El término enfermedades no transmisibles se refiere a un grupo de afecciones que no son causadas por una infección aguda, es decir, que su impacto en la salud es a largo plazo, lo que implica una necesidad de tratamiento y cuidados prolongados.
La insuficiencia cardíaca, diabetes mellitus, y enfermedad renal son algunas de las enfermedades crónicas no transmisibles que han tenido un crecimiento exponencial durante las últimas décadas; además, son la principal causa de muerte y discapacidad entre la población mundial, de acuerdo con datos oficiales de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La diabetes mellitus es un trastorno en el que el organismo no produce suficiente cantidad de insulina o no responde normalmente a la misma, lo que provoca que las concentraciones elevadas de azúcar (glucosa) en sangre. Los síntomas de la diabetes pueden consistir en aumento de sed, producción de orina mayor a lo normal (micción), y las personas afectadas pueden perder peso incluso si no lo intentan.
El doctor Ronaldo González, especialista en endocrinología, indica que “debemos conocer nuestra carga genética ante la diabetes, se considera fuerte con al menos dos familiares que la padecen. Por lo tanto, si se tiene más de 45 años, una vida sedentaria, sobrepeso, y síntomas como fatiga, visión borrosa y resequedad en la boca, entre otros; se debe activamente investigar si se padece la enfermedad”.
El consumo de alimentos poco saludables como los de alto contenido en sodio, ricos en grasas saturadas o trans y bebidas altamente azucaradas, sumado a un estilo de vida inactivo, son factores que influyen en el desarrollo de la enfermedad. Actualmente, 537 millones de personas tienen este padecimiento, según el Atlas de la Diabetes. La misma fuente señala que en Guatemala el 11.4% de la población sufre la enfermedad.
La prevalencia por insuficiencia cardíaca alcanza el 1% en América Latina, esta cifra tiende a ser mayor en individuos de edad avanzada. Esta condición se produce cuando la acción de contracción o de relajación del corazón es inadecuada, por lo general porque el músculo cardíaco está débil, rígido o ambas cosas. Trastornos como la arritmia, enfermedad de las válvulas y músculo cardíacos, afectan al corazón causando esta deficiencia.
En un primer momento la mayoría de las personas no tienen síntomas; la dificultad respiratoria (disnea) y el cansancio se desarrollan gradualmente a lo largo de días o de meses. A medida que el bombeo del corazón se vuelve menos eficaz, la sangre puede acumularse en otras zonas del cuerpo como los pulmones, hígado, tracto gastrointestinal, al igual que en brazos y piernas; al paciente que sufre de estos síntomas se le diagnostica con una insuficiencia cardíaca congestiva.
Mientras que la enfermedad renal crónica es la disminución lenta y progresiva (a lo largo de meses o años) de la capacidad de los riñones para filtrar los productos metabólicos de desecho presentes en la sangre. En la región centroamericana afecta entre el 10% y 16% de la población y en personas diabéticas está presente en el 20 y 40 por ciento de pacientes. Las causas principales son la diabetes y la hipertensión arterial.
Los síntomas pueden incluir micción nocturna, fatiga, náuseas, sensación de picazón que provoca el deseo de rascar la piel (prurito), espasmos y calambres musculares, pérdida de apetito, confusión, dificultad para respirar e hinchazón corporal (con mayor frecuencia en las piernas).
“Los tres padecimientos frecuentemente coexisten, y cada uno de ellos empeora el pronóstico del otro; sin embargo, no necesariamente un mismo paciente va a padecer de los tres al mismo tiempo. En el caso de los pacientes que ya padecen alguna de las tres, es importante seguir las recomendaciones y chequeos que el médico tratante indique, de esta manera se mantendrán controlados los factores que pudieran incidir en los otros dos padecimientos”, explicó el Gerente Médico de Asofarma, Alejandro Salvatierra.
Existen soluciones innovadoras que brindan una mejor calidad de vida a pacientes que padecen una, dos o las tres enfermedades, se trata de Dapagliflozina, un inhibidor SGLT2 selectivo y reversible muy potente que, en todos los casos, disminuye la mortalidad.
De acuerdo con el doctor Salvatierra “algunos de los beneficios que se pueden mencionar en este nuevo tratamiento en insuficiencia cardíaca es la disminución de ingresos a hospitales y consultas a emergencias. En insuficiencia renal crónica evita que la enfermedad progrese a tal punto que disminuye la cantidad de pacientes que necesitan un trasplante renal o que lleguen a necesitar diálisis y en la diabetes mellitus previene las complicaciones, particularmente, las del corazón y riñones”.
La prevalencia de las tres enfermedades está incrementándose como consecuencia del envejecimiento de la población, del aumento de la obesidad y de la prolongación moderada de la sobrevida de las personas afectadas. La prevención es fundamental para evitar estos padecimientos, por lo que se recomienda hacer regularmente actividad física, por lo menos 150 minutos a la semana; consumir alimentos saludables, controlar el estrés, evitar el consumo de alcohol y el tabaquismo.
Es recomendable tratar y controlar las afecciones como la enfermedad de las arterias coronarias, la presión arterial alta y la obesidad. Así como consultar a su médico de cabecera para evaluaciones periódicas y prevenir el desarrollo de estas enfermedades frecuentes.
Fuente. Asofarma