, tratamientos ricos en ácido hialurónico, peelings químicos suaves que ayudan a eliminar células muertas, estimular la renovación celular y mejorar la textura y luminosidad de la piel, contrarrestando así los efectos de la sequedad y la aspereza”, explicó el dermatólogo.
Por otra parte, también existen algunos tratamientos como el láser que pueden estimular la producción de colágeno y mejorar la textura de la piel. También hay tratamientos con antioxidantes como la vitamina C y la vitamina E, pueden proteger la piel de los radicales libres y promover la regeneración celular, ayudando así a mantener la piel sana y resistente. Incluso, para pieles muy resecas se puede requerir una combinación de terapias.
Es imprescindible siempre seguir una rutina de cuidado diario que incluya limpieza suave, hidratación y protección solar para la piel.
Fuente. Total Dermatology