La edificación de 508 m² incluye un laboratorio y oficinas, destacándose como un ejemplo de vanguardia en el uso de impresión 3D para mejorar la eficiencia y calidad en la construcción.
Guatemala. Como parte de su apuesta por la innovación, Progreso completó la construcción de la edificación impresa en 3D más grande de Latinoamérica, un proyecto pionero que albergará un laboratorio y oficinas para Predosificados de Mixto Listo. La estructura, ubicada en Planta San Miguel, Sanarate, marca un antes y un después en la forma de construir en la región.



Con una superficie de 508 metros cuadrados y seis módulos funcionales, esta obra fue ejecutada en tan solo 32 días efectivos de impresión equivalente a 154 horas utilizando la impresora BOD2 de COBOD. Para su desarrollo, se utilizó un “Dry Mix Mortar”, mezcla cementante formulada por el Centro de Investigación y Desarrollo (CID) de Progreso, que garantiza alta precisión, eficiencia estructural y un uso óptimo de los recursos.
Este logro representa el resultado de años de investigación aplicada, liderada por el CID a través de los proyectos Alpha y Beta, que sentaron las bases para validar el método constructivo, desarrollar los materiales especializados y consolidar el dominio de la tecnología 3D.


“Este proyecto demuestra que en Progreso la innovación es parte de nuestro ADN. Nos inspiramos en la sabiduría de la naturaleza y la herencia maya para crear una estructura arquitectónica estética, eficiente, funcional y sostenible. Gracias a la colaboración con 3DCP Group y talento local, logramos una obra precisa, segura y con gran valor para el futuro de la construcción” comentó Estuardo Herrera, gerente de Investigación y Desarrollo de Progreso.
Las fachadas tienen curvas que se parecen a las de los cactus, porque ayudan a controlar el calor de forma natural. También, los muros inclinados recuerdan a las pirámides mayas, lo que demuestra que la compañía está comprometida con la construcción sostenible.


Además de su estética innovadora, la edificación considera los aspectos locales del sitio para lograr una estructura sismorresistente. También está diseñada para un posible segundo nivel a futuro, consolidándose como uno de los desarrollos impresos en 3D más relevantes de la región.
Este proyecto involucró a distintos equipos dentro de Progreso, incluyendo al Centro de Investigación y Desarrollo, Progreso X, Ingeniería y Proyectos, Predosificados y Planta San Miguel, consolidando una colaboración integral para empujar los límites de lo posible en la construcción.

La obra representa el tercer proyecto de impresión 3D ejecutado por Progreso, reafirmando su compromiso con la transformación del sector a través de tecnología, eficiencia y sostenibilidad.
Fuente. Progreso